Ese día se hacía la segunda prueba de basquetbol del semestre.
YangYang no había hecho la primera por que realmente no pensaba que fuera a calificar, pero esta vez Ten lo había convencido de que fuera, así que ahí estaba, esperando a que el coach diera los resultados.
Saltó de alegría, literalmente, cuando escuchó su nombre.
Especialmente por que Renjun estaba sentado en las gradas junto con sus amigos, quienes no se veían tan emocionados como el chino.
Una vez les dijeron que podían irse, el mayor bajó corriendo de las gradas hasta que llegó a él.
– ¡Lo hiciste! – tomó sus manos – eso es genial, ¡felicidades! –
YangYang sonrió tímido.
– Gracias – murmuró – ¿viniste a ver a un amigo? –
– Más o menos – asintió – dos de mis amigos ya están en el equipo y los estamos esperando para ir a casa de uno de ellos – los señaló – son aquellos –
Mierda. Esos eran el capitán y co capitán del equipo.
Cada vez que YangYang conocía a alguien del grupo de amigos de Renjun, se daba cuenta de las pocas posibilidades que tenía con él.
Primero, conoció a los tres con los que siempre estaba. Dos estaban en el equipo de americano y todo el mundo los quería. El otro era de los chicos más populares y cotizados de toda la escuela.
Ahora, justo en ese momento, se enteraba que, además, era amigo de los miembros del equipo de baloncesto.
Suspiró un poco decepcionado de sí mismo.
– Ellos son geniales –
– Supongo – se encogió de hombros – como sea. Venía a decirte que... –
Cuando estaba a punto de decirlo, uno de los nuevos jugadores del equipo, Jongho, comenzó a burlarse de él por su incidente del pantalón mojado. Ni siquiera se molestó en disimular.
– Dios, que idiota – se quejó Renjun.
– No es problema – dijo con la intención de ignorarlo.
– Oh, ¿vas a mojarte los pantalones ahora también? – siguió el idiota – ¿el bebé quiere su pañal? –
Cuando el menor estuvo por girarse hacia el abusador, Renjun fue más rápido y respondió él.
– Oye, imbécil – llamó con el ceño fruncido – intento hablar con la gente interesante. Lárgate –
– Vamos, cariño – continuó Jongho – no vas a decirme que perderás tu tiempo con el niño mojado –
Renjun rodó los ojos.
– Suficiente – murmuró, girándose a sus amigos del equipo de americano que seguían en las gradas – Jaemin, Jeno, éste idiota está molestándonos –
El otro par, como si fueran los guardias del chino, bajaron las gradas y caminaron hacia el sujeto en cuestión.
– Ya no tendrás que lidiar con él – aseguró el más bajo.
YangYang luchó contra su curiosidad y se abstuvo de girar a ver el alboroto que escuchaba detrás de él.
Odiaba el acoso escolar, pero él bien podría defenderse de ser necesario. Si no lo hacía, era por que él era fiel creyente de que la violencia no se resuelve con más violencia.
– Como decía – sonrió – el viernes haré una fiesta en mi casa y quería invitarte – se acercó unos pasos – puedes llevar a tus amigos si quieres –
Mierda, ¿qué había en ese chico que tenía tan idiotizado a su pobre corazón? Ni siquiera se dio cuenta de el momento en el que le dijo que sí.
– Perfecto – respondió complacido – nos vemos entonces – miró detrás de él – Nana, Jeno, vámonos –
Cuando YangYang tuvo el coraje de girar, encontró a Jognho empapado y a los amigos de Renjun regresando hacia ellos.
Quiso convencerse a sí mismo que estaba bien, que el tipo se lo merecía, pero en verdad no pudo evitar la sensación de incomodidad y pesar. Al menos no había nadie más viendo.
– No volverá a molestarte – aseguró Jaemin.
Bueno, esa parte no le incomodaba tanto.
– ¿Una fiesta? – preguntó Hendery, que iba conduciendo.
Ese día le pidió al chofer que no fuera por él, ya que Hendery recién había recibido un auto que sus papás de habían dado y se había ofrecido a dejar a sus amigos en casa.
– Dijo que podían ir ustedes si querían – respondió desde el asiento del copiloto – no suena tan mal –
– No lo sé – habló De Jun, que iba atrás – a ti ni te gustan las fiestas –
– Pero a ustedes sí – lo miró – y tienen más experiencia en eso que yo –
– No tanta – rió el conductor – además yo seré el conductor designado –
– Nunca les pido nada – hizo un puchero – ¿al menos podrían considerarlo? –
– Bien – suspiró el más alto – hablaré con mamá –
– ¿Hay algún problema si vas solo? – preguntó De Jun.
– No en realidad – se encogió de hombros – pero van personas muy populares y me da miedo quedarme solo –
– ¿Y qué hay de Renjun? –
– ¿Qué parte de personas populares no entendiste? – negó – como que me estoy resignando a que no soy nadie junto a esos atletas gigantes y musculosos que tiene de amigos –
– Sin contar que estás en Física avanzada – añadió Hendery.
– Eso también – suspiró – soy sólo un tipo que fácilmente pasa desapercibido –
– Tal vez no tanto – rió el mayor – dices que comenzó a hablarte de la nada, ¿no? –
– Ajá – se giró a verlo – ¿por qué? –
– Pues, aún no sabemos lo que quiere de ti, pero no eres completamente invisible –
El menor se giró de nuevo.
– Supongo que tienes razón – sonrió – bueno, lo que sea, yo estoy totalmente feliz con eso –
– Ah, jóvenes enamorados – se burló Hendery, mientras se estacionaba frente al gran portón de la casa de YangYang – largo –
– ¿No quieren quedarse? – ofreció – estoy seguro de que Ten preparó algo delicioso de comer –
– Oh, el hermoso Ten – murmuró De Jun.
– No se diga más – exclamó Hendery, antes de girar su auto en dirección a la entrada de la casa.
YangYang resopló. Aunque no podía culparlos. Ten era de esas personas que naturalmente gustaban a todo el mundo.
"A todos menos a ge" pensó con pesar.
Pero, ¿qué podía saber él?
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Stand by me
FanfictionTen era un tipo optimista la mayor parte del tiempo. Siempre pensaba que todo pasaba por algo. Ahora, que su novio lo había dejado, lo despidieron de su trabajo y no tenía donde vivir, no estaba tan seguro. Lo bueno era que tenía a sus amigos, Sic...