Capítulo 8

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Macarena salió de la ducha, recordando no dejar colgadas sus bragas de nuevo. Se peinó el cabello con las manos y bajó por las escaleras. Podía oír el sonido de las páginas pasando, así que no le sorprendió ver a Barbara hojeando el libro de cocina en la barra, todavía con su ropa de playa.

- ¿Elegiste algo ya? preguntó Macarena.

- Hmm ... en realidad no. Voy a tomar un baño y mientras tanto, tú puedes ir viendo.

- ¿Realmente tenemos que hacer el almuerzo juntas?

- Pues si quieres ganar 1 millón ...

- Ok, ok, entiendo - Macarena tomó el libro, mientras Bárbara salió de allí.

Páginas y páginas de nada. Demasiado salado, muy duro, demasiado dulce, ¡Ew, [asco] mariscos! [/ pánico], repugnante.

- Hmmm ... - dijo Macarena al leer el título de una receta. Pastel de pollo. - No puede ser tan difícil - murmuró para sí misma, decidió hacer el pollo, y, cuando Barbara llegara, que ella hiciera la masa. Después mezclarían todo y lo meterían a hornear.

Sería un trabajo de equipo, ¿no? Se preguntó a sí misma, buscando los ingredientes en el refrigerador. Cada una que haga una parte y todo eso.

Macarena se comenzó a preguntar ... Barbara era hermosa. Sí, admitió cortando el pollo. Y tenía piernas largas, una silueta delicada, y sus senos tampoco estaban mal, y sus muslos eran rígidos.

¡Maldición! Eso no tenía nada que ver con el hecho de que casi se corta con el cuchillo por andar en las nubes. La palabra no es hermosa. Ella está ... ok. Bah! admítelo, eres una pervertida de lo peor. Estás pensando que tu detestable "compañera de tortura" podría ser ... Macarena suspiró profundamente, decidida a ignorar su mente. Ella nunca, nunca terminaría esa oración mental con la palabra que comienza con "n" y termina con "a". ¡Nunca!

Puso el pollo en la parrilla, tratando de bloquear sus propios pensamientos. Sin el más mínimo éxito.

Bárbara era hermosa cuando estaba enojada, Macarena solo quería entender por qué era tan quisquillosa. Ok si, se odiaban, pero no era necesario que se amaran para pasar quince minutos abrazándose en el agua, ¿o si? Quizás Bárbara si lo piense, reflexionó Macarena, buscando sal en el armario.

- ¿Qué crees que estás haciendo? preguntó Bárbara, apareciendo repentinamente en la cocina, su cabello mojado cayendo en rizos ondulados sobre sus hombros.

- Bueno, en este momento estoy terminando el pollo.

- ¿Por qué un pollo? preguntó Barbara comenzando a irritarse, golpeando su pie en el suelo, como en un interrogatorio.

- Para decorar la chimenea.

Barbara se puso roja, Macarena era la única persona que la tomaba en serio cosas así.

- Macarena, eres una idiota, ¡teníamos que preparar el almuerzo JUNTAS! gritó Barbara.

- Ya lo se.

- Macarena ... - comenzó Bárbara, deseando más que nada presionar esa cara en la sartén caliente.

- Bárbara, tú y yo estamos haciendo el almuerzo juntas - dijo Macarena, acercándose (Bárbara se dio cuenta de que no era necesario acercarse tanto) colocando sus manos sobre sus hombros. - Yo hago el pollo, tú haces la masa, juntamos todo y horneamos ... se llama Pastel de Pollo. ¿Puedes deletrearlo?

Barbara parpadeó, debería haberse enojado con la última frase, pero esos ojos la miraban tan penetrantemente que la calmaron por completo.

- OKAY. Bien, Barbara se alejó y fue a leer las instrucciones de como hacer la "Masa" en el libro.

The Experiment | Barbarena TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora