Capítulo 20
Hult presionó nuestros labios, transformando los movimientos, en un beso lento y apasionado. Su lengua entraba a mi boca, para encajar con la mía en movimientos intensos. Solo yo sabía, lo que sentía en ese momento. Literalmente quería quitarme este vestido y estar sobre él. A él no le quitaría el traje, se ve tan hermoso con el traje puesto que se lo dejaría.
—Me vuelve loco esto —murmuró, bajando su dedo índice, desde el hueco de mi clavícula, por toda la abertura de mi vestido hasta mi abdomen. Me ericé cuando pasó por el medio de mis senos —Tu vestido es lindo, pero tú lo vuelves encantador, jodidamente encantador— sonrió. Era impresionante como sus labios se enrojecían y se hinchaban por solo unos segundos.
—¿Y sin el vestido?— Hult me miró, con sus cejas alzadas. Un fugor pasó por mi espalda, cuando el chico discretamente bajó más allá su mano de mi cintura.
—Qué pervertida eres Gwen Trainor, me intimidas —se hizo el sorprendido. Lo jalé del cuello, para que nuestros labios volvieran. Succioné su labio inferior, él volvió a introducir su lengua, haciendo que estas chocaran como dos brochas. Eso fue tan intenso, que ese cosquilleo en mi vientre aumentaba como fuego. Sus dientes atraparon mi labio superior, dándole una mordida que me hizo jadear —Eso fue por las veces que me haz mordido— dijo divertido.
Sin darnos cuenta, ya iban por la tercera canción. Y nosotros seguimos allí—Eso no es justo, no lo hago apropósito —refunfuñé, adolorida por su mordida. Pasé los dedos por mi labio, acariciándolo para aliviar el apretón.
—Deberíamos ir para allá, con tus amigos que parecen divertirse con nosotros aquí— indicó con un movimiento de cejas hacia los chicos que estaban a tres mesas atrás de nosotros. Quería seguir besándolo, pero no quería volvernos intensos aquí enfrente de un montón de personas y adultos.
Mordí mis cachetes y asentí. Entrelazó su mano con la mía, y juntos fuimos hasta la mesa. Con cinco chicos con sonrisas divertidas, que nos observaban con mucho recelo. Bueno cuatro. Wells mantenía su atención en las botanas que se comía felizmente. Hult tomó una silla y la empujó hacia atrás para que me sentara. Fue hasta donde Camille y le dio un beso en la mejilla como saludo. Al igual con Pamela. Para luego chocarse de manos con los chicos.
—Estaban excitándonos aquí, eran todo un espectáculo en vivo —mencionó Wells con comida en la boca. Los otros soltaron risitas disimuladas. Hult se sentó a mi lado y pude ver como sonreía divertido.
—Dios, traga antes de hablar —me quejé, viendo como su comida apareció cuando habló.
—¡Amo ésta universidad! Siento que aquí quisiera estudiar —comentó Camille, introduciendo una aceituna en su boca.
—Deberías de pensarlo. Te gustaría, el ambiente es cómodo, al igual que las personas —aseguró Callum, que rodeaba con un brazo por encima de los hombros a Pam.
—Es un hecho, ya lo he pensando. Tendré que hablar con mi madre— le respondió Camille.
—Interesante, la última vez que estuvimos todos sentados en una misma mesa, fue un escándalo —comentó con cinismo y burlón, mi querido mejor amigo. Hablando otra vez con la comida en su boca —Pero en vez de Hult a tu lado —apuntó al castaño—, estaba Graham.
—¡Traga antes de hablar! —le reprendimos Camille y yo al mismo tiempo. Por supuesto Wells, siempre queriendo hacer los momentos incómodos. Tenía tiempo sin escuchar el nombre de Graham. Al día de hoy no comprendo cómo tal ser fue mi amor platónico durante mucho tiempo.
—¿De qué están hablando?— le cuestionó Pamela a Callum con curiosidad, pero éste se encogió de hombros sin entender, porque él no estuvo ese día. Wells se enderezó en su silla y sonrió malévolamente
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Ángel 234(I&II)
RomanceUn caos apocalíptico, podría ser su definición. Eso era él. Cómo quizá podría ser un torbellino lleno de colores. Un desorden antinatural perfecto, lleno de oscuridad y desastres. Cada persona que cruza por nuestra vida hace un impacto. Y Hult Sulli...