Cuando se hablaba de Phoenix y Alec se podía decir que sus personalidades tenían cierto parecido, ambos serios, siguiendo las reglas al pie de la letra, esa autoridad que emanaban y el hecho de que siempre hacían lo correcto y mejor para el Instituto.
Pero de cierta mantera eran distintos, Phoenix tenía muy claro cuando era momento de relajarse y bajar un cambio para ver las cosas un poco más desde el lado de lo divertido y no de lo correcto, pero aún así ellos se llevaban de maravilla porque se conocían desde que los chicos tenían cinco años, y, dieciséis años conociéndose no era menos ya que cuando la muerte del matrimonio Blake ocurrió y la única hija mujer tenía quince años Alec fue uno de los que más apoyó a la hija del medio. Muchos solían compararlos con una feliz pareja, pero, muy a pesar de ambos —en el fondo de sus corazones— ellos no eran más que mejores amigos, sabían todo, bueno, casi todo de el otro.
Phoenix era una persona de poca paciencia, y todos conocemos a esa persona que nos agota toda nuestra paciencia en segundos y la persona que le acababa completamente la paciencia a Phoenix era Cassandra Fray, esa irritante pelirroja le colmaba la paciencia y la hacía exasperar, pero, para saber de donde se conocían esas dos había que volver tres años atrás.
12 de Julio de 2013
Isabelle y Phoenix se encontraban caminando por las calles de New York, las parabatai iban con sus brazos entrelazados hasta que escucharon ruidos de lucha en un callejón a su izquierda por lo que dándose una mirada ambas se acercaron al oscuro lugar con sigilo, allí una chica pelirroja que parecía tener la edad de Izzy se encontraba tratando de defenderse de un demonio cambiante, una daga Serafín se encontraba en su mano izquierda y una herida emanaba sangre de su antebrazo derecho, las parabatai accionaron sus látigos en perfecta sincronía y los enroscaron en los brazos del demonio para luego atraerlo hacia ellas y que la rubia le clavara una de sus catanas angelicales en el pecho de este haciendo que se desvaneciera.
—¿U-ustedes qui-quienes son? —preguntó la pelirroja apuntándoles con la daga. Phoenix rodó los ojos y con un movimiento de su látigo le sacó la daga de sus manos.
—Sí, de nada por salvarte la vida —habló con sarcasmo.
—No seas grosera Art —le dijo Isabelle con una sonrisa—. Tranquila linda no te haremos nada, eres una shadowhunter ¿verdad?
—S-sí, mi madre me acaba de contar todo, que tengo que proteger a mi hermana, pe-pero n-no sé como —dijo la chica dejando que Isabelle se acercara y soltando un quejido de dolor en cuanto la morena le tocó la herida.
—No hay veneno, solo tengo que hacerte la runa de curación y estarás como nueva para volver a casa —le aseguró Isabelle con una cálida sonrisa mientras sacaba su estela.
—Isabelle —le advirtió la rubia pero fue ignorada completamente.
—N-no, a casa n-no —suplicó la chica.
—Está bien, entonces vendrás con nosotras al Instituto, y te daré algo de entrenamiento, a Jace le gustará conocerte, no tenemos muchos shadowhunters nuevos —le explicó la chica Lightwood.
—¡¿Qué?! ¡Isabelle no! —exclamó enojada Phoenix.
—Relájate Art, ella es una de nosotros —miró a su amiga para luego volver a mirar a la pelirroja—. Mi nombre es Isabelle, pero puedes decirme Izzy.
—Soy Cassandra, Cass —se presentó la pelirroja dejándose agarrar el brazo para que la pelinegra haga la runa correspondiente.
—Ven sígueme Cass, te llevaré al Instituto —le dijo la pelinegra agarrándole la mano y llevándola con ella ignorando las advertencias y quejas de su parabatai y mejor amiga.
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𝐏𝐡𝐨𝐞𝐧𝐢𝐱 [𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫𝐬]
Hayran Kurgu❝Todas las leyendas son ciertas❞ ➳Los Shadowhunters existían para proteger a los humanos de los demonios, porque sí, todas las historias que te contaban de niño son ciertas, pero incluso siendo los que protegen a los humanos ellos también tienen der...