Campamento en Kashyyyk

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Aayla juro que volvería a entrenar tan duro como pudiera, y que algún día si lo volvía a ver, mataría a su antiguo maestro Quinlan Vos, por no enseñarle como demonios sobrevivir en un maldito pantano sin resbalarse. Observó a Anakin y Luke caminar en frente ¿Cómo demonios lo hacia? El maldito elegido, era por su culpa que estaba en esa situación, ella no lo amaba, solo lo quería para sus malditos planes, valdría la pena el esfuerzo, cada maldito segundo en ese pantano valdría la pena. Él la amaba, pronto esos gemelos serían historia. Ellos y su madre que la había metido en este lio.

- Bien niños, nos detendremos- dijo Anakin advirtiéndole a sus gemelos que no hicieran nada malo, pero ellos parecían muy tranquilos.

- Solo, denme unos segundos- dijo Aayla recuperando el equilibrio y el aliento ¿Por qué carajos había dejado de entrenar? ¿Dónde estabn sus reflejos jedi cuando los necesitaba? A claro, ella ya no era una jedi, y ahora trabajaba para  Alba Escarlata, como segunda al mando, como aprendiz de Maul, quien la había enviado a seducir al elegido de la fuerza para unirse a ellos. Incluso le había sugerido que vivieran en Naboo para ahogarlo con sus propios recuerdos y hacer que cediera al lado oscuro más pronto, pero Aayla no entendía por qué, Anakin la amaba a ella, no a Padme.

Luke y Leia suspiraban, ¿Acaso no era una jedi? ¿Por qué ni siquiera podía sobrevivir en un pantano? No era tan difícil, solo había lodo y mucha naturaleza. 

Leia observó el botellon de agua de Aayla, y vio unos pequeños insectos. Ante la mirada divertida de Luke puso los insectos al interior de la botella.

Aayla tomó su botella, sin darse cuenta de nada, y bebió agua como si hubiera estado en un árido desierto de Tatooine, tarde se dio cuenta de los insectos que flotaban en el agua, y su grito no tardo en escucharse. Mientras escupía el agua con asco.

- Aayla ¿Qué ocurrió?- preguntó Anakin asustado corriendo hacia donde ella estaba ¿había peligro? 

- Unos insectos entraron a su botella de agua- dijo Luke tomando la botella y enseñándole los pequeños insectos a Anakin.

Anakin miró a sus gemelos, ¿Cómo esos insectos habían entrado a una botella cerrada? Prefirió no preguntar, sabía que eso solo era el comienzo.

- Tranquila, ten toma la mia- dijo Anakin entregándole una botella y ella sonrio, agradecida.

Ni Anakin y Ayla pudieron notar como Luke, hechaba grandes piedras en la mochila de Aayla, para hacer aún más difícil su equilibrio y resistencia caminando por el pantano. Aayla notó un leve peso extra, pero no le dio importancia lo atribuyó a que estaba cansada, probablemente solo era eso.

Anakin notó como Aayla parecía tener problemas para avanzar por el pantano, y sonrió-

- Niños yo seguiré al frente, por favor ayuden a Aayla- dijo Anakin y ellos susurraron molestos pero fueron a ayudarla.

- Claro que me ayudarán- dijo Aayla susurrando a sabiendas de que los gemelos la escuchaban pero Anakin no- A arrojarme  dentro de arenas movedizas si pudieran- susurró.

- Es una buena idea ¿Dónde hay arena movediza?- preguntó Luke y Leia rió

Pero no encontraron arena movediza, estaban llegando a la parte de los puentes colgantes, y Aayla estaba feliz de estar casi llegando. 

Luke tomó la mano de Leia y le enseñó algo interesante. Había un nido de Anakkonas, se sentían mal por tomar una de las pequeñas serpientes, pero serviría para su plan. Cuando Aayla se sentó por cuarta vez en el viaje. Leia avanzó hasta el lado de su padre para distraerlo, además para darle un poco de agua ya que él le había dado su botella a Aayla, Anakin sonrió agradeciéndole a su pequeña niña, sin sospechar que Luke dejaba el pequeño animal en la cabeza de Aayla sin que esta lo notara, ni siquiera entendía como era que no lo notó.

Mientras caminaban por los puentes colgantes, Anakin se adelantó, solo para asegurarse de que el camino estuviera bien, y no hubiera peligro para sus pequeños niños, y tampoco para Aayla. 

Los gemelos en cambio disfrutaban usando la fuerza para mover el camino, haciendo que Aayla mirara asustada cada vez que parecía que iba a caer.

- ¿Te ayudamos Aayla?- preguntaron los gemelos y ella se hartó. 

- No crean que yo creo en sus hermosos rostros angelicales, sé perfectamente lo que hacen, su padre nunca estará nuevamente con su madre, y ustedes no interferirán entre él y yo- dijo Aayla usando la fuerza para atraerlos hacia ella sin que Anakin la viera- Ustedes desapareceran de su vida, cuando yo sea su esposa, el será mio ¿Entendieron pequeños mocosos infernales?- preguntó Aayla y a diferencia de asustarse los niños le sonrieron con sarcasmo.

- Claro, por supuesto que no le diremos nada a papá de tu trato con un sith, y tu plan de convertirlo al lado oscuro- dijo Leia y Aayla se congeló ¿Cuánto sabían esos gemelos?

- ¿Qué dijiste?- preguntó enojada

- Nada, Aayla¿ Te parece que mi hermana dijo algo?- preguntó Luke caminando hacia donde estaba su padre.

- Por cierto Aayla- gritó Leia - Creo que hay algo enrollado en uno de tus lekku.

Aayla observó a los niños llegar al lado de Anakin que era ajeno a todo lo que ocurría, entonces con terror llevó su mano a uno de sus lekku sintiendo al pequeño y viscoso animal, lo tomó solo para darse cuenta de que era una Anakkona, ella odiaba las serpientes y cualquier asqueroso animal que se arrastrara.

Su gritó nuevamente llamó la atención de Anakin que corrió hacia donde ella estaba, observándola tomar el animal en sus manos, y usó la fuerza para ''salvarla'' de la pequeña Anakkona, dejándola con cuidado en un árbol cercano.

- ¿Y ahora que paso?- preguntó Anakin, estaba cansado ¿Cuánto más demorarían en llegar? Esta era la excursión más larga, Aayla fue una jedi,  ¿Realmente tanto le costaba llegar a la cima?

- Ellos saben- dijo Aayla apuntando a los gemelos, y Anakin suspiró mirando a los gemelos seriamente.

Luke y Leia se asomaron fingiendo inocencia, pero Anakin conocía ese rostro ¿Dónde era que lo había visto ? A sí, todos los días en Leia y muchos años antes en Padme. 

- ¿Qué pudimos haber hecho papá?- preguntó Leia abrazando a su padre con cariño- Ibamos justo a tu lado

- ¿Estás segura de que no lo imaginaste Aayla?- preguntó Luke abrazando a su hermana con cariño.

Aayla los observó abrazados a Anakin convenciéndolo de que ellos no habían hecho nada, esos mocosos de la pagarían, ella ganaría, ellos sabían la verdad, si no la decían era solo porque querían hacerla sufrir y ganar, pero eso no ocurriría, Anakin Skywalker sería su maldito esposo, para siempre, se uniría al lado oscuro junto a su maestro, y juntos gobernarían la galaxia, aunque sinceramente soportar a esos mocosos, era más difícil que haber sobrevivido en Felucia.

Anakin le sonrió confundido a Aayla, él sabía que probablemente sus gemelos habían hecho algo, pero ¿Cómo podría decirles algo con esos rostros angelicales? ¿Cómo podría decirles algo cuando lo abrazaban cariñosamente?

Siguieron caminando y para suerte de Aayla llegaron a la cima antes del anochecer, el lugar era horrible según Aayla pero para Anakin y los gemelos era un lugar hermoso.





Juego de gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora