Kenning FlugSlys, un chico común como todos los demás es víctima de tristes acontecimientos los cuales le cambian la vida radicalmente, llegado a conocer a un enigmático hombre de sombrero negro, mejor conocido como Black Hat.
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⚠ advertencia es...
Conforme la noche seguía avanzando las cosas se volvieron sorpresivamente gratas para la pareja de jefe y empleado.
Flug aún no estaba del todo seguro de si había sido buena idea aceptar esa salida con Black Hat, aunque debía admitir que genuinamente no estaba disgustado.
Por alguna extraña razón, la compañía de su jefe no le perturbaba en lo más mínimo, pues el villano lo estaba tratando con respeto y mucha sensatez. Quizás y solo tal vez, las palabras de Black Hat si habían sido del todo sinceras, y sin una pizca de embuste.
Realmente esto era un suceso histórico; por primera vez el Hat trataba a alguien más que no fuera el mismo con respeto y genuino aprecio.
Ahora más que nunca la frase: "el amor vuelve tonto a cualquiera" había tomado un gran significado; sin embargo, en el caso de Black Hat el amor no lo había vuelto un idiota, sino alguien más consiente sobre las personas a su alrededor, el afecto le había regalado algo de "humanidad".
Pero una humanidad que solo podía sentir con el doctor, no con los demás; como diría un villano cruel y digno: "No me importa el resto del mundo, mi mundo eres tú, y el resto puede irse al caño"
A ciencia cierta, el único humano que le importaba actualmente era el Dr. Flug.
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Luego de que el joven tomara la mano del mayor, todo se volvió más peculiar. La habitación quedó sumida en pura y profunda oscuridad, mientras que el doctor sentía una corriente de aire helado atravesando su pecho, hasta el punto de sentirse ligeramente abrumado; no obstante a ello, esa sensación solo fue pasajera. En un abrir y cerrar de ojos se encontraron en un lugar completamente desconocido para él, pero no para Black Hat por lo visto.
Dicho lugar era similar a alguna parte de la mansión, sin embargo no era igual, algo le dijo a Flug que ahora no se encontraban dentro de la casa Hat. Era una especie de sala muy extensa, conformada por lo que parecía ser un largo pasillo con varias puertas; las paredes eran altas y de un color gris oscuro aterciopelado, dichas puertas eran igualmente altas, de madera color vino, todo en ese lugar parecía tener una esencia elegante. No obstante a ello, si se paraba a analizar mejor podía escuchar pequeños murmullos y demás ruidos a través de las paredes de todo el lugar que poseía oscuridad en sus rincones, dándole un aspecto similar al de una película de terror.
Pero esa no era la única sorpresa, ya que al bajar la mirada y ver hacía sus pies, tuvo el particular desconcierto de que su atuendo habitual había sido cambiado por uno completamente diferente; su camiseta de avión estrellado se había ido, ahora estaba usando algo más acorde a esa situación.
Su atuendo constaba de una camisa de botones blanca, junto con un saco, pantalones y chaleco de un fuerte azul marino, zapatos de vestir cafés, una corbata del mismo azul que hacía juego con todo lo demás, y claro, sus visores oscuros. Cabe aclarar que su bolsa ya no estaba; eso lo supo al tocar su rostro, y percatarse de que no la traía puesta, sus cabellos rubios estaban sueltos en el aire.
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