Destinados ||Joerick||

32

Salí corriendo de la casa a buscar a mi Omega. Se que no hay justificación para lo que le hice, pero estaba cegado por los celos, me mataba la idea que Erick me hubiese engañado.

- ¿Dónde está? -dije cuando llegue con el chófer jalandolo por la ropa- Solo tenías que hacer una cosa bien en tu puta vida, solo una

- Nos atacaron -mire el cuerpo tendido- él y el señor Erick discutieron, Erick huyo como lobo porque el quiso dispararle

El Omega de Erick salió a protegerlo porque yo no pude hacerlo.

Me convertí e intente rastrear el aroma de Erick y a pesar de la espesa lluvia logré captarlo aunque de manera sutil.

- Joel espera

- No te quiero acá Zabdiel -gruñí- solo vas a hacer que el aroma se mezcle, quédate aquí por si regresa -corri hacia el bosque-

Seguí el rastro, pero se mezclaba con azufre, mi nariz ardió sin embargo tenía que encontrarlo; cuando mire hacia donde me dirigía supe donde estaba Erick inmediatamente, había huido a la colina. Llegué hasta la punta y lo pude ver, mi Omega.

- Erick -llame-

Se giro y vi miedo en su mirada, estaba aterrado, yo era casi el doble de su tamaño, quise acercarme pero el retrocedió soltando un chillido de dolor. Regrese a mi forma humana y camine lentamente hacia él bajo su mirada.

- Mírate Er... -lleve mi mano hacia su hocico- que bonito lobo eres -se acurruca ante mi tacto- fui un imbécil, perdoname -puse mi frente con su gran pelaje- debi creerte -me abracé a él logrando que soltara un gran lamento alejándose de mi-

Mire mi mano empapada de sangre; estaba herido. Su lobo no lo abandonaba porque Erick aún lo necesitaba.

- Voy a revisarte -me acerque de nuevo-

Alcé su pelaje y por su hombro note un roce de bala, con un par de lamidas la cerraría; saque a mi alfa, subiéndome encima de él comencé a lamer, Erick soltaba leves chillidos. Una bala de plata nos hace más débiles y no nos deja sanar, gracias a la luna solo fue un simple roce.

- Ya está -mire la marca-

Erick se quedó echado sobre el césped solo mirándome con sus grandes ojos verdes.

- ¿Sigue doliendo? -niega- dime algo cariño -lamí su oreja-

- Tengo miedo

- ¿De mi? -niega-

- No quiero ser un lobo para siempre

- Vas a volver cariño, solo que debes sentir que ya no estás en peligro

Solo nos quedamos mirando; Erick era un lobo rojizo, su pelaje brillaba con la luz de la luna, era muy hermoso.

- No debí actuar así -suspire- necesito que me perdones

- ¿Tu ya me perdonaste? -negué y mire desepcion en su rostro haciendo que se sentara-

- No tengo que perdonarte nada Erick -acerque mi hocico- yo fui quién te daño -baja la mirada- perdoname porfavor -uni nuestras frentes- no quiero perderte

- Tampoco quiero perderte -se separa- quiero estar a tu lado

Él une nuestras narices haciendo un beso esquimal que me devolvió el alma al cuerpo. Erick me amaba y jamás volvería a dudar de ello.

- ¿Puedes abrazarme? -se echa-

Me recuesto detrás de él rodeándolo entre mi cuerpo, Erick se acurruca haciéndose bolita; ambos suspiramos. Mire a madre luna y di gracias por permitirme estar con Erick.

Por la mañana Erick continuaba aferrado a mí pero ya no era un lobo.

- No te muevas Joel -susurra y lamo su cara- No Joel -se aleja- no hagas eso -reí-

- Solo quería que vieras que ya no eras un lobo -se sienta y yo vuelvo a mi humano- debiste hacerlo durante la noche -se observa a si mismo- bueno tus orejas ahora son raras

- ¡Qué! -se toca- ¿Raras? -reí- Oye no es gracioso -me empuja-

- Debiste ver tu cara -continue riendo-

- Basta Joel -ríe también- ¿Cómo era?

- Bellísimo -bese su mejilla- el lobo más hermoso del valle -se sonroja- tu pelaje era rojizo -acaricie su carita- tu naricita café y justo aquí -lleve mi mano a su pecho- tenías una mancha blanca -baja la mirada- ¿Que pasa Er?

- ¿Si no puedo transformarme de nuevo?

- Lo harás, ya lo hiciste una vez y sin me ayuda, ahora será más fácil, lo prometo -le sonrió- volvamos a casa -tome su mano- necesitas un baño y que te revise el médico

- Estoy bien -nos levantamos y caminamos, pero se detiene- Joel

- Dime -lo mire-

- Necesito que me prometas algo

- Lo que quieras -tome su rostro-

- No quiero que vuelva a pasar...ya sabes, no quiero sentirme así nunca más, quiero que antes de comenzar a pelear hablemos y digamos lo que sentimos sin necesidad de violencia -sus ojitos ya están lagrimosos- sentí mucho miedo -solloza-

No será fácil, pero debo aprender a controlar mis ataques de irá, por el bien de Erick.

- Lo prometo, por la luna Erick, te lo juro mi amor -nos abrazamos- nunca más haré algo que pueda hacerte daño pero necesito también algo

- ¿Que? -se separa-

- Sin mentiras, necesitamos ser honestos -asiente y limpio su llanto-

- Sin mentiras -susurra-

Me acerco para besarlo, Erick se aferra a mí por mi cuello mientras que yo lo hago por su cintura; nos separamos al no poder respirar.

- Te amo Erick -dije aún con los ojos cerrados recargado en su frente-

Siento como toma mi mano y la lleva a su pecho logrando sacarme una sonrisa.

No hay necesidad de palabras, sé que también me ama.

Fui un tonto al dudar de Erick, pero ahora nada ni nadie me separará de él. Porque quiero ser feliz, feliz a su lado.

Último capítulo !
Nos vemos el próximo viernes

Voten y comenten mucho, así mismo me inspiró a tener más capitulos

Lobo de Erick

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Les leo

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