Feliz cumpleaños, bicho raro

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Gun

En aquel entonces.

La primera vez que Off Jumpol llama a mi puerta, no estoy tan aterrado como debería. En los últimos seis meses, me ha acompañado a la escuela cada mañana, pero se encuentra conmigo a seis cuadras de la calle, lo suficientemente lejos de mi casa para que mi padre no tenga ninguna posibilidad de vernos juntos. Cada mañana llega sin aliento a mi lado, sonriendo de oreja a oreja, con los auriculares enredados en un lío alrededor de la garganta a punto de quedar estrangulado. Y todas las mañanas sin falta me dice que debo "dejar de hacerle ojos" o de lo contrario va a besarme. Niego la parte de hacerle ojos, pero en secreto quiero que me bese. No nos hemos acercado a eso; ni siquiera nos hemos tomado de las manos, pero me parece, y a veces creo que a él también, que somos algo más que amigos. Por tanto, sí. Esta mañana es diferente porque Off no se encuentra conmigo calle abajo. Es sábado, y llega a la puerta y llama cortésmente en el cristal de la puerta principal como si fuera completamente normal y no un motivo de preocupación en absoluto. Cualquier otro día sus acciones podrían ser motivo de gran ansiedad. Sin embargo, hoy no. Hoy es especial.

Abro la puerta y ahí está en toda su gloria de jeans rasgados y camiseta, blandiendo una sonrisa asesina en su rostro y un paquete envuelto en papel azul en sus manos.

Feliz cumpleaños, bicho raro ―me dice.

Mi corazón se siente como un globo flotando arriba, arriba, arriba en mi pecho.

—Tú eres el bicho raro. —Doy un paso atrás para dejarlo entrar en casa, y Off entra. Ni siquiera trata de ocultar su curiosidad mientras mira alrededor del vestíbulo y la sala a nuestra derecha.

—¿Te has dado cuenta? —pregunta, ofreciéndome el paquete envuelto en papel azul—, de que es realmente jodido que tu padre deje la ciudad en tu cumpleaños cada año. La mayoría de los padres quieren quedarse y celebrar el nacimiento de sus hijos.

Tomo su regalo, tratando de no sonrojarme ferozmente cuando nuestros dedos se rozan entre sí.

—Mi padre no es como el papá de todos los demás. Obviamente.

Una mirada triste pasa por el rostro de Off, sus cejas se inclinan para formar una línea.

—Sí. Bien. Obviamente.

Curiosamente, mi padre ha estado lejos cada vez con más frecuencia. Y tampoco me ha levantado la mano tan a menudo como de costumbre. Eso no quiere decir que me ha dejado del todo, pero mis contusiones han sido menos frecuentes. Menos historias vívidas en negro, azul y púrpura. Sin embargo, no quiero hablar de mi padre. No quiero ni pensar en él. Hoy no. Hundo un dedo en la forma del paquete sintiendo capas raras y formas en el interior.

—¿Debo abrir esto ahora? —pregunto en un susurro.

—Deberías absolutamente abrir eso ahora. Toda la semana he estado imaginando la expresión que vas a poner cuando veas lo que hay adentro. Debo tener mi satisfacción. La exijo.

Echo un vistazo alrededor, mordiéndome el labio. —¿Aquí? ¿En el vestíbulo?

Callan mueve las cejas.

—Nop. Arriba en tu habitación. Quiero ver qué tipo de criatura eres.

—Sabes qué tipo de criatura soy.

—Incorrecto. Solo seré capaz de decirlo cuando haya visto los carteles de bandas que tienes colgados en tus paredes.

Es irónico que él crea que tengo permitido tales cosas. Aun así, inclino la cabeza hacia la amplia escalera detrás de mí, haciendo un gesto para que me siga. Me gusta la idea de Off Jumpol en mi habitación. Él silba mientras me sigue adentro de mi dormitorio, y luego pone una mirada de confusión y desesperación.

Calicó |OffGun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora