P'Godji

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Off

El presente.

Él no está cuando despierto, y lo odio. El detestable timbre de mi teléfono suena a todo volumen y es el rostro de Rae el que encuentro cuando reviso el identificador. Ella fue la que puso su foto en mi teléfono, tiene la misma expresión que pone cuando tenemos sexo, el rostro de lado, los labios levemente separados, el cabello desplegado por toda la almohada. No estaría sorprendido si se hubiera estado masturbando con un vibrador cuando tomó la foto. Contesto la llamada porque conozco a Rae. Sé que, si no lo hago, estará llamándome cada cinco minutos hasta que responda.

—¿Qué pasa? —pregunto, palmeando mi pene. No estoy duro, pero está palpitando como un bastardo. Anoche fue una locura. No he follado a nadie con esa intensidad desde hace mucho tiempo. Realmente espero que Gun esté experimentando problemas para caminar, donde sea que esté.

—Hola guapo. Solo quería saber de ti y preguntarte cuándo llegas a tu casa. Creo que dejé mi ropa interior la otra noche.

—Siempre dejas la ropa interior en mi casa.

—Lo sé, pero son de las buenas. Las quiero de vuelta.

Gimo, frotándome los ojos. El reloj en la mesa de noche dice que es la una en punto de la tarde; el sol estaba saliendo cuando Gun y yo terminamos nuestra aventura. Definitivamente no siento que haya dormido suficiente.

—Rae... No sé qué decirte. Puedes hacer que el portero te deje entrar si realmente la quieres de vuelta. De otra forma, no estaré en casa en una semana más o menos. —Prácticamente puedo escucharla ponerse de mal humor.

—Pero dónde está la diversión en que me dejen entrar. Si el portero me abre, tú no estarás ahí para follarme.

—Haz que el portero lo haga. Estoy seguro de que estará más que feliz de obedecer.

—Hmm. —Rae hace una pausa, como si lo estuviera considerando como una opción. Probablemente para ella lo era— Está bien, hasta luego, nong. Te veré cuando vuelvas a casa. —Cuelga y la línea queda en silencio. Confundido durante un segundo, considero llamarla para decirle que no folle al portero en mi cama, pero luego desisto y me levanto.

Bajo las escaleras en bóxers y mi corazón casi explota en el pecho cuando veo una figura sentada en el comedor. Al principio creo que es Gun. Pero no es. Es P'Godji, de todas las personas, sentada en la mesa comiendo lo que parece ser cereal de un tazón que no reconozco. Seguro lo trajo de su casa.

—Mierda, phi. Me asustaste. ¿Trajiste tu propio cereal?

La mujer no levanta la cabeza para mirarme. Se lleva otra cucharada de cereal a la boca frunciendo el ceño profundamente y mirando por la ventana al otro lado de la habitación.

—Tú y tu chico tienen un montón de fantasmas sobre ustedes, Off Jumpol. ¿Sabías eso?

P'Godji siempre ha estado un poco loca. Incluso cuando éramos niños, decía las cosas más extrañas acerca de espíritus y lo que ella llamaba "atormentados". Si alguien bebía mucho o golpeaba a sus animales, si fallaba un examen, era víctima de un atormentado. Era entretenido cuando éramos niños escucharla hablar, pero ahora me doy cuenta que era solo una forma de perdonar a alguien por sus defectos. Quizás erróneamente en algunos casos.

—¿De qué estás hablando, phi? —Paso por su lado para llegar a la ventana donde las cortinas están parcialmente abiertas dejando que un haz de luz dorada se filtre por la habitación, que de otra forma estaría oscura—. No creo en los fantasmas. No son reales.

Calicó |OffGun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora