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—Yo voy a solventar todos tus gastos

— ¿Qué? ¿A qué se refiere?

—Me haré cargo de ti económicamente Rose

—Pero eso... Usted no puede simplemente pagarme todo y ya — anunció Rose anonadado, todo era tan surreal

—No lo veas de esa manera, sino como una inversión, me interesa mucho tu cerebro y tus capacidades, y no me servirán de nada si dejas de aprender, en la universidad descubrirás cosas que pueden servir a la investigación, no te estoy pagando a ti, estoy pagando nuestro proyecto. Solo di que sí y le diré a tu tía que mi empresa te ofrece una beca por ser parte de nuestro equipo.

—Acepto— no lo dudó ni un segundo, era una oportunidad que no podía desaprovechar— ¡Tía, ven acá! ¡Escucha esto!— comenzó a desbordar alegría y notó que aún sostenía la mano del señor Torricelli, al ver acercarse a su tía soltó al mayor y la observó agitada

—Señorita Emma, le he ofrecido a Rose Monroe una beca completa por formar parte de nuestro equipo de trabajo

—¿Qué? No puede ser... Es... Es una bendición — se deleitó sofocada por la emoción con un par de lágrimas amenazantes de salir de sus ojos— pero... ¿El trabajo no la distraerá de sus estudios?

—No se preocupe por eso, Torricelli Industries será muy flexible con los horarios de ella en particular, y en épocas de exámenes estará totalmente libre, en la semana le haré llegar el contrato para que lo lean juntas y un citatorio para que vengan a mi empresa a firmar ambas... Sin más por agregar me despido —Tomó la mano de la tía Emma y la agitó con suavidad con una sonrisa que bien podría haberla dejado totalmente deleitada, miró a Rose y se acercó— Niñita, es un placer hacer tratos contigo, nos mantendremos en contacto— se dieron la mano y en un suave apretón que duró más de lo necesario se le fueron las fuerzas de las piernas a Rose y cuando el señor Torricelli cerró la puerta, la menor cayó de rodillas al suelo temblando.

—No lo puedo creer, tengo una beca completa para la universidad— jadeó, su tía se arrodilló junto a ella y la rodeó con sus brazos, sintió sus lágrimas caer sobre su cabeza, ella ya no se tendría que prostituir nunca más.

...


Los días que le siguieron fueron una extensión de los días anteriores; tareas, estudio, leyó con su tía el contrato que el señor Torricelli le había enviado y largas pláticas en las tardes sobre las gradas de fútbol con su amiga Laura quien estaba totalmente emocionada por la pasantía en la empresa Torricelli.

—Sigo sin creerlo Rosa; tú liderando a los investigadores de Torricelli Industries, en verdad cosas buenas están llegando a tu vida, y mira que obtener una beca completa para la Universidad gracias a tu linda carita es de infarto.

— ¿Qué dices?— se mofó dándole un ligero golpe en el hombro— no es por "Mi linda cara" solo quiere comprar mi proyecto pero lo necesita completo y apenas es un prototipo

—No lo sé, eres linda, tierna con esa carita de que rezas todas las noches antes de dormir, lo hombres mayores, solteros y con dinero aman a las rubias.

—No digas eso Laura, él es un hombre de valores intachables... Además él es... Es...

— ¡Rose!— Gritó una chica vestida de porrista cruzando las gradas —Un hombre te está buscando en la entrada

— ¿Un hombre?

—Sí, alto, de cabello negro, barba y está conduciendo un lamborghini

—Oh por Dios Rose, Massimo Torricelli vino a buscarte— susurró Laura.

Azúcar En El InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora