Me volveras loca.

Capitulo 11.

Ya era fin de año y nos habían obligado a salir todos juntos. Al final las navidades habían sido tranquilas y todo había ido medianamente bien después de un día de perros que solo había querido pasar junto a mi hermano el cual no paraba de decirme que estaba feliz porque todavía confiaba en él. Nunca había dejado de hacerlo pero Calum siempre venía cuando me veía un poco de bajón y por esa misma razón mi querido hermano estaba celoso. Reí yo sola pensando en las caras que Ash le ponía a Cal desde ese día mientras Malí koa y yo siempre terminábamos riéndonos.

Me miré en el espejo resoplando, tenía que vestirme, peinarme, maquillarme y hacer que esa noche fuera genial aunque estuviera Samantha en ella. Luke había comenzado a comportarse como antes con Sam, aunque no tuviera idea de por qué, seguía doliéndome pero no como al principio ya que ya me había acostumbrado y por mucho que Samantha intentara hacerme daño con sus caras y su forma de sobar a Luke mientras me miraba no lo conseguía y eso la estaba matando por dentro.

Me fui hacía el armario y me quedé quieta mirando ese vestido que había decidido ponerme para esa noche. Samantha iba a llevar un vestido negro de tubo que le tapaba solamente hasta el culo, con unos tacones de veinte centímetros que iban a partirle los tobillos, y lo sabía por el simple hecho de que todas habíamos ido juntas, por obligación de nuestras madres, a por los vestidos de esa noche. Yo ese día no me había comprado nada, pero había ido otro día a ver si encontraba algo y desde luego que lo encontré, era precioso pero no estaba segura de sí ponérmelo o no. En ese momento pensé en lo preciosa que iba a ir Malí koa esa noche, le daba diez mil vueltas a Samantha. Iría con un vestido agarrado al cuello con pedrería en el mismo y que era en forma de corazón en la espalda, hasta el suelo, de color blanco, con unos tacones del mismo color con pedrería. Hacía que resaltara su pelo y su tez morenas, era preciosa. Y ahora me tocaba a mí. Ya eran las ocho y a las nueve y media tendría que estar preparada, había tiempo pero conociéndome tardaría bastante ya que no sabía que hacer conmigo misma de lo nerviosa que estaba. Parecería una tontería enorme pero lo estaba. Suspiré y comencé a arreglarme. Me di una ducha rápida y comencé a arreglarme el pelo. Me lo dejé suelto y le hice unas ondas haciendo un efecto precioso. Me pinté las uñas de color negro y cuando se secaron comencé a maquillarme. Tardé bastante ya que no quería ir ni muy arreglada, ni muy poco arreglada, no sabía cómo quería ir realmente. Sonreí al espejo intentando tranquilizarme a mí misma y me puse el rímel. Difuminé un poco de sombra negra por el ojo, haciendo que llamaran la atención y me puse un pintalabios rojo mate, pero ahora tocaba el vestido. Suspiré marchándome hacia el armario y lo saqué de allí, esperando a que me quedara bien, a que me gustara como me había gustado ese día en la tienda. Me lo puse y me quedé mirándome. Era un vestido rojo mate, del mismo color que los labios, en corte corazón, era cómodo en este caso ya que tenía como una especie de pegamento de silicona que hacía que no se moviera en el pecho, con un escote en la espalda rodeado de unos pequeños brillos blancos, que llegaba hasta la mitad y después caía hasta el suelo con unas pequeñas ondas al final del vestido. Era condenadamente bonito y no podía creerme que me quedara bien. Sonreí colocándome el pelo bien haciendo que callera por mi espalda y mis hombros y me puse lo último que debía ponerme del vestuario. Unos zapatos de color negro bastante altos, pero nada comparado con los que llevaba Samantha. Después cogí una pulsera de plata y me la puse con cuidado, era muy especial. Sonreí y me miré de nuevo en el espejo, llevaría un bolso de mano negro y así podría meter dinero y el teléfono móvil para que mi madre no se pusiera histérica. Suspiré una vez más y salí ya preparada para una noche que no quería olvidar.

Mami: (TN), Luke, Ash -dice desde las escaleras- BAJAD YA!

Tu: YA VOY MAMÁ! -Grito.

Después de unos minutos bajé las escaleras, vi que ya estaba todo el mundo y me puse un poco colorada por hacer esperar a todos.