Capítulo 19.

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Gwen Trainor


Nos encontrábamos acostados en el mueble. Nos estábamos besando, lento y dulce. Habrán transcurrido un par de horas. Dos horas interminables entre risas y besos. Definitivamente esto tendría consecuencias, no podía llegar tan tarde a mi casa, pero ahora mismo ignoraba todo. Por una vez, no me importaba. Nos abrumó el deseo y estábamos perdidos en nuestro propio mundo. Me gustaba esta nueva fase de nosotros.

Ow —me encogí cuando sentí a Hult morder mi labio inferior. Se rió como respuesta. Detuvo el beso para mirarme.

—¿Te dolió? —levantó una ceja divertido y lo fulminé con la mirada.

—¡Cuando yo lo hice no te pareció gracioso!— chillé. Él volvió a carcajear. Pasó su pulgar por mi labio adolorido dándole pequeñas caricias.

—Me gusta cuando lo hago yo.

Hult se pasó por encima de mi cuerpo quedando con el total control. Parecía su presa, a su merced. Llevó mis manos arriba de mi cabeza y comenzó a darme pequeños besos por toda la cara. Desde la barbilla hasta los párpados. Reí sin parar cada vez que llegaba al área del cuello, me causaba cosquillas.

—¿Sabes lo cansado que estoy? —preguntó. Presionó sus labios en mi frente —Tuve insomnio en la madrugada y en la mañana era el juego. Luego que terminó, fui con Atom y Callum a beber.

—¿No has dormido desde la madrugada?—inquirí mientras el chico ahora dejaba un beso en mi mejilla.

—24 horas sin hacerlo —respondió en mi oído. Lo tome de la cara para poder mirarlo.

—Deberías dormir. Eso no es bueno.

Delineó una pequeña sonrisa —Debo llevarte a tu casa. Aparte esto me gusta mucho.

—Podría quedarme contigo... Si quieres, claro —Hult viajó hasta mis labios y los besó para luego asentir.

—Me encantaría que te quedaras —aseguró. Me levanté unos centímetros para volver a atrapar sus labios con los míos. Su mano pasó por debajo de mis muslos hasta mi cadera, apretándola muy leve. Luego recorrió hasta mi entrepierna. Sentí mi interior agitarse y tuve que cerrar los ojos.

Nunca me habían tocado de esa manera, no he llegado tan lejos con ningún chico y sentí nervios—Hult...

—Hmm —murmuró mientras bajaba la cabeza, conectando sus labios con mi cuello.

—Tengo miedo —musité. El chico dejó de besarme y levantó su mirada para sostener la mía.

—¿Por qué? —frunció el ceño. No quería parecer tan estúpida y decirle que parara, porque me gustaba como se sentía. Sin embargo, no estaba segura de que fuera más allá.

—Es la primera vez que hago esto—indiqué. Pero el parecía no saber de lo que hablaba.

—¿Hacer qué?

—Que me toquen... Digo, sigo siendo virgen...—confesé. La línea corrugada entre las cejas de Hult se desvaneció poco a poco. Ahora ladeaba una sonrisa compasiva.

—No pienso tener sexo contigo esta noche Gwen, hoy no —espetó con mucha serenidad. Mis mejillas ardieron como el fuego, no estaba acostumbrada hablar de esta forma tan íntima con una persona. Sin embargo, Hult me transmitía ese tipo de confianza tan liberal.

Tragué saliva y contuve ese montón de remolinos en mi estómago —Oh... ah... Bueno yo pensaba que eso era lo que querías hacer —me trabé con mis palabras.

Ángel 234(I&II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora