Capítulo 7. Casi esposos

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El amanecer se abre paso entre las delgadas cortinas que cubren el ventanal de mi cuarto. El olor a café recién colado me informa que Oleg tiene rato despierto. Estiro mi cuerpo con una pícara sonrisa a flor de labios al recordar la sexual diablura de ayer.

Entro en bóxer a la cocina enfocando la vista hacia la pantalla plana que cuelga en la pared de la sala, los canales de noticias están a reventar al tratar de transmitir las novedades del incendio ocurrido en la residencia estudiantil. Más relajado que nunca saboreo mi humeante café negro sin azúcar, extiendo el brazo para tomar el plato que mi sombra me entrega, desayunamos en silencio, siento la mirada penetrante de Oleg intentando comprender lo ocurrido ayer. Sé que su cabeza está llena de preguntas, las cuales, no tengo ninguna intención de responder.

—Necesito que realices otro trabajo para mí —rompo el apacible desayuno —busca información de dónde y cuándo las víctimas del incendio serán trasladadas. Haz que las dos chicas del 34-A sean reubicadas en el apartamento que acondicionamos con las cámaras, lo quiero en menos de tres días, encárgate de ello. —Suelto, para continuar con la siguiente fase del plan mis ángeles. —Oleg, sólo asienta reiteradamente con la cabeza aún con su bocado de comida sin tragar. —No me falles, porque no respondo de las consecuencias —anuncio mientras me levanto de la silla dejándolo solo.

Dos días después estoy aquí, sobre mi cama medio desnudo con la cabeza mojada luego de una refrescante ducha, observando el primer informe detallado de 24/7. Arinka, mi Sarka, acaba de terminar de instalarse en su nueva habitación, la veo acompañada de dos chicas y un chico, deduzco que es novio de alguna de ellas ya que hay varios cruces de miradas que los delatan. Entre colocar su ropa en el closet y organizar las gavetas se les pasa la mayor parte del tiempo, deciden comprar pizza para almorzar.

Muerdo mi labio inferior al ver como mi mujer saborea el queso derretido y lo enrolla juguetonamente en su lengua haciendo reír a todos. Paso pervertidamente mi lengua sobre la pantalla de la tablet tratando de entrar en su boca, pero es inútil, esta maldita tecnología no ayuda con mis más bajos instintos sexuales, mientras que mi falo se tensa queriendo ser ese queso derretido.

La semana transcurre llena de rutina entre clases, acompañar a mi futuro cuñado a realizar aburridos trabajos para la cosa nostra, mantener una relación a distancia con Susanne, la que me cree ya su esposo, y entretenerme con los reportes de 24/7. Sin embargo, hoy debo viajar a Rusia he tomado el hábito de hacerlo al menos dos veces aleatorias al mes. Control... control... control es lo que hace que aún esté entre los mejores cobradores de Víctor. Viajes que aprovecho para disfrutar de mis putas de uso exclusivo, tres para ser exacto, tres rameras son las que se dejan someter a mis arrebatos sexuales, aunque extraño el aguante de Talka, como ella ninguna, pero bueno su ambición barata la sacó del tablero de juego, y como es de esperarse las reglas las impongo yo, quien siempre, es el único ganador.

EL AROMA DEL PODER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora