Stand by me

Capítulo 10

– Entonces, ¿nunca habías trabajado en una empresa grande? –

– No, señor – respondió el chico frente a él, sonriente.

Kun reprimió un suspiro cansado.

El muchacho había llegado buscando trabajo "de cualquier cosa" y, aunque al principio se extrañó, pudo ver por qué no buscaba algo específico cuando leyó su currículum.

Sólo trabajaba de ayudante general. Fuera de eso, no tenía ninguna otra experiencia.

Además de eso, ¿quién iba a a una entrevista de trabajo usando una camiseta que le quedaba obviamente pequeña y un pantalón arrugado?

– Sé lo que está pensando – interrumpió el menor.

– ¿Sí? – levantó una ceja.

– Cree que no soy capaz de hacer nada para usted o su empresa –

"Cerca"

– Puedo demostrarle que se equivoca – siguió el chico – por algo su personal de recursos humanos me envió aquí –

"Implicando que pareces un modelo, no encuentro otra razón lógica"

– Bueno – rascó su cabeza – tengo una vacante en correspondencia –

– Eso es perfecto – sonrió brillante – si me contrata, le prometo que no lo voy a decepcionar –

– Aún no decido si... –

Abrieron la puerta.

Era Sicheng que, como siempre, entraba sin tocar.

– ¿Estás ocupado? – preguntó sentándose en el escritorio.

– ¿Te parece que lo estoy? –

– No – se encogió de hombros.

Kun estuvo a punto de disculparse con su postulante, cuando notó la manera en que éste veía a su amigo. Literalmente tenía la boca abierta y los ojos le brillaban.

– Uhm, ge – llamó Sicheng, inclinándose hacia él – ¿quién es éste tipo y por qué me mira así? –

Oh.

Bien, Sicheng era el mejor amigo del mundo, pero al mismo tiempo, el empleado más odioso que tenía. Si no fuera el vendedor que más comisionaba, lo habría despedido hacía años. Supuso que ahora podía vengarse de algún modo.

– Él – señaló al muchacho – es el nuevo chico de correspondencia de nuestro piso – se levantó a extender su mano – bienvenido al equipo –

El menor se levantó lo que le seguía de contento y estrechó la mano de su nuevo jefe.

– Muchas gracias por esta oportunidad. Le prometo que no se va a arrepentir –

– Sé que no lo haré – sonrió – él es Sicheng – empujó a su amigo, quién lo miró con cierto pánico – Sicheng, él es nuestro nuevo compañero de trabajo. Muéstrale su lugar en correspondencia –

– ¿Yo? –

– Tú – asintió.

El peli rosa miró de uno a otro, esperando a que alguno se opusiera y, cuándo no lo hicieron, soltó un quejido.

– Bien – bufó – sígueme –

Justo cuando salían de su oficina, Kun habló de nuevo.

– Oye – los detuvo – ¿cómo dijiste que te llamabas? –

– Llámeme Lucas – sonrió.

– Lucas – repitió – bueno. Que tengas buena suerte – se despidió.