Capítulo 19

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El departamento de Lucas sí era una miniatura.

Ni siquiera había otras habitaciones además del baño. Literalmente, todo estaba en el mismo espacio. La cocina, el comedor, la sala y su cama coexistían en un área de 6x6.

Para su sorpresa, ni se quejó.

Cuando llegó, el menor le quitó la chaqueta y le ofreció pasar. Obviamente no le hizo un recorrido. Bastó con apuntar una puerta a unos metros para señalar el baño.

Aún así, cenó muy cómodo. Supuso que era gracias a la conversación de Yukhei.

Incluso cuando terminaron de cenar y limpiar siguieron conversando.

Al menos hasta que Sicheng acorraló al menor en la cocina, mientras este terminaba de lavar sus vasos de cartón para reutilizarlos luego.

– No te lo dije antes – susurró mientras pasaba los brazos alrededor de su cintura – pero fue muy sexy verte enojado –

El otro soltó una risita tonta antes de girarse a encarar al mayor.

– Pensé que te estaba defendiendo. Pero veo que puedes valerte por ti mismo – sonrió.

Sicheng se encogió de hombros.

– Matar o morir – dijo en tono de broma, antes de acercarse más y plantar un beso en los labios del contrario.

Primero, a Yukhei se le cortó la respiración.

Nunca, ni en sus más salvajes sueños, había imaginado como sería un beso de Sicheng.

– ¿Estás bien? – preguntó el mayor, divertido.

Se dio cuenta de que no había respondido el beso en absoluto y se reprendió por ello. Era su crush, por amor de Dios, ¿por qué no lo había besado de vuelta?

– L-lo siento – carraspeó – me tomaste por sorpresa –

– Ajá – se encogió de hombros antes de besarlo de nuevo.

Entonces Yukhei sí respondió.

Lo tomó de la nuca y abrazó su cintura antes de darle la vuelta y pegarlo contra la cocina.

Besar a Sicheng era mucho mejor de lo que alguna vez se había podido imaginar. Él era tan listo, guapo, divertido, sexy y...

– Woah – se separó cuando sintió la mano del otro colarse debajo de su camisa – ¿qué haces? –

– Yo... ¿no es obvio? – levantó una ceja.

– Ge – lo miró exaltado, cubriendo su cuerpo con pudor – es muy pronto para eso –

– ¿Pronto? –

– Es nuestra primera cita – asintió.

– ¿Esto era una cita? –

– ¡Sí! – frunció el ceño – y creo que debemos esperar –

El mayor apretó sus labios y miró al piso, intentando no reír.

Nunca había conocido a nadie que le dijera que no. Nadie era tan decente. Al parecer el no era del tipo con el que uno quisiera ir en serio, así que nadie se molestaba en ir más lejos, y si lo hacían, no eran para siempre. Así que todo esto en general era... nuevo.

– Bien – dijo finalmente – lo siento –

– No quise decir... –

– Sé que no – rió – ya habrá tiempo para eso después – estiró su mano al contrario – vamos –

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