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A la mañana siguiente, Christopher esperaba a Zabdiel, quería que le explicara lo que Erick le había contado.

—Estoy seguro que Erick lo dijo de broma.

Eran aproximadamente las 11 y ya era la hora de visitas. Y era raro pues ahí entraba su alfa y su madre, más no fue así, esta vez.

—Tal vez se le hizo un poco tarde.

Miraba por la ventana y de vez en cuando entraba a su celular, mirando historias sobre sus amigos.

—De verdad los extraño.

En eso entra la puerta se abre, captando la atención del omega, pero no era a quien quería ver, si no era una enfermera.

—Eh disculpe, no ha visto un alfa rubio por ahí, es que viene a visitar.

—¿Rubio? —se queda pensando un poco— no señor, creo que no lo he visto, o al menos ningún rubio.

—Gracias de todos modos.

En eso su celular empieza a sonar, notando el nombre de su alfa en primera plana.

Zabdiel, ¿Qué pasó?

Lo siento Chris, hoy no podré ir a visitarte, te prometo que mañana estaré contigo y te llevaré un pequeño regalo

Esta bien

Nos vemos mañana, bebé

Espera Zabdiel, quiero que me respondas una cosa

¿Qué cosa?

Es sobre mi hijo, verdad que no está muerto

Mañana hablamos

Zabdiel

Mañana hablamos Chris, te contaré todo

¿Entonces no lo es?

Cuídate

En eso la llamada termina.

—No, no puede ser verdad —susurra para levantarse de la cama— tengo que ver a mi hija..

Sale con sigilo de la habitación, sin dejar que ningún personal médico lo vea.

—Veamos donde estás mi amor.

En eso ve varias cunas y buscaba a la pequeña niña, por suerte suya, la encontró durmiendo.

Entra a la habitación al ver que estaban los encargados y se acerca a la cuna de la niña.

—Mi amor —susurra y acaricia su mejilla— yo soy tu papi y nadie te va a separar de mi.

—¿Qué hace aquí señor?

—Vengo a ver a mi hija.

—Esa niña no es su hija, por favor déjela.

—No —abraza a la pequeña niña— es mi hija y punto.

—Pero se..

En eso llaman a la enfermera, ella no quería irse, no quería dejar que ese joven tenga a una bebé que no era suya, además de que podía pasar cualquier cosa.

Pero era tanta la insistencia de sus superiores que tuvo que dejarlo, no sin antes advertirle de que no se vaya de la habitación.

—Ellos te quieren alejar de mí —susurra— tengo que ir con Zabdiel.

Agarra la pequeña manta y sale con la bebé en brazos. Por suerte para él, la bebé estaba completamente dormida.

Paso todos los controles de seguridad, esquivando a los enfermeros, doctores, pediatras e incluso a los que estaban en la computadora.

Estaba por salir sin ningún problema, de no ser por la enfermera que había entrado hace unos minutos.

—¡Deténgase!

El omega hizo caso omiso y sale corriendo del hospital, siendo seguido por la enfermera y dos guardias.

—¡No les voy a entregar a mi hija!

Antes de que lo pudieran atrapar, toma un taxi, logrando escapar con bebé en brazos.

—¿A dónde?

Christopher se queda pensando, quiere ir a la casa de su madre, pero ahí debe estar Zabdiel y si le quita a su hijo.

No podía dejar sola.

Puede ver como la bebé se empieza a mover en sus brazos y empieza a llorar.

—No, por favor no llores.

—¿A donde joven?

—A esta dirección por favor —le muestra el papel— lo más rápido que pueda.

Trataba de calmar a la pequeña y aunque hacía todo lo que pudiera, no podía callarla.

Tal vez tenía hambre.

—Seguro extraña a su madre o padre —se atreve a decir el chófer.

—¿Qué dice?

—Los cachorros recién nacidos, extrañar el aroma del omega, ya sea hombre o mujer.

—Pero..

—¿Usted es su padre?

—Si.

—Entonces debe ser porque seguro es un alfa y los bebés primero rechazan a los alfas, la otra razón sería porque es la primera vez que lo ve durante el parto si resulta ser omega, aunque es un poco ilógico, suele suceder.

Christopher se queda pensativo, mirando al bebé llorar.

Cantantes Omegas ||Joerick|Chrisdiel|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora