Como se sentía mal por su pobre amigo, Kun lo invitó a un bar después del trabajo.
Invitaron también a Ten.
Al principio se veía normal hasta que, ya con unas copas encima, comenzó a lamentarse.
– ¿Por qué me dejó? – murmuró – estábamos bien –
Los otros dos miraron en otra dirección, lo que no pasó desapercibido para el tailandés.
– Ah, mierda – se quejó – escúpanlo –
Sicheng intercambió una mirada con Kun.
– Eso te toca a ti – dijo al mayor – yo sólo voy a hacerlo sentir una mierda –
Éste suspiró y se terminó su vaso de whiskey de un trago.
– Bueno – carraspeó.
Mierda. No sabía como abordar el tema.
– Sólo dilo, ¿quieres? – hipó – nada de lo que digas va a hacerme sentir peor –
De eso no estaba tan seguro.
– Bien – suspiró – Ten... ¿de verdad estaban bien? –
El tailandés abrió la boca.
– Sí – insistió.
– Ten... –
– Bien – negó – tal vez no. Últimamente... – se le quebró la voz – Dios, debí verlo venir –
– Shhh, no vayas a llorar, por favor – pidió Sicheng – no me gusta que llores. Luego quiero llorar también. Pero creo que es una reacción de mis ojos. A veces, cuando los ojos de otras personas brillan, automáticamente yo... –
– Sicheng – lo interrumpió Kun.
– Sí, perdón – abrazó a su amigo – no vayas a llorar –
– Pensé que si fingía que nada estaba pasando, entonces no lo estaba. Incluso hubo un momento en que las cosas volvieron a la normalidad. Simplemente no sé que pasó –
Sicheng, que parecía no saber que decir, se acabó su cuarto vaso de whiskey y pidió otro más.
– Sé que parece imposible – habló Kun – pero vas a estar bien. Tal vez no ahora, pero confío en que lo estarás –
– ¿Cómo voy a hacerlo? –
– No lo sé – admitió – tal vez deberías iniciar una actividad nueva. O regresar a hacer lo que hacías antes de conocerlo –
– No hacía nada – sorbió su nariz – él me presentó a toda la gente que podría haberme dado trabajo ahora –
– Sabes que puedes vivir conmigo – sonrió Sicheng – es más, te propongo algo – se sentó derecho – si a los cuarenta no consigues nada aún y yo sigo soltero, lo que es muy probable, deberíamos casarnos –
El tailandés lo miró enternecido mientras Kun frunció el ceño.
– Ok – se levantó el mayor – creo que es hora de ir a casa –
– ¿Por qué? – preguntó el peli rosa, haciendo un puchero.
– Por que – lo ayudó a levantarse – estás ebrio y tienes mucho sueño – lo tomó del brazo para comenzar a caminar – vamos. Ten conducirá tu auto y yo iré detrás de ustedes para asegurarme que lleguen bien –
– Estamos bien – rodó los ojos – yo puedo conducir –
– Sicheng, deja que te llevemos – pidió el tailandés – no tengo inconvenientes con eso –
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Stand by me
FanfictionTen era un tipo optimista la mayor parte del tiempo. Siempre pensaba que todo pasaba por algo. Ahora, que su novio lo había dejado, lo despidieron de su trabajo y no tenía donde vivir, no estaba tan seguro. Lo bueno era que tenía a sus amigos, Sic...