Capítulo 48 Final ¡Hurra!

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—Inicia la votación para el proyecto de derechos y leyes de la comunidad LGBTQ+.

Los quince segundos comenzaron a correr. Mis nervios aumentaron. Roger se encontraba en la ventana junto a Dorothy. Habíamos invitado a jefes de fundaciones que trataban el tema, en verdad esperaba no defraudarlos. 

El pitido sonó. Cerré los ojos, suspiré y los volví a abrir. Observé la pantalla. Todos los votos positivos. El televisor estaba completamente verde. Los gritos de todas las personas en la tribuna se hicieron presente, las banderas de los siete colores flamearon. Se abrazaban entre ellos.

—El proyecto de derechos y leyes de la comunidad LGBT+ ha sido aprobado.

Todos los países se levantaron de sus asientos y aplaudieron a la tribuna. Los imité.

Lo que sucedería ahora es que los reyes de países presentes hablarían con Roger para así acordar qué le dábamos a cambio. Por ejemplo: sabíamos que a Perú le proporcionaríamos materiales para hospitales y ellos tratarían los derechos de la comunidad.

La reunión había terminado. Corrí a los brazos del príncipe, quien me cargó y depositó un beso en mis labios.

—Felicidades, amor mío.

Sonreí. Escuché las palmas de mi hermano.

—¡Ven aquí, pequeña! —me cargó y comenzó a correr por toda la sala.

—¡Ya! —reí y me bajó al suelo.

—Debo pedirte un favor.

Dorothy depositó un beso en mi mejilla.

—Queremos que salgas al balcón y luego te acerques a las personas.

—¿De verdad?

Asintió con la cabeza.

—Están gritando tu nombre.

—¿Tendré seguridad?

—La suficiente. Saldremos todos. ¿Qué dices?

—Está bien.

—Perfecto. Vamos. —él y su esposa se retiraron del lugar.

Miré al príncipe.

—¿Qué piensas?

—Estoy orgulloso de ti, princesa.

Sonreí y lo abracé nuevamente.

—Sal conmigo, ven. -tomé su mano.

—No puedo Anne, lo sabes.

—Oh vamos.

—Tranquila, te veré desde fuera. —tomó mis manos y depositó un beso en una de ellas— Ve.

Solté su mano y caminé hacia el balcón, era la oficina de Roger. Al caminar hacia allí oí que gritaban mi nombre. 

—Estamos muy felices de lo que eres, Anne. 

—Los amo. 

Caminamos hacia el balcón y los gritos aumentaron, al igual que su volumen. Mi hermano y su esposa se hicieron a un lado, obligándome a acercarme. Comencé a saludar.

—¡Larga vida a la Princesa de las Islas! —gritaban una y otra vez.

Luego salimos al exterior. No puedo negar que me asusté al ver cómo estaba eufóricos.

—¡Princesa! ¡Princesa! —escuché a un jóven, aparentaba ser de unos veinte años, me acerqué a él e inmediatamente tuve a las personas de seguridad encima de mí. Tomé su mano.

—Hola. —sonreí— ¿Tu nombre?

—Me llamo William. Mi novio es de Grecia y sus padres la siguen mucho. Hoy gracias a que usted trató el tema de manera nacional supieron entender nuestra relación.

—No es gracias a mí, debes agradecerle a tu comunidad. Son muy fuertes. 

—Muchas gracias.

Solté su mano con suavidad y continué el recorrido, hasta que llegué a la prensa. Desde pequeña sabía lo que tenía y lo que no tenía que decir, por lo que me encontraba lista para hablar públicamente.

—¿¡Cómo se encuentra, princesa!? —preguntó una mujer y acto seguido estiró su micrófono.

—Muy bien, gracias. 

—¿¡De dónde salió la idea!?

—Conocí a varias personas, como dije, y me pareció bueno para los demás países. Sabemos que en Escocia gracias a Reyes anteriores las personas que forman parte de esta comunidad pueden gozar de derechos y leyes que los protegen, me pareció importante que podamos expandir dichas leyes.

—¿¡Qué espera de esto!?

—Por supuesto bienestar para todos, también justicia para aquellos que no la tuvieron, quiero hacer énfasis en un caso cercano, del cual hablé en mi discurso. Pedimos justicia por Kiki, cuyo país de origen es Australia. Esperaremos. 


#𝟹 ℰ𝓊𝑔𝑒𝓃𝓃𝒾𝑒 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09Donde viven las historias. Descúbrelo ahora