Capítulo 29

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Macarena estaba en la cocina, esperando impacientemente a Bárbara que buscaba algo en la alacena.

- Bárbara, para cuando lleguemos ahí es posible que ya hayan barrido toda la arena de la playa.

Bárbara salió de la alacena y se detuvo exasperada en la puerta.

- ¡Claudia lo olvidó!

- ¿Olvidó que? - Preguntó Macarena, sorprendida.

- ¿Cómo vamos a construir un castillo de arena sin palas ni cubetas ni nada de eso?

Macarena se controló para no reírse de la expresión seria de Bárbara.

- Bárbara, no tenemos cinco años. Por supuesto, que podemos construir un castillo sin nada de eso.

- No yo no puedo. Macarena, no será recto ni perfectamente geométrico.

- ¿Y eso a quién le importa? - Preguntó Macarena, haciendo un gesto para que salieran de la cocina.

- ¡A mi! - Exclamó Bárbara, dejando atrás las sandalias y hundiendo los pies en la arena cálida.

- No todo se puede hacer a la perfección - dijo Macarena. Bárbara se encogió de hombros.

- Bueno, puedo intentarlo.

Macarena no pudo razonar una respuesta, ya que su visión se nubló al ver el cabello de Bárbara con el reflejo del sol de la mañana.

- ¿Y dónde se construye un castillo de arena? - Preguntó Bárbara, deteniéndose indecisa a unos pasos del mar.

- Más o menos por allá - señaló Macarena. - Donde la arena no está ni empapada ni demasiado seca.

- Hmm. Bien, entonces, - Barbara fue al lugar, y se sentó en la arena.

Macarena se sentó frente a Barbara y la miró divertida.

- ¿Y por dónde empezamos?

- Hmm ... - murmuró Barbara, mirando la arena frente a ella como si fuera un rompecabezas de 3500 piezas.

- ¿Estás perdida sin las cubetas? - Bromeó Macarena.

- Cállate - ordenó Barbara. - Estás perturbando mi concentración.

Macarena se echó a reír.

- No pierdas tu tiempo pensando. Simplemente haz un rectángulo fuerte como base y construye las torres.

- ¿Sin medir altura, ancho y volumen?

Bárbara parecía realmente asustada, lo que hizo sonreír a Macarena.

- Sí, sin medir nada.

- Pero, Macarena, puede volverse inestable y caer.

- Bárbara, este es un castillo de arena, no un gran proyecto. Si se cae, es fácil construir otro.

Bárbara frunció el ceño, luciendo pensativa.

- ¿Sabes cómo hacer eso, entonces, sin un plan que garantice una ejecución perfecta?

- Claro que se.

- No dejes que tu ego interfiera - advirtió Barbara.

- No lo hará. Ha estado demasiado ocupado teniendo que esquivar el suyo, señorita Perfección.

Bárbara puso los ojos en blanco.

- Muy bien entonces. ¿Por donde empezamos?

- Primero, traigamos el agua aquí. Eso es bastante fácil.

The Experiment | Barbarena TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora