Capítulo 7.

3.1K 534 90
                                    

                               

Gwen Trainor.


—Te cambio mi manzana por tu mandarina— Wells desde la primaria prefería las mandarinas que las manzanas, siempre terminaba intercambiando las frutas conmigo.

—¡Esta vez quiero mi mandarina!—chillé.

—¡Anda! ¡Sólo por hoy!—sacudía mi brazo insistentemente para hacerme cambiar de opinión.

—¡No, no quiero!—me intercambié de puesto, sentándome a una silla lejos de él.

—Eres realmente despiadada.

—Siempre me das las frutas que no me gustan, y hoy quiero mi mandarina. Búscate la tuya —espeté. Hizo un puchero al soltar un quejido entre dientes.

—Primero me cambias, y ahora no me quieres dar tu mandarina ¡Quién eres Trainor! —alzó los brazos con agite.

—¡No te he cambiado! — abrí la boca en forma de sorpresa y puse una mano en mi pecho. Wells todos estos días me ha estado reclamando que lo he cambiado, sólo porque el viernes falté a la cafetería ya que estaba con Hult en las mesas del campus.

—Qué raro que no estás con tu nuevo amigo—entrecerró los ojos acusándome por sus celos.

Claramente se refería a Hult, pero ni siquiera yo sabía dónde estaba. No lo había visto por ninguna parte, a pesar de que traté de buscarlo por los pasillos. Por alguna extraña razón, me sentía sola al no saber de él.

—Nunca dejarás de ser mi favorito —mi tono salió chillón como si estuviese halagando a un niño.

—Si, si, si claro —rodó los ojos.

—Estás tan acostumbrado a que siempre esté contigo, por eso estás así —reí.

—¡Es que ya no me das tus frutas!— vociferó burlón —¿Se las estás dando a él?— entrecerró los ojos. Wells era demasiado dramático. Mucho más que una mujer.

—Él único que elige frutas que no le gustan y las termina cambiando conmigo. Eres tú.

—Te estoy vigilando Trainor— vencido, le terminó dando un mordisco a su manzana. Vi la hora en mi celular, y ya iban a ser las diez de la mañana.

—Deberíamos ir al Campus, la práctica debe estar por comenzar.

Hoy era la penúltima práctica del equipo. Debíamos ir alentar a Thomas, las últimas dos semanas ha estado nervioso. Lo mejor del caso era que Graham también era del equipo, en todas las prácticas arrastraba a Wells hasta el campus para ver únicamente a Graham jugar. Nos sentábamos a lo último de las filas de bancas y hasta que no terminaran, no nos íbamos. Todavía no puedo creer que me haya invitado a la fiesta de este viernes, cada minuto que pasa solo pienso en eso, necesito que ese día llegue. Será la primera vez que salga con Graham. ¿Era una cita? Bueno definitivamente dudo que lo fuera. Nadie te invita como cita a una fiesta.

Cuando llegamos al Campus nos encontramos con los amigos de Wells en una de las primeras filas, agitaron sus manos en señal de que fuéramos. Todos estaban ahí, las porristas ensayaban sus bailes para el próximo juego que viene, las chicas con hormonas alborotadas gritaban los nombres de los chicos como hembras tratando de aparearse. Era tan insoportables, y más insoportable aún era que gritaran el nombre de Graham, algo normal para él claro. Siempre viven tras de él. Así como de Thomas. No comprendo la excitación que sentían solo por un chico del equipo. Bastaba con eso para que ellas babearan. No hay que negar que todos los chicos del equipo son algo celestial, pero no es para tanto.

Ángel 234(I&II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora