NARRA JIMIN
No puedo creer que ella haya muerto, siempre dicen que el mal siempre permanece en este mundo. No puedo alegrarme por una noticia como esa, no al recordar algunos momentos bellos que pasamos pero debo admitir que me encuentro con un peso menos en mi corazón.
Varios días han pasado, pero no tengo idea cuántos, solo puedo ver el amanecer y el anochecer a través de la ventana de esta habitación de hospital, hoy me dan el alta pero a ella no, no ha dado señales de despertar.
No me han permitido verla, ni si quiera me dejan abandonar la habitación, temen que sea demasiado para mí cordura.
Cómo les explico que lo único que quiero es verla, no me importa el dolor que conlleve, solo quiero tomarla de la mano, acariciarle su cabello...
-Asi que nuestra madre termino castigándome y me mandó a cuidarte.
Es lo único que logró escuchar de la conversación de mi hermano.
- Debes hacerle caso a nuestra madre.
Es lo único que logró decir ya que no tengo ni la más remota idea de porque lo castigo, tuve una pequeña pelea con ella y me siento mal por ello.
Ella solo se estaba preocupando por su hijo, claro que quiere lo mejor para mí y no entiende por qué la quiero tanto.
-claro, como si tú lo hicieras-
Reprocha con una sonrisa de lado- sabes que estoy harto de verte sufrir, te sacaré de aquí para que vayas a verla.
Agradezco su intención pero no sería la primera vez que lo intentará, he logrado llegar hasta la sala de cuidados intensivos pero necesito una tarjeta de algún doctor para poder entrar.
-No puedo, ya lo he intentado
Digo con un puchero.
-Es por que no tienes mis habilidades.
Se pone en pie y se marcha de la habitación, agradezco que venga a hacerme compañía pero preferiría estar solo.
No me dejan respirar tranquilo, temen que pueda cometer una locura, como si eso fuera posible, estaré aquí para verla despertar y poder verla sonreír nuevamente.
Pasan un par de minutos cuando mi hermano entra con una gran sonrisa de oreja a oreja, me muestra una tarjeta, me da un vuelvo de emoción ¡El hijo de puta lo logro!
-¿Cómo lo hiciste?
-La tome de una de las enfermeras principales la pobre está más dormida que un tronco, tendrás que regresar antes de que despierte.
No siempre quieres patearle el trasero a tu hermano en momentos como este lo amo más.
-Lo se, pero tendrás que comprarme la nueva consola de Video juegos.
-Te comprare todo lo que quieras.
Sonríe y me entrega la tarjeta, con mucho cuidado retiro la aguja que se encuentra insertada en mi brazo, odio tener el suero conectado.
Con pies temblorosos bajo de la cama, pierdo el equilibrio por un momento pero el pequeño me ayuda a sostenerme.
-oh vamos viejito, tienes que ser mejor que eso.
Le doy un pequeño golpe en la nuca, este solo suelta un pequeño quejido.
-Te llevaré.
-No debes cubrirme, si viene alguien cobijate.
Abandono la habitación, afortunadamente ninguna enfermera se encuentra en el pasillo, camino lo más rápido que puedo sosteniendome de la pared.
Por suerte no está muy lejos, para cuando llego a la unidad de cuidados intensivos agradezco a los cielos.
Estoy de suerte no se encuentra nadie, el lugar consta de dos partes, el lugar de los heridos y una primera sección para sanitizar.
Supongo que debes entrar con los trajes, tomo uno, me coloco cubre bocas, guantes, gorro etc.
Al pasar por el pasillo recibo una descarga de humo, después la puerta se abre, solo hay dos pasientes, me dirijo a la primera camilla, mi corazón da un brinco.
Es ella, tiene conectados cables por todos lados, su piel está tan pálida, sus labios resecos.
Inseguro de sí puedo tocarla o no me conformo con pasar mi mano por su mejilla.
Un par de lágrimas se deslizan por mis mejillas, no debo llorar, no vine hasta aquí solo para llorar frente a ella.
-Quiero que sepas que estoy bien, no te preocupes por mi.
Que estúpido soy, no sé si pueda escucharme pero debo decirle lo que llevo guardado dentro.
-Tuve mucho miedo, miedo a perderte, aún así estás aquí luchando por despertar.
Me detengo al escuchar una puerta abrirse pero no es nadie, tal vez solo mi imaginación .
-Probablemente pienses que no vale la pena luchar.... Yo me tomo el descaro de pedirte que lo hagas....lucha por mi...por los chicos....por la felicidad que la vida nos ha robado.
Alguien toca mi hombro , doy un gran salto, me encuentro con uno de los doctores.
-No puede estar aquí ¿Cómo a entrado?
Le muestro la tarjeta, el se me queda mirando con el celo fruncido.
-Por favor.... Solo permítame un par de minutos más.
Le ruego con todo el corazón, el se apiada de mi y me muestra su mano indicándome que tengo 5 minutos, se dirige a la camilla contigua para revisar al otro paciente.
-Tengo que marcharme pronto, estaré esperando por ti, por que quiero vivir contigo una cosita llamada amor.
Mi corazón late fuertemente, mis mejillas se sonrojan como si ella pudiera escucharme.
-Quiero amarte....y no por que piense que te pareces a ella, es por que tú eres única, me he dado cuenta un poco tarde pero debo decirte que ese beso no fue un accidente.
-Cuidare de ti, lo prometo.
Al lugar entran un par de doctores más, hago una pequeña reverencia y me retiro del lugar, no sin antes acariciar su mejilla un última vez.
Regreso a mi habitación , mi hermano finge estar dormido cobijado de pies a cabeza.
-Soy yo.
El se baja de la cama, me mira con compasión y lastima, me doy cuenta que las lágrimas no paran de salir, avergonzado me cubro el rostro.
-Creo que ella también te quiere, luchará por volver.
Le entrego la tarjeta para que vaya a devolverla, para cuendo regresa su expresión demuestra culpabilidad.
-La enfermera ha Sido regañada severamente, me disculpé con los doctores pero aún así dicen que fue descuidada.
Lamento que ella haya salido perjudicada , yo también me disculpare, lo único que quería era verla con mis propios ojos.
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YO NO SOY ELLA
Fiksi PenggemarTras ser secuestrada, torturada y mutilada de diferentes formas Yuritzi despierta en el hospital, encontrándose con siete par de ojos de desconocidos, esposada a una cama le comienzan a decir cargos policiales que según ellos ella cometió. Lo que...