Paciencia

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Off

El presente.

No soy un hombre paciente. No me gusta esperar por las cosas, nunca lo he hecho y, sin embargo, he estado esperando por Gun más de la mitad de mi vida adulta.

Lo veo caminar fuera de esa vieja ferretería con la cabeza completamente baja y los ojos fijos en la acera y lucho por conservar la paciencia un poco más. Correr por la calle para hablar con él y tenerlo cerca mirándome a los ojos es muy bueno. Pero, ¿qué voy a lograr?

Obviamente entró en pánico esta mañana. Si no, no se habría ido antes de que yo despertara. Sería poco aconsejable de mi parte perseguirlo por las calles de Bangkok en este momento, cuando necesita un poco de espacio para procesarlo.

Lo dejé ir.

Mientras se aleja, me estoy muriendo por dentro, desconcertado por la posibilidad de que tome un avión de regreso a Chiang Mai y me quede de nuevo donde empecé, a millas de distancia y todavía de cabeza a causa de esto.

Tay sale de ferretería poco después de que la figura de Gun ha desaparecido de la vista. Camina en línea recta hacia mí. A diferencia de Gun, Tay debe haberme visto apoyado contra el enorme roble que trepábamos cuando éramos niños.

—Lo que necesitas es una gabardina y un par de binoculares, y realmente vas a tener la apariencia perfecta —me dice.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Realmente estás sacando a tu acosador interior en este momento. Eso es lo que significa.

Me entrega una cerveza y toma un profundo trago de su propia botella. He olvidado como es estar aquí, un lugar donde es común que la gente se pare en las esquinas a chismorrear y lentamente se pongan más y más borrachos. Tomo un trago con la mirada perdida en la distancia. Una copia al carbón de Tay.

Me echa un vistazo por el rabillo del ojo.

—Si el padre de Gun le ocultó las cosas de su madre, ¿dónde crees que podrían estar ahora mismo? —pregunta.

—No tengo idea. ¿Cómo va a devolvérselo? Está muerto.

—Bueno, su abogado le dirá dónde están, ¿verdad?

—Síp. —Pienso un poco—. Entonces seguramente el abogado las tendrá, ¿verdad?

Tay asiente y bebe más cerveza.

—Voy a cerrar la tienda por la tarde. Creo que debemos hacerle una visita a Beem Vajiralong.



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—No estoy en libertad de discutir con ustedes, caballeros. Lo siento, pero mi trabajo es asegurar que los deseos de mi cliente se lleven a cabo. —Beem tiene esta mirada cautelosa en los ojos. Sabe que Tay y yo no somos el tipo de hombres que no nos iríamos de su pequeña oficina con esa respuesta. Tay es un jodido oso de peluche, pero también es un actor bastante decente. Hizo de Peter Pan en la producción de la escuela tres años seguidos porque los otros niños lo hacían terrible. En este momento, parecía el villano de una película de Guy Ritchie[1].

Sin embargo, yo soy el que se adelanta.

—Tu cliente está muerto, Beem. Estamos de pie frente a ti, muy, muy vivos, muy cabreados, pidiéndote que nos hagas un favor. ¿Por qué no nos haces uno grande y nos das lo que queremos?

Calicó |OffGun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora