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Cuando llegaron a la plaza, Erick lo pudo ver; era una gran muralla de hombres obstruyendo el paso del consejo y de los Cabrera, los soldados no los dejaban entrar y protegían al Omega; a su Omega.

Erick no sabia que hacer, ¿Enfrentarlos, esconderse?

- Omega -se escucha- estás siendo acusado de asesinato

Su respiración se irregularizo. Él solo quería conocer al sapo y ahora estaba siendo acusado de matar a Yoandri.

- Estás bajo arresto Omega

- No se lo pueden llevar -interrumpe Zabdiel- no hay pruebas

Hablaban de extremo a extremo.

- Mi hijo venía para aca, Erick lo odia, él lo mato -acusa su madre-

- Es verdad que venía para acá -habla Erick- nosotros encontramos a Yoandri en el bosque, cuando llegamos ya lo habían atacado

- Se abrirá el juicio y será juzgado ante él tribunal hasta demostrar su inocencia

Tratan de meterse entre la multitud, pero los soldados no los dejan.

Tenía miedo, nadie quiere ir a prisión, no quería volver a dejar a su hijo y menos por algo que no había cometido.

- NO LOS DEJAREMOS PASAR -gritan entre la multitud- ATRÁS

No quería generar disturbios, hace tanto tiempo que no había ni una sola pelea en el Clan y ahora todo esto se sentía nuevo.

- Alto -grita Erick- soy inocente y si quieren abrir un juicio estoy dispuesto a presentarme

- Irás preso Erick -susurra Zabdiel- no hagas esto

- No tengo opción -le susurra de vuelta-

- Buscaremos a Joh...

- Erick

- Johann... -ambos lo miran-

- No te harán nada, tu no tienes la culpa

Erick creía que Johann se entregaría, que equivocado estaba.

- Denos al Omega -vuelven a empujar- lo mataste Erick, tú lo mataste

Una guerrilla estaba a punto de explotar. Erick sin importar nada comenzó a adentrarse para dar la cara, no era su culpa y no se escondería entre sus soldados, él no era un cobarde.

- Erick ven acá -grita Zabdiel- ¡Erick! -camina detrás de él- detente Erick -lo jala-

El Omega siente un corriente que recorre todo su cuerpo, el tacto del Zabdiel traía malos recuerdos.

- Sueltame -lo empuja- en tu vida me vuelvas a tocar

Intercambian miradas, nadie sería como antes y Zabdiel tendría que metérselo en la cabeza, sin embargo, tenía que cuidar a Erick, era su deber.

- ¡Yo soy el culpable!

Todos voltean para ver de dónde proviene la voz; se quedan callados, solo viendo como el Alfa camina hacia ellos.

Nadie lo podía creer, un muerto caminando entre los vivos.

- Joel -susurra Erick-

Se lo llevarían al Valle, de eso estaba seguro.

- Joel -grita corriendo hacia él, pero choca con los soldados que no lo dejan pasar-

- Para Erick -Zabdiel lo jala una vez más-

El Alfa lo mira pidiendo disculpas, esté no era el plan, pero no permitiría que Erick pisará la cárcel.

- ¿Qué estás haciendo Joel? -Zabdiel no lo suelta- sueltame -se jala-

Destinados ||Joerick||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora