#𝟹 ℰ𝓊𝑔𝑒𝓃𝓃𝒾𝑒 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09

Capítulo 38 Conocerte

Días después.

—¿Ya?

—Todos creen que estás lista.

—Pero... Solo he tenido una sesión.

—Lo sé, supongo que están contentos con tu trabajo.

—¿Seguro que es por eso? —fruncí el ceño.

—Segurísimo.

—¿Cuándo sería?

—Dentro de un mes.

—Está bien.

—Los ensayos iniciarán la semana que viene.

Asentí con la cabeza.

—Entonces... ¿Ya puedo salir?

—Sí, pero lo harás con muchas personas de seguridad.

—Claro... Yo quería hacer algo para el príncipe por su cumpleaños.

—He pensado en eso. 

—¿Tienes alguna idea?

—Le he comprado un toca discos. Es muy fan de esas cosas.

—¿De verdad?

—Ajá. ¿No lo sabías?

—Mmmm no. Tengo que hablar con él. -me levanté del sofá.

—¿¡A dónde vas!?

—¡Con el príncipe!

Caminé hacia el jardín, en donde él se encontraba leyendo. No me veía porque estaba de espaldas y además, tenía la vista en su libro. Lo abracé, él acarició mi brazo que rodeaba sus hombros.

—¿Adivina qué?

—¿Qué?

—Ya puedo salir.

—¿De verdad?

—Ajá. La princesa de las islas te invita a cenar esta noche. ¿Aceptas?

Me miró a los ojos y luego mis labios, acto seguido, depositó un pequeño beso.

—Acepto.

—Es algo formal, te espero en la puerta a las ocho y treinta.

—Claro.

Besé su mejilla y me adentré en el palacio en busca de Dorothy. Al encontrarla le comenté de la cena, dejó a Vida con Roger y me ayudó a prepararme.

—¿A dónde irán?

—Pensé en la casa del campo. Le dije a Delia si podía llamar para que organizaran algo.

—¿Lo sabe tu hermano?

—No, pero ya me deja salir ya. 

Dorothy buscaba algo en su closet para prestarme.

—Por cierto, me habló del juramento en el concejo. ¿Sabes algo?

—Me dijo que estaban emocionados por tu trabajo. Como una revelación de la realeza.

—Roger también lo hace perfectamente.

—Claro, pero tú eres nueva.

—Entiendo.

—Cuéntame, ¿Por qué la cena?

—Mmm... pensé que sería lindo celebrar que ya puedo salir y descubrir algo de él. No lo conozco mucho, sin embargo, Roger sí.

—Pero todos los días hablar con Roger. Ustedes dos estuvieron separados por mucho tiempo. Mira. —me mostró un vestido negro.

—Es hermoso. —lo tomé.

—También tengo esto. —sacó una pieza de lencería— Lo compré durante el embarazo pero temo que no voy a poder usarlo por un largo tiempo. Aún intento volver a mi peso ideal y además mis pechos no disminuirán su tamaño.

—Gracias...

—De nada. —sonrió.

(...)

—Tienes cincuenta guardias contigo.

—Entiendo.

—Habrá treinta en todo el campo y veinte alrededor de la casa.

—Doblemente entendido.

—Y volverán en la mañana para la hora del desayuno.

Asentí con la cabeza. Era la hora de la cena.

—Hey, hola. —sonreí.

—Hola. —tomó mi mano.

—¿Ya nos podemos ir?

—Sí. Cuídense, por favor.

—Tranquilo. Nos vemos mañana. —tomé mi bolso.

—¿Mañana? —preguntó el príncipe.

Reí.

—Pásenla bien.

—Gracias. —deposité un beso en su mejilla— Vamos. 

Salimos del palacio y nos subimos al auto negro. 

—¿A dónde vamos?

—Es sorpresa. —suspiré— Queda un poco lejos, así que disfrutemos el viaje.

Tomó mi mano, apoyé mi cabeza en su hombro. 

Luego de quince minutos llegamos a la casa de campo. Estaba muy iluminada como siempre, solíamos venir con mis padres los fines de semana, desde que los niños llegaron tratamos de venir de vez en cuando.

Al entrar, la cena ya estaba preparada. Habían organizado todo para dejarnos una mesa de dos, en la cual había velas y rosas. Decidí y di la orden de que los empleados se retiren pues era de noche y ellos no solían trabajar aquí, por eso dejaron una mesa con todo para que nos sirvamos.

—Entonces... esta es nuestra primera cita.

—Así es. —deposité un beso en su mejilla— Hoy se trata de ti.

—¿Qué dices?

—No te conozco Phil, quisiera que me contaras algo de ti.

—¿Qué te interesa?

Vestido de Eugennie.