Frío

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Joaquín POV

El resto de la semana él tuvo pegado ese aroma, lo sentía al despertar y al irme a dormir, incluso en los pasillos cuando lo veía a lo lejos, mi omega no estaba de humor, la tristeza inicial se volvió solo ira contenida y mis deseos de arrancarle el cabello a esa chica se hacían más grandes con el paso del tiempo.

El viernes salimos temprano por una junta de maestros, mientras caminábamos rumbo a nuestras casas, Azul menciono la feria de la que Ale tanto le había hablado esa semana, aparentemente varias personas de segundo año estaban planeando ir juntos ese día en la noche y Ale había invitado a Azul, el único problema era que sus padres no iban a dejarla ir sola con un grupo de, en su mayoría, alfas, así que quería que Diego y yo la acompañáramos.

―Por favor, ya le dije a Ale que iría. ―exclamó con un puchero, Diego se encogió de hombros.

― ¿Quién va a llevarnos? Ninguno de nosotros sabe conducir y no voy a arriesgarme a irme caminando en la noche, solos. ―exclamó sin mucho interés, tenía razón, éramos tres omegas, sin alfas, andar solos no era una opción.

―Le pregunte a Ale si podía invitarlos y dijo que estaba bien, ella puede llevarnos a los tres. ―exclamó sonriente.

―Tengo que preguntarle a mi mamá. ―murmuré en la intersección donde ellos darían vuelta y yo seguiría derecho. ―Si ella dice que puedo ir, te llamó ¿sí?

―De acuerdo. ¿Diego? ―el rubio suspiró pesadamente y asintió.

―Le preguntaré a mis padres. ―Blue dio un pequeño saltó de emoción y se despidió para ir a su casa, Diego me miró con una sonrisa divertida. ―Te veo en la noche. ―exclamó antes de irse por otro lado, sonreí y continúe mi camino rumbo a mi casa.

Mi madre había tenido un día tranquilo, me explicó que no había sentido la necesidad de volver a la cama y que había comido bien, supuse que estaría bien si salía un rato, ella estuvo encantada de que lo hiciera, incluso quería ayudarme a elegir un bonito atuendo, le expliqué que no era para tanto, pero se veía que estaba teniendo un buen día y no quise quitarle la emoción de elegirme la ropa.

Cerca de las seis Alejandra paso por mí, en el auto ya estaban Azul y Diego, así que partimos directo a la dichosa feria, no recordaba haber ido a una desde que era un niño, antes de la muerte de mi padre, pero me recordaba que me gustaba la rueda de la fortuna y los juegos que iban muy rápido.

Durante el camino Diego me contó que Andrés y Emilio estarían ahí, mientras que Azul y Ale hablaban sobre los juegos a los que querían subir juntas. Trate de no pensarlo demasiado, aunque en el fondo rogaba que Emilio estuviera solo, sino terminaría por gritarle a esa chica que él era mío y poco me importaba si llamaba la atención.

Ale dejo el auto a unos metros del lugar, pero a nosotros nos dejó bajar en la entrada, excepto Azul que se ofreció a acompañarla, mientras ellas regresaban compramos las entradas.

―Joaco. ―el aroma a chocolate no tardo en alterarme los sentidos y di un pequeño salto de sorpresa. ―No sabía que vendrías.

―Somos chaperones. ―exclamó Diego rodeándome por los hombros, sonreí ligeramente, hasta que note a las personas que venían detrás de él, Roy, Eduardo, Emilio y Seidy.

― ¿De quién? ―murmuró Andrés sonriente, su aroma estaba saliendo de nuevo y por primera vez agradecí tenerlo ahí para no percibir el aroma de ella.

―De Azul. ―respondí observando a Emilio abrazar por la cintura a la chica con olor a cereza, Diego me dio un suave apretón y lo miré incomodo, ahora quería irme a mi casa.

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