Instinto

Omega

Joaquín POV

A la mañana siguiente llegué a la escuela sintiéndome aún más nervioso, nos recibió la maestra de biología en la entrada y nos acomodó en orden alfabético, ya que esos días solían ser algo caóticos, los demás grados no asistían, únicamente los de último año.

La fila se extendía hasta darle vuelta al pasillo, uno a uno entrábamos a la enfermería y luego esperábamos una hora por nuestros resultados, después nuestros padres pasaban a buscarnos. El sistema se había implementado para evitar que el primer celo nos tomara por sorpresa, pues habían tenido varios incidentes en el pasado entre alfas y omegas, ahora los padres podían prevenir esa situación y dejarnos en casa con un permiso especial o conseguirnos supresores*.

Apenas la primera persona cruzo la puerta de la enfermería mi cuerpo entero comenzó a temblar, no quería ni pensar en la posibilidad de no ser un omega, conocía a Emilio desde que era un niño, seguramente todo su discurso en contra de nuestra naturaleza estaba basado en su necesidad de no ser controlado, pero un día iba a sentir ese dulce aroma y encontraría a su pareja destinada. Si mi resultado era el que quería ese podría ser yo, una sonrisa se coló en mis labios imaginándome con él, podríamos tener bonitos cachorros y ya no tendría que espiarlo por una ventana.

―Bondoni, Joaquín. ―murmuró la profesora leyendo su lista, asentí y ella me dedico una sonrisa tierna, la mayoría de nuestros maestros eran betas, otra regla para protegernos. ―Es tu turno, cariño. ―suspiré una última vez y cruce las puertas.

Una hora más tarde estaba sentado en la cafetería en espera de nuestros resultados, nos habían ordenado en grupos de quince personas en cada mesa, en la nuestra solo quedábamos tres personas, Azul, Diego y yo, el profesor de gimnasia apareció con un nuevo paquete de folders que contenían nuestros nombres, llamo a Azul, a dos chicos de una mesa diferente y finalmente dijo mi nombre.

Azul y yo salimos juntos de la cafetería y nos detuvimos en mitad del pasillo sin abrir nuestros expedientes aún.

―Hagámoslo juntos. ―exclamó mi rubia mejor amiga, sonreí ligeramente y asentí, abrí mi folder temeroso, mis dedos estaban temblorosos y mi corazón iba a mil por hora. ―Omega. ―exclamó de nuevo con una enorme sonrisa. Suspiré pesadamente y saque mis hojas lentamente. ― ¿Y? ―una enorme sonrisa se instaló en mi rostro y asentí.

―Omega. ―soltó un pequeño grito y nos fundimos en un abrazo lleno de emoción, en unas semanas volvería a compartir escuela con Emilio y tendría mi primer celo*, entonces él podría percibir mi aroma y se daría cuenta de lo que yo ya sabía, que éramos destinados.

Salimos de la escuela en busca de nuestras madres en el estacionamiento, la mamá de Blue estaba a unos metros de la entrada, nos despedimos sonrientes y observe el lugar sin poder encontrar a mi madre, pero entonces una camioneta bastante familiar entro en mi campo de visión.

Baje los escalones de la entrada rápidamente y él bajo la ventana, le dedique una sonrisa sincera antes de que él me hiciera una señal para que subiera.

―Elizabeth me pidió que pasara a buscarte. ―explicó, asentí sin más preguntas y me coloque el cinturón de seguridad, lo único que llevaba conmigo eran mis resultados y su mirada le dio un leve vistazo antes de volver a poner el auto en marcha.

― ¿No quieres saber que soy? ―exclamé sonriente, él me miró de reojo y suspiró pesadamente.

―Sé lo que eres. ―fruncí ligeramente el ceño, pero la sonrisa en mi rostro fue imposible de quitar.

― ¿Cómo podrías saberlo si apenas me he enterado? ―él sostuvo con más fuerza el volante, pero no tardo en recomponerse y poner los ojos en blanco.