Stand by me

Capítulo 23

YangYang estaba lo más feliz que se podía. Renjun, no tanto.

Estaba nervioso. No era la primera vez que conocía a la familia de su date, pero era la primera vez que dicha familia era tan rica y con clase.

No tenía experiencia en ese campo. Su familia tenía dinero, pero no tanto. Además eran mucho más ruidosos que la gente con la que estaba sentado en ese momento. Ni de cerca eran tan elegantes. Eran más bien cool.

Y se notaba su nerviosismo. Eso era lo peor. Estaba muy tenso.

– Ok, niño – habló Ten – puedes relajarte, ¿bien? Aquí nadie te juzga –

– Habla por ti – bromeó Kun, ganándose una patada del tailandés debajo de la mesa.

– Bien – carraspeó inseguro – me... me llamo Huang Renjun. Y... –

Y eso era todo.

¿Qué otra cosa iba a decir? ¿Que apenas y lograba pasar sus materias? ¿Que la única razón por la que lo hacía era por que le gustaba a sus compañeros? ¿Que sólo pasaba educación física por que le caía bien al señor Kim? Y no sólo le caía bien. Estaba seguro.

Como fuera, eso no era un buen tema de conversación para hablar con los futuros suegros.

– ¿Por qué no nos cuentas cómo se conocieron? – pidió Ten, intentando aligerar el ambiente.

– Más bien tu versión – dijo esta vez Kun – por que la de Yang la sabemos al derecho y al revés –

El aludido soltó una risita antes de mirar al chino, invitándole a hablar.

– Bien – asintió – como supongo que saben, él y yo somos compañeros de química – sonrió – y tengo que admitir que nunca lo había visto hasta que descubrí que era un genio – lo miró orgulloso.

Sí, podía hacer eso. Hablar de YangYang era su fuerte.

– El día que lo vi pensé que era bastante lindo, así que simplemente me acerqué a saludar. Y luego conversamos un rato y descubrí que es educado y cortés –

– Basta – pidió el menor, avergonzado.

– No, no. Deja que continúe – dijo el tailandés, haciendo un ademán con la mano.

– Luego – siguió el menor de los chinos – seguimos hablando y lo invité a mi mesa, pero nunca llegó – rió – al principio pensé que no le gustaba por que, bueno, no soy un genio como él. Y mis amigos seguían diciendo que él nunca se iba a fijar en mí –

– ¿Quieres decir que te gustaba desde antes? – preguntó Kun.

– Desde la primera vez que lo vi – asintió – pero él no parecía interesado – miró al alemán – y yo hice de todo para que volteara a verme. Incluso fui a la prueba de basquetbol y fingí que había ido a ver a mis amigos, cuando en realidad lo miré todo el tiempo a él –

– ¿Lo hiciste? – susurró el otro.

– Claro que no iba a decírtelo en ese momento – rió avergonzado – pero sí. Mi amigo Lele me dijo que tu nombre estaba en la lista para la prueba, así que yo simplemente fui – se encogió de hombros.

– Te lo dije – se jactó Ten – no necesitas ser ningún tipo musculoso para gustarle a alguien –

– Dios, no – negó Renjun – no son mi tipo –

– ¿Y cuál es tu tipo? – preguntó Kun, intrigado.

Renjun miró al menor y sonrió sin poder evitarlo.