°Destinado a estar juntos° (Paperhat)

○Un cuidador muy particular○

Ya había transcurrido media mañana y todo estaba en calma dentro de la mansión del sombrero oscuro. Desde que la chica alebrije se había ido a cumplir una nueva e intrépida misión, en la casa se percibía una tranquilidad impresionante; los demás inquilinos estaban al pendiente de sus propios asuntos, absortos en sus deberes.

Pero algo no andaba bien.

El eldritch se sentía extrañamente tenso, pues no había escuchado nada del científico en todo lo que iba del día, lo cual le pareció bastante peculiar. De cierta manera lo sentía ausente; Flug siempre, aunque fuera una sola vez, iba a su despacho para notificarle el progreso de los trabajos pendientes, pero hoy ni siquiera lo había escuchado andar por la casa.

Pensaba que Flug se había quedado nuevamente dormido en el laboratorio pero no era así, pues en medio de la madrugada de ayer lo había visto caminar por los oscuros pasillos de la casa hasta su cuarto, y no salió de allí en todo el resto de la noche. Por ende esa opción estaba descartada.

Lo más probable es que se hubiera quedado dormido, puesto que tampoco se encontraba en otra parte de la mansión, debía estar si o si metido en su cuarto.

Fue entonces que guiado por la curiosidad y la preocupación ante su amor platónico, decidió ir a los aposentos de doctor.

No había bajado a desayunar, lo que significaba que probablemente no había desayunado por su cuenta. Este pequeño detalle hacía que la intriga de Black Hat aumentase exponencialmente.

No supo ni siquiera en qué momento empezó a sentirse así por un simple humano; por lo visto ese virus llamado "amor" que tanto le desagradaba en el pasado, ya había infectado por completo su cuerpo y conciencia.

A paso apresurado se dirigió al que creía, era el paradero del muchacho. El taconeo elegante de sus zapatos se escuchaba por el lugar, y cuando finalmente llegó a la puerta de la habitación del doctor, avanzó acompañado por un aura pesada, que demostraba preocupación y frustración en partes iguales.

Tocó con suavidad la puerta, pero al agudizar mejor su oído, se dio cuenta que detrás, al otro lado se podía escuchar una respiración agitada, acompañada por una toz; aquel detalle le revolvió la mente a causa de la intriga.

Sin embargo, la respuesta a sus toques fue lenta y casi inaudible al otro lado de la puerta.

- P-pase...- Se escuchó débilmente, tras la puerta; por el tono tan extraño de su voz, el villano pudo deducir que Flug estaba ronco en aquel entonces.

Sin más, ingresó con cautela a la habitación, y lo primero que encontró fue al doctor sentado sobre su cama, desprovisto de su bolsa de papel, con una mirada casada y llena de náuseas; además sus cabellos se encontraban muy alborotados. Aparentemente Flug acababa de despertar.

- Uh...buen día doctor...- Saludó de una forma educada, mirando de pies a cabeza el estado tan deplorable del joven científico.

Luego de escuchar la voz de su superior, alzó la mirada con bastante dificulta, mostrando un par de oscuras ojeras dibujadas bajo sus ojos, aquella era una muestra de lo dañino que era para Flug exigirse de tal manera en el trabajo; tanto física como mentalmente, se sentía terrible.

Todas esas noches en vela y su mala alimentación finalmente le estaban pasando factura.

- B-buenos días j-jefecito...- Respondió a duras penas, mientras miraba al ente frente sí, con un porte débil y mirada apagada.

El joven humano usaba su holgada pijama, la cual resaltaba su figura flacuchenta y delgada; por el momento, sus visores oscuros junto con su bolsa reposaban sobre la mesa de noche al lado de la cama, a la espera de volver a ser usados en algún momento.