Capítulo 15

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Ya eran pasadas las 12.

Ten no se había emborrachado como había planeado. No pudo. El estar al pendiente de YangYang no le permitía relajarse.

Gracias a todos los cielos, el menor y sus amigos llegaron en ese momento.

Como cualquier otro día a cualquier otra hora, corrió al recibidor, pero no esperaba encontrarlo siendo arrastrado por Hendery.

– ¿Qué pasó? – preguntó preocupado.

– Lo siento mucho, ge – se disculpó el muchacho – le advertimos que dejara de beber cuando lo notamos extraño, pero él simplemente no hizo caso –

– Está bien, cariño – acarició su mejilla antes de levantar a YangYang – no fue tu culpa –

– Pero... –

– Está bien – insistió dulcemente – ahora ve a casa. Envía un mensaje a Yang cuando llegues para asegurarme que sí llegaste –

El menor suspiró resignado y asintió.

– Bien. Adiós – se despidió con la mano antes de irse.

Cuando se quedó solo, Ten arrastró a YangYang escaleras arriba hasta su habitación y lo llevó al baño.

– Vamos, Yang. Déjalo salir –

Como si el menor entendiera que carajo estaba pasando, vomitó. Lo hizo por alguna media hora.

Ten lo limpiaba y jalaba la cadena cada que lo necesitaba. No se fue de su lado más que para conseguir el cepillo de dientes del menor y un vaso de agua mineral helada.

Después de asegurarse que ya no vomitaría más, le lavó los dientes con paciencia y luego le dio el agua con un popote.

Como pudo, lo arrastró a su cama y ahí lo siguió hidratando.

– Lo siento – murmuró al cabo de unos minutos.

Ten lo miró. Lo tenía prácticamente sentado encima de él.

– ¿Por qué lo hiciste? – preguntó decepcionado – me dijiste que confiara en ti y vas y haces cosas malas –

El otro se removió.

Por un momento, parecía que no iba a responder, hasta que finalmente lo hizo.

– Jeno estaba bebiendo también –

El tailandés frunció el ceño.

– ¿Qué? –

– Jeno – suspiró – un atleta. Todo un hombre. Es alto, guapo y abrazaba a Renjun mientras bebía como si nada. Bebimos lo mismo y él ni siquiera parecía mareado – negó – no soy nadie al lado de él –

"¿Qué?"

– No digas eso – reprendió – eres más que mucho para cualquiera. Si ese niño no puede verlo y prefiere estar con ese cabeza hueca, entonces el problema es él, no tú –

– Ten... –

– Lo digo en serio – interrumpió – no deberías hacer estas cosas para impresionar a nadie. Estás jodiendo tu cuerpo, YangYang. Y, ¿sabes lo peor? – el menor lo miró interrogante – el único que se hizo daño fuiste tú. Renjun debe estar en su fiesta cool con sus amigos cool y sin que nada ni nadie le importe, pero aquí estás tú, sufriendo por él y por tu estado de ebriedad. Y no te digo como te vas a levantar por que... bueno, eso ya lo verás en la mañana –

Sin poder evitarlo, el menor hizo un puchero.

Se giró lentamente hasta quedar frente a frente entre las piernas del mayor y se dejó caer sobre él para abrazarlo.

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