Ese viernes, YangYang había estado en extremo servicial.
Kun iría a una cena con un cliente y no regresaría hasta pasada la media noche, después de dejarlo en el hotel, y había dado instrucciones claras de que no le llamaran a menos que fuera una emergencia
Ten pasaría la tarde con YangYang y le dijo que podía hacer lo que quisiera mientras limpiaba y hacía la comida. Para su sorpresa, el menor se ofreció él mismo a ayudarlo con ambas tareas.
Incluso lo acompañó por la despensa, lo que generalmente odiaba hacer.
Ten esperó pacientemente a que YangYang comenzara a hacer berrinche o algo por el estilo, pero el momento no llegó.
Se dijo a sí mismo que no debía caer. Eso debía ser un truco, solamente.
Aunque, definitivamente, apreció la ayuda para acomodar todo lo que acababan de comprar.
Como a eso de las 4 de la tarde, YangYang por fin bajó a la cocina y le habló directamente.
– ¿Una fiesta? –
El menor asintió.
– Pero prometo regresar temprano – explicó rápidamente – Hendery pasará por mi y va a dejarme aquí. También va De Jun –
El tailandés entornó los ojos.
– ¿Por qué me lo comentas hasta hoy? –
– Lo había olvidado – mintió.
– ¿Y le dijiste a Kun? – levantó una ceja.
– Sí, y me dijo que te dijera a ti – mintió de nuevo.
La razón de tantas mentiras es que no quería arriesgarse a que le dijeran que no.
Era el amor de su joven vida de quien estaban hablando. Si él lo invitaba a una fiesta, por la mierda que YangYang iría.
– No lo sé, Yang – negó – no me siento muy seguro. Ni siquiera conozco a ese niño –
– No tienes que conocerlo – hizo un puchero – ¿acaso no confías en mi? –
Ok. La cara de cachorro triste era una táctica que no usaba nunca por que, desde hacía mucho, había dejado de funcionar. Pero, nunca la había usado con Ten.
– No – se acercó el tailandés – no hagas esto, bebé –
"Perfecto"
El mayor tomó su cara entre sus suaves manos y soltó un suspiro pesado. No podía llamar a Kun para verificar, pero tampoco tenía ninguna razón para desconfiar de YangYang.
– Está bien – dijo finalmente – puedes ir –
El alemán sonrió en grande y dio saltitos de alegría antes de abrazar al más bajo.
Ten rodó los ojos y se separó.
– Te advierto que si algo sale mal... –
– No será así – aseguró – lo prometo – besó su mejilla antes de correr escaleras arriba para arreglarse.
Ten lo observó enternecido y negó.
Esperaba de verdad que nada saliera mal, por que él se había comprado algunas botellas de suyu y tendría su propia fiesta.
A eso de las 9 de la noche, Hendery recogió a YangYang. Ten había insistido mucho con sus indicaciones de seguridad y le pidió al menor la dirección a dónde iba y que le enviara su ubicación real, así que se sentía más o menos tranquilo.
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Stand by me
FanfictionTen era un tipo optimista la mayor parte del tiempo. Siempre pensaba que todo pasaba por algo. Ahora, que su novio lo había dejado, lo despidieron de su trabajo y no tenía donde vivir, no estaba tan seguro. Lo bueno era que tenía a sus amigos, Sic...