La Hermana De InuYasha

Capitulo 31- La Verdad

Mis ojos se abrían de poco en poco, se me dificultaba ver debido al absorción del poder de esas serpientes. Ladeó mi cabeza para recuperar la razón y lo primero que veo es mi cuerpo pegado a una pared roja, había una flecha incrustada en mi pecho. Levanté un poco la mano para agarrarla pero una descarga eléctrica hizo que me dañará.

—Maldición— Agite mi mano por el dolor.

La flecha no era común, era una de las tantas flechas de la sacerdotisa Kikyo, la flecha que impedía a los demonios usar sus poderes, una de las tantas cosas que Sesshomaru también me había contado.

Me encontraba en un gran salón, las paredes estaban cubiertas por telarañas y había al fondo unos grandes demonios de dos cabezas cuidando de una gran puerta. Olía mucho a sangre y a cadáveres, un muy fuerte olor.

—Te preguntaras dónde estás ¿verdad?—Al fondo de la habitación en oscuridad apareció Naraku.

—Naraku—Gruñí— Ya me dijeron que es lo que quieres de mí, no hace falta escucharlo de nuevo.

—Veo que Kikyo no fue muy amable contigo después de todo, le dije que no te lastimara pero esa mujer nunca obedece— Se acercó a mí.

—No se que quieres, no sé que es lo que Kikyo me dijo pero estás muy equivocado de que yo tenga lo que necesitas demonio traidor—Le mire enojada.

—Mizuki sabes que eres una princesa, La princesa Celestial de los Vientos, en el fondo de tu corazón se encuentra un gran poder, algo similar que Colmillo de Acero, Sagrado y Viento pero mucho más fuerte. Veras...—Se alejo de mi comenzando a caminar de un lado a otro en el salón— No solamente tu padre "El gran Demonio" y tu madre Izayoi te brindaron a Colmillo de Viento, tu hermano Sesshomaru realizó un pacto con un dios, un dios que es amado por el lugar en donde Sesshomaru te dejo por un tiempo, El Reino Celestial de los Vientos. Sesshomaru estaba asqueado de que nacieras hubirida como InuYasha así que los reyes de aquel reino le ofrecieron a Sesshomaru que podrían convertirte en un demonio completamente.

—¿Un demonio real?—Pregunté sorprendida.

—Exacto, los reyes hicieron un pacto con su dios, Naoki, ese es su nombre. Naoki es el Dios de los elementos. Sesshomaru acepto la oferta con la condición de los reyes que tú fueras una gran princesa y guerrera para ellos, literalmente quería que fueras su salvadora, el escudo que salvaría al reino de cualquiera ataque de un demonio o de un gran ejército. Los reyes le ofrecieron a una mitad-demonio a Naoki pero el ritual de convertirte en un total demonio fue todo un fracaso. Los reyes y Sesshomaru vieron que la pequeña híbrida no había recibido ningún cambio y ningún poder así que tú propio hermano te abandono por un tiempo dejándote en ese reino—Estaba verdaderamente sorprendida Sesshomaru nunca me quiso, siempre se avergonzó de mí, siempre quiso que fuera un demonio verdadero, me odia igual que InuYasha.

—¿Cómo puedo él?— Tragué saliva, tenía un nudo en la garganta.

—Mizuki, los híbridos como tú nunca serán y fueron aceptados por los demás demonios y criaturas. Pero aún no se acaba la historia, permíteme terminar— Naraku aclaró su garganta y continuo —La pequeña híbrida fue criada en ese reino, los reyes decidieron hacer todo lo posible para que fuera un demonio, fue entrenada al cumplir la mayoría de edad pero Naoki nunca aceptó convertir a la pequeña en un demonio, ninguno del reino y los reyes sabía porque, no sabían que necesitaban para que el Dios la convirtiera. Los reyes se rindieron, fracasaron que hubo un momento en que querían sacrificar a la pequeña a un demonio pero llegó en el momento justo Sesshomaru para salvarla, pero no la salvó para cuidarla sino porque sabía algo que nadie sabía, la pequeña en su interior tenía ese gran poder, un gran poder más fuerte que esas tres espadas así que Sesshomaru muy convencido la salvó, aún tenía esas esperanzas para poder despertar ese demonio que tenía por dentro para después utilizar ese poder contra InuYasha y así quitarle a Colmillo de Acero—Terminó de explicar Naraku.