Kenning FlugSlys, un chico común como todos los demás es víctima de tristes acontecimientos los cuales le cambian la vida radicalmente, llegado a conocer a un enigmático hombre de sombrero negro, mejor conocido como Black Hat.
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⚠ advertencia es...
Al encontrarse sólo en aquella silenciosa oscuridad, cerró sus ojos de forma cansada, cayendo a los brazos del Morfeo, quedando profundamente dormido, disfrutando de la comodidad que aquella cama le proporcionaba.
La noche transcurrió con total normalidad, hasta que finalmente el día de hizo presente, trayendo consigo a un brillante amanecer soleado, dando a entender que hoy sería un nuevo y hermoso día.
A penas abrió los ojos, se encontró de nuevo en aquella habitación blanca y lujosa, recordando todo lo que había sucedido la noche pasada, admirando las pocas pero molestas heridas impregnadas en su pálido cuerpo.
El joven castaño soltó un pequeño suspiro en medio de su soledad, fue entonces que el suave toque de la puerta se hizo escuchar, llamando la atención del muchacho.
- Adelante.- Exclamó Algo curioso, desde la cama, queriendo saber si vería de nuevo al señor White Hat.
Pero sus suposiciones fueron erróneas, ya que quien entró, no era más que una simple muchacha de apariencia extravagante.
- ¡Buen día!.- Saludó amablemente la fémina, con una sonrisa jovial en sus labios y una bandeja en mano; aparentemente venía a traerle el desayuno.- ¿Con qué tu eres Slug, he?~ ¡Qué gusto conocerte!
Al oír esas palabras, Slug sólo hizo una mueca confundida, mientras la otra ponía cuidadosamente la bandeja con comida en su regazo.
- Así es, pero ¿Quién eres tú?.- Preguntó algo dudoso el joven; Slug dedujo que ella sería la ayudante o discípula de White Hat, pero no estaba del todo seguro.
- Yo soy Clemencia, la mano derecha de White Hat.- Respondió con una carismática risilla.
- Entiendo.- Asintió vagamente, mientras observaba su desayuno.
En la bandeja sobre su regazo había una colorida ensalada de frutas, con yogur y cereal, acompañada de un vaso de agua con hielos. A simple vista se veía como un desayuno bastante nutritivo y delicioso, sin embargo Slug no era tan fan de lo saludable, pero no podía rechazarlo.
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- Y dime, ¿Cómo van tus heridas? ¿Te sientes mejor?.- Cuestionó la chica, queriendo sacarle un poco más de conversación al apacible castaño.
- Bueno si, supon-.- No pudo terminar de hablar ya que, alguien más entró a la habitación, uniéndose a la conversación.
Así es, White Hat por fin estaba allí presente.
- Buenos días, ¿Cómo se encuentra nuestro invitado?.- Cuestionó alegremente, el de blanco mirando al chico que reposaba en la cama y luego a la muchacha.
- ¡Hola White Hat, Míralo! el ya está desayunando~...- Respondió señalando a Slug.
- Si, ya me siento menos adolorido.- Habló el joven, ganándose la completa atención del Sombrerero.
