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A la mañana siguiente, Renato estaba alterado, las imágenes de Christopher con Zabdiel en esa posición había salido en la televisión, y la prensa se encuentra fuera del hotel para que den sus opiniones.

—Ahora que haremos —Christopher estaba nervioso, esas imágenes que le habían tomado era muy sexual para su gusto.

—Dirás la verdad, que eres un omega y todo eso, pero no metas a Zabdiel en esto.

—¿Porqué?

—El solo reaccionó a tu celo, dirás que no son pareja y solo fue un malentendido.

El omega asiente dudoso.

Camina hasta la puerta dispuesto a salir.

—¿A donde vas? —pregunta su manager.

—Diré a la prensa que soy omega.

—No, lo harás en un directo al igual que Joel y Erick lo hicieron.

—Entonces para eso tengo que estar yo —interviene el boricua— ya que estuve con él.

—Bien, creo que será mejor así.

—Entonces vamos —jala al castaño para una de las habitaciones.

Mientras que los dos involucrados en la foto trataban de resolver el problema, Erick se estaba arreglando para la salida con Joel, estaba nervioso y no sabia que ponerse.

—Me veo horrible —mira molesto al espejo— que hago...

—¿Problemas? —entra el moreno con una enorme sonrisa.

—¿Porqué tan feliz? 

—Yocelyn me confesó que aun no me ha olvidado.

—¿Y tú? —sonríe, sabe muy bien cual es su respuesta, pero quiere escucharlo.

—Sabes que por más chicas que veía, ninguna se compara con ella ya que ademas es la madre de mi princesa.

—Me alegro mucho por ti,

—¿Y tú? Porque te arreglas tanto.

El omega de ojos verdes se sonroja.

—Nada, solo quiero verme bien.

—No tenemos ninguna entreviste o concierto —entrecierra los ojos— dime la verdad.

—Voy a salir con Joel —desvía la mirada sonrojado— y no se que ponerme.

—Déjame ayudarte —se acerca al armario.

Richard ayudaba a Erick con su traje, mientras que Joel se encontraba de regreso al hotel, ya que andaba buscando un detalle para la cita con el omega, aunque sabia que Emilia lo había seguido a escondidas, pero no dijo nada.

—Estoy nervioso —regresaba al hotel con un pequeño peluche de gatito.

—¿Y tú donde estabas? —pregunta Renato mirándolo.

—Por ahí —entra con rapidez, lo había olvidado, Renato no los dejaría salir.

Camina deprimido a la habitación del cubano y entra sin preguntar.

—Erick escu... —calla al verlo con una polera y unos pantalones ajustados.

—J-Joel —se cubre el rostro sonrojado— se supone que me avisarías.

—Ah..sobre eso —se rasca la nuca con nerviosismo— veras...

—Quieres cancelarla..

—¡No! pero Renato no nos dejará salir juntos.

—Oh... —la mirada de Erick se había apagado— no te preocupes, otro día saldremos.

—No, claro que no —los interrumpe el moreno— yo los ayudaré.

—No creo que sea buena idea —susurra el rizado.

—Dije que los ayudare —mira serio al rizado, dándole como una mirada asesina que hizo temblar al de bandana.

—G-Gracias.

—Bien, ¿ya se irán?

—Si, pero un momento —sale de la habitación corriendo y viene lo mas rápido— te compré esto —muestra el pequeño gatito— es tierno como tú.

—G-Gracias Joel —lo agarra y mira el peluche sonrojado, uno pequeña sonrisa se le forma en el rostro, ahora ese será su peluche favorito.

—V-Vamos —estira su mano en señal de que este lo agarre.

—S-Si.

Ambos chicos eran un manojo de nervios.

—Apuren —indica el moreno— Renato está en la cocina, pueden aprovechar en escapar y no se preocupen que si preguntan por ustedes, le diré que tu Erick estas durmiendo y u Joel te fuiste a comer tus papas.

—Que gran escusa —dice con sarcasmo el rizado.

—Cállate y lárgate —los empuja fuera del hotel— pero eso si, quiero que me traigas a Erick temprano, ahora si adiós —cierra la puerta.

—¿A donde iremos?

—Al parque, aunque quise hacer una reservación en algún restaurante me la negaron, trate de encontrar uno..  —explicaba con tal rapidez que Erick pudo reflejar nervios y miedo.

—Calma Joey, me parece una buena idea ir al parque.

—Bien, vamos —sonríe— solo espero que nadie nos esté viendo o tomando fotos.

—No lo hará, pero vamos ya —lo jala del brazo, estaba emocionado.

Cuando llegaron al parque, los dos chicos se la pasaban de maravilla, habían fans que les pedían fotos y autógrafos, claramente aceptaron.

Erick miraba ilusionado a Joel, verdaderamente ese era su alfa, un chico tierno, comprensivo y sobretodo humilde.

Al ultimo juego que subieron era la rueda de la fortuna.

—Que te pareció Er.

—Me encantó —lo mira.

Joel notó un ligero brillo saliendo de ello.

Ambos se miraban, el silencio no era para nada incomodo y a ambos les gustaba.

Que me muero por besarte la boca, mamá

Hace tiempo que mi sueño e' volverla a probar

Porque bailas como nadie más sabe bailar

Te pareces a la playa y las olas del mar

Con esa música, Joel tomó el valor de acariciar su mejilla y con su pulgar los labios del omega.

Erick lo miraba sin moverse, sentía que poco a poco la distancia entre los dos era mas corta. Coloca ambas manos en el pecho del mas alto y se acerca, alzando su rostro y quedando a un paso para besarse.

—Joey...esto, esto —no podía hablar, quería besarlo.

—Esto que Erick —la respiración de ambos empezaba a tonarse agitada— a caso no quieres —lo apega mas a su cuerpo.

—Yo... —mira los regordetes labios del alfa— si quiero...

Con eso basto para que Joel lo besara y lo abrazara con posesión.

Cantantes Omegas ||Joerick|Chrisdiel|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora