Cantantes Omegas ||Joerick|Chrisdiel|| Terminada

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—Gracias —susurra el castaño bajando del auto.

La bebé estaba durmiendo y eso por una parte lo tranquilizaba, no se daba cuenta, pero soltaba sus fermonas, el cual eran de tristeza.

Por otro lado, Zabdiel había llegado al hospital por la llamada de algunos enfermeros.

La bebé había desaparecido, ocasionando una angustia en los padre y un gran temor a Zabdiel, todo era su culpa, no le dijo nada a Christopher y es por eso que se robo a una bebé que no era suya.

Mira a los padres y con sumo nerviosismo se acerca.

—Disculpen.

—¿Qué desea? —el hombre se notaba desanimado, era un alfa y no sabía que cosa podría pasar entre ellos dos.

—Tengo que decirle algo.

—¿De que se trata?

—Es sobre su hija, yo se conozco a la persona que se lo llevó.

Cuando terminó lo que dijo, es sostenido por el alfa con fuerza, estampándolo contra la pared.

—¿Dónde está mi hija?

—Suélteme primero.

—Dije que hablaras.

Sabía que estaba utilizando su voz ya que la chica se encontraba un tanto nerviosa.

No estaba dispuesto a ser  visto así.

Lo agarra del brazo, torciéndolo un poco, logrando una fácil salida.

—Escúcheme bien, el omega que se llevo a su hija es mi omega y déjeme decirle que el no le haría daño a nadie.

—¿Entonces por qué lo hizo?

—Él piensa que es su hija.

—¡Eso es ilógico!

—No lo es, él no sabe nada y el que inicio todo fui yo, yo le dije que ella era su hija porque no podía decirle que nuestro cachorro había muerto—baja la mirada.

—Eres un..—estaba apunto de golpearlo, pero es detenido por la chica, el cual le dedica una mirada amenazante.

—No todo es golpear y aprende a comportarte —suelta su brazo y voltea a mirar al chico— joven, me asegura que mi hija estará conmigo devuelta sana y salva.

—Lo prometo.

—¡Cuando tengamos a nuestra hija, ustedes se irán a prisión!

—¡Cállate! —grita la chica enojada— ¿Qué te estoy diciendo?

—Pero amor.

—Pero nada, el omega no tiene la culpa de nada y no vamos a hacer ninguna denuncia ¿entendiste? —el chico asiente— bien.

—Tenemos que ver las cámaras de afuera.

El lobo interno de Zabdiel aullaba, necesitaba a su omega.

Estaba seguro que el omega le contestaría y sería haría más fácil hallarlo.

Mientras veían las cámaras, siente un pequeño escalofrío y después de eso el tan ansiado aullido de su omega, sin decir nada sale corriendo en busca de ello.

Sus lobos internos eran los que se comunicaban y estaba seguro que Christopher no se iba a quedar en un lugar sabiendo que su omega lo estaba delatando.

Su forma animal estaba dominándolo y ya nada le importaba.

Cada paso que daba, empezaba a percibir el aquel delicioso aroma de su hermoso omega. Cada vez más cerca.

—Christopher —susurra al verlo de lejos corriendo— ¡Christopher!

Cuando  logra alcanzarlo, lo levanta.

—¡Bájame! —grita el castaño, abrazando a la menor, el cual se encontraba llorando.

—Basta Chris —lo mira—esa pequeña no es tu hija.

—Si lo es.

—No lo es, nuestro hijo murió —susurra.

—No es verdad, me estas engañando —sus manos temblaban mientras miraba a la bebé— s..solo..

—Chris —acaricia su mejilla— por favor.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—No quería lastimarte, se cuanto querías tener al cachorro.

—Pero.. como.

—Sufriste una caída y...

—¿Eso mató a mi bebé?

—No, el bebé ya estaba muerto en tu interior, solo era sacarlo.

—¿P..Por qué? 

Sus lágrimas no paraban de salir, miraba a la pequeña bebé llorar y sentía muy miserable, no era su hija después de todo, era un secuestrador y lo meterían a la cárcel, eso podía ser posible.

—No quiero ir a la cárcel Zabdiel, yo no sabia que no era mi hija.

—No te preocupes por eso, los padres solo esperan que su hija sea de vuelta sana y salva.

—¿Seguro que no me denunciaran?

—Te lo aseguro, yo les di mi palabra que su hija regresaría en buen estado.

—Entonces vamos con ellos.

Zabdiel solo suspira y se dirige con el chico en sus brazos al hospital, tal vez hoy sea el día en que se lo pueda llevar a la casa y estar un tiempo con él.

Solo espera que no hubiera que prensa cuando regresen al hospital, no necesita que se haga un escándalo y mucho menos que formen una mala imagen de Christopher.

Pero parece que su suerte no estaba con él ya que al regresar y encontrarse solo unos metros del hospital, logra ver varios carros y periodistas, el cual se encontraban entrevistando a los padres de la bebé.