#𝟹 ℰ𝓊𝑔𝑒𝓃𝓃𝒾𝑒 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09

Capítulo 29 Una caja celeste

Luego e la reunión fuimos al palacio, Roger dijo que tenía un almuerzo especial. Al parecer estaba demasiado seguro de que ganaría. 

Al llegar decidí cambiarme para ponerme algo más cómodo, opté por una gran camisa blanca que me quedaba olgada y unos jeans negros. Comeríamos dentro de unos minutos. Cuando terminé me dirigí al cuarto de Dorothy.

—Adelante. —dijo desde el interior.

—Hola, quería ver a Vida.

—Oh, ven. La he despertado para que duerma más tarde.

Me acerqué a la cuna, me miró con sus ojos color celeste como el cielo, me preguntaba si sería igual a Roger cuando crezca. La cargué, deposité un beso en su mejilla y acto seguido la acomodé en mis brazos.

—¿Quieres ir a la sala? Estamos solas, Roger y Arthur fueron a buscar a los niños a su escuela. Luke y Charlotte vendrán luego a almorzar.

—Está bien.

Dorothy tomó la manta de Vida y nos dirigimos a la sala.

—¿Crees que si pido un televisor con cable Roger lo compre?

—Lo veo algo difícil, sabes cómo es con que los niños y tú vean las noticias. —acomodó la manta en el suelo, ambas nos sentamos.

—Trataré de convencerlo. —senté a Vida en mis piernas y le di un sonajero.

—Lo hiciste muy bien hoy, Anne.

—Gracias, ustedes ayudaron mucho también.

—Noté algo extraño mientras hablábamos.

—¿De qué hablas?

—El ministro de Siria era algo extraño, ¿No crees?

—También lo pienso. No quise decir nada porque pensé que era la única que lo notaba.

Escuchamos pequeños pasos de corridas.

—¡Felicidades, princesa! —mi sobrino me abrazó.

—Muchas gracias, Harper. —sonreí.

—Te hice un dibujo. —me lo enseñó, se veía una niña con un gran vestido frente a otras personas.

—Es hermoso, gracias. 

—Déjame ver. —dijo Dorothy.

Isabella se dirigió hacia Vida quien aún se encontraba en mis piernas y la cargó. Me observaba con ojos suplicantes.

—Ya no estoy enojada contigo.

La niña me abrazó.

—No está bien mentir Isabella, lo sabes.

—Lo sé, lo lamento. 

Observé que Roger y Arthur hablaban, por sus rostros parecía que algo les molestaba, algo no estaba bien.

—Vamos, tienen que cambiarse. —Dorothy tomó las manos de ambos niños y se los llevó de allí.

—Roger, quería pedirte...

—Disculpa Anne, debo hablar un segundo con el príncipe.

—¿Sucede algo?

Negó con la cabeza.

—Volveremos en un segundo, quédate aquí para recibir a Luke y a Charlotte, están en camino.

Asentí con la cabeza, ambos se retiraron dejándome sola con la pequeña Vida. Me recosté en el sofá que había allí, la senté en mi abdomen y comencé a hacerla reír.

Minutos después llegó Luke con Charlotte, por suerte Dorothy ya se encontraba aquí.

—¿En dónde está Roger?

—En su oficina con Philip. —respondí.

—Iré a ver qué sucede.

—Ven Charlotte. —dijo Dorothy.

—Gracias por lo de hoy, sé que estabas muy nerviosa.

—Me ayudaste mucho.

—Disculpen, el almuerzo está listo.

—Muchas gracias Delia. —sonreí.

—Cielos, tengo mucha hambre. —dijo Harper.

—Le avisaré a los chicos. —dije.

Me levanté y dirigí mi camino a la oficina de mi hermano. Al llegar escuché algo muy extraño.

—¿No le dirás? —preguntó el príncipe.

—No.

—¿Cómo que no, Roger? —Luke parecía indignado.

—No pasará, no dejaré de ninguna manera que tenga miedo.

—Pero...

—Tendrá más seguridad, no le harán nada. Por favor espero que esto se mantenga en secreto, Anne no lo debe saber de ninguna manera.

—¿Qué no puedo saber? —entré frunciendo el ceño.

Había una caja color celeste en el escritorio.

—¿Por qué escuchas conversaciones ajenas, Eugennie? —preguntó mi hermano.

—¿Qué sucede? —observé a Roger y a Luke, no respondían. Luego miré a Philip.

—Lo enviaron de Siria. —señaló la caja.

—¡Arthur! —gritó Roger.

—¡Debe saberlo, Roger!

Abrí la caja encontrándome con un juguete que simulaba ser la corona de una princesa, debajo de esta estaba la bandera de Escocia manchada con sangre. Me quedé totalmente congelada, no podía creer lo que estaba pasando. Estaban... ¿Amenzandome de muerte?

—Lo enviaron luego de la reunión. —continuó Philip— Roger no quería preocuparte.

—Anne...

—El almuerzo está listo. —cerré la caja rápidamente, no quería seguir viendo mi amenaza.

Me retiré del lugar para avisarle a los niños.