Destinados ||Joerick||

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- ¿Papá ya vamos a llegar?

- Joey -suspire- me lo acabas de preguntar -mire hacia la carretera-

El camino al clan de mi padre era muy pesado.

- Si, pero quiero saber si por fin llegaremos, quiero ver a mis abuelos, ¿Crees que me quieran tío Zabdi?

Zabdiel me mira para que le responda, la verdad que nosé que decir, traje a mi hijo para que se les ablandara el corazón a mis padres, suena feo, pero tengo que agotar todos mis medios, antes de darme por vencido.

No he hablado con mis padres por años y ahora nosé como vayan a actuar en mi presencia; si me vayan a recibir, si querrán escucharme o tan siquiera ver a mi pobre hijo que sueña con conocer a sus abuelos.

- Te aman, justo como aman a tu papi Erick -mire a Zabdiel-

No le agradecería, a pesar de brindarme su apoyo y saber que decir ante cada situación, no le perdonaré por el trauma que me hizo pasar, no aún.

Lo cierto es que en realidad esperaba que si me siguieran amando, hay mucho rencor en medio pero siguen siendo mis padres y los amo.

Llegaría sin avisar, así que está vez no había actos, ni reverencias fuera de lugar, solo tocar la puerta y esperar a que me reciban.

Bajamos del coche, no había nadie en la entrada, todo estaba en calma. Caminamos hacia la entrada, traía a Joey de la mano y Zabdiel venía a mi lado.

- Mira papi, la puerta está abierta -me suelta-

- No Joel... -trate de alcanzarlo-

Joey corre hacia dentro del castillo sin mirar atrás.

- Ay no -lo seguí- Joel -llame al no encontrarlo-

Vaya entrada, ahora no encontraba a mi hijo en la casa que viví por años.

- Es por acá -susurra Zabdiel-

Había ocasiones en las que olvidaba que teníamos aroma, si, había sido un defecto que se me quedó por creer toda mi vida ser beta. Comencé a olfatear y me adelanté a Zabdiel.

Estaba en el despacho de padre.

- ¿Erick?

Me espante creyendo que me hablaba a mi, pero me equivoqué, mi hijo se parecía a mi de niño.

Decidí quedarme detrás de la puerta a escuchar, mirando como observaban a mi cachorro.

- Richard, el niño no puede ser Erick -escuché a Chris- es menor que tú, pero no tanto

Christopher tenía una gran barriga ahora.

- ¿Con quién hablan?

Entra padre desde el segundo salón al lado de madre.

Mi corazón se acelera y mi lobo comienza a mover su cola de la felicidad, no sabía cuanta falta me hacía verlos.

- Es un niñito, creo que se perdió, Richard dijo que se parecía a...

- Erick -habla madre-

Mi hijo solo los inspecciona un tanto confundido.

- No, yo no soy Erick -dice inocente- me llamo Joel, Erick es mi papi -sonríe-

Mis padres intercambian miradas junto a Richard.

- Por la luna -susurra madre- Joelito -se arrodilla ante él acariciando su mejilla y mi hijo le sonríe-

- ¿Ustedes son los abuelos? -frunce su ceño-

- Estás tan grande niño -ahora se acerca padre- eres igualito a tu papá