Tu no vas a salir, todo el día vas ayudar a tu madre en lo que necesite.
- Pero tu no tienes derecho a mandarme, cuando siempre has querido a otra y solo vienes los fines de semana.- subo las escaleras ignorando sus quejidos; desde lejos siento su mirada, hace rato me percate de esos ojos que desde que llegue me han seguido como cazador a presa.
Abro la puerta de mi habitación y no puedo evitar lanzarme a la cama, realmente necesito descansar, el día de hoy la escuela estuvo un poco pesado, la semana de parciales me ha dejado casi muerta en vida.
-Alexa.- Escucho gritar a mi madre.-Me volteo y dejo escapar un bufido cuando siento que abren la puerta.- Joven-sita como es posible que le hable de esa forma a su padre.-Grita.
- Madre por que permites que el venga acaso no te has cansado de el.-Le reprocho mientras le ruedo la mirada.
- Alexa deja de recordar lo mal que se porto tu padre, ya lo dejamos, ya no dependemos de el, pero tu a un necesitas a un hombre como padre, hija te pido que por favor bajes a comer con nosotros.-La escucho mientras su voz se quiebra en la ultima parte; Desisto de mi rabieta al ver la triste.
- Ya bajo madre, pero no llores mas.-Le digo levantándome y abrazando su cuerpo débil y suave.
Al terminar de comer me levanto sin ánimos, realmente me desagrada la presencia de mi padre, no es que lo odie pero no me gusta nada que se hayan separado, me decido por ayudar a mi madre en la cocina y luego después de terminar me dirijo a mi habitación, al parecer es mi refugio.
Doy unos cuantos pasos y me encuentro adorando la vista de la ciudad en mi balcón, tantas cosas que me pasan me hacen olvidar de lo hermosa que esta vista.
Después de estar un rato allí escucho mi celular sonar, lo busco y me encuentro con que no conozco el numero, tardó un rato en decidirme si contestar o no, me arriesgo y contestó.
- Hola.-Digo un poco temerosa, realmente no me agrada hablar con desconocidos.
- Hola.-Escucho del otro lado de la linea una voz ronca y serena.
- ¿Con quien hablo?.-Pregunto mientras escuchó una risotada nerviosa.
- Me dicen Ravel, linda.-Lo escucho.-¿Como te llamas?.-Pregunta ignorando mi nombre, de inmediato me percato que no tiene idea de quien soy.
- (por que me llama alguien que ni siquiera conozco).-Me pregunto intrigada.-No te conozco a si que te colocare.-Le informo molesta, me esta tomando el pelo.
- No, si el problema es que no me conoces entonces vamos a conocernos, ¿que te parece hoy a las 8:00 pm en pizzería Bombo?.-Pregunta sin mas.
-Medito la pregunta unos segundos.- No gracias, no te conozco a si que no me llames mas. Cuelgo
Que chico tan pesado, ni si quiera lo conozco y ya me estaba llamando, puede ser un asesino, o un demente que secuestra chicas lindas e inocentes.-Me digo caminando por todas partes de mi cuarto.
Con tranquilidad me acuesto y pienso en las posibilidades de inventar un número y que de millones de personas se a yo la elegida; escucho mi celular sonar de nuevo, no puedo evitar pensar que es aquel chico llamando otra ves, lentamente cojo mi celular y mis sospechas son confirmadas era el mismo número; mis manos comienzan a sudar.
.Contesto.
- Tu de nuevo, deja de llamar.-Contesto ya desesperada.
-No soy un asesino, tampoco un demente que secuestra a chicas lindas.-Me dice mientras suelta una carcajada, este chico ya me esta enojando.
- Deja de llamar. Cuelgo.
Me coloco a pensar como es que el sabe lo que yo dije, me colocó paranoica, sierro la puerta del balcón y las cortinas tal vez me esta observando y de alguna manera escucho, significa que esta cerca.
Luego de un rato salgo de mi cuarto y dejo de pensar cosas, bajo a la cocina y mi madre esta haciendo palomitas, sin decirme nada va a la sala y se sienta muy cómodamente a seguir viendo sus novelas luego de un rato vuelvo a mirar y ya esta con las lágrimas afuera, me río y ella me dirige una de esas miradas asesinas, decido salir de casa e ir a caminar, hay un parque cerca a si que me dirijo a el, cojo mi celular y una manta para tapar mi cuerpo y protegerlo del frío.
Salgo de mi casa camino unas cuantas cuadras hasta llegar aun parque adornado con muchos arbustos con flores de todos los colores; luego de llevar un rato dando vueltas escuchó mi celular sonar, en instantes ya estaba sudando y temblando, era ese numero de nuevo lo ignoro pero no deja de sonar, comienza la paranoia de nuevo decidió sentarme y controlarme miro a mi alrededor y veo un chico a lo lejos, este baja la cabeza y me doy cuenta que tiene un celular, siento como llega un mensaje en mi teléfono, al ver el mensaje, mis ojos se abren como platos gigantes al leer el contenido.
Msj:
Que valiente al salir con esas ropas que no cubren nada de tu cuerpo, además, hasta parece que saliste a buscar me.
Luego de leer y re leer el mensaje, agarro con fuerza aquella manta que me rodea, volteo y el chico se acerca, decido salir corriendo pero mis piernas no reaccionan hasta que me golpeo fuertemente y me levanto a paso apresurado. Miro hacia a tras y veo que el chico no me sigue, mi cuerpo deja de estar tenso y comienzo a relajar me, de repente siento que chocó fuertemente con alguien, me volteo a disculpar me, cuando noto una sonrisa malvada, y una mirada traviesa que me intimida, siento que su mano me jala con fuerza.
-Tranquila, no te dolerá.-Dice el hombre que lentamente me arrastra a la oscuridad de las calles.- que chica mas linda y sola, no deberías salir de casa tan tarde.-Sigue comentando mientras comienzo a tratar de alejarme a la fuerza de el, comienzo a forcejear cuando de pronto mis mas deseados pensamientos se hacen realidad, siento una voz ronca gritar con fuerza y ferocidad.-Deja la, viene conmigo.-Anuncia disgustado.-Suéltala o te destrozo la cara, siento como aquel hombre se incomoda.
-Vete o te las veras conmigo.-Dice perdiendo el tono autoritario aquella persona.
-Suéltala, si no lo haces puedo hacer una obra buena y no te dañare tanto la cara.-Amenaza a quien creo que es Ravel, el chico que me llamo hace un rato.
Aquel chico que vino a mi rescate me jala y me coloca bruscamente tras de el, saca un arma pulso cortante por lo que note no temía utilizarla, aquel hombre se va lentamente, luego volteo a tras y busco a ese chico con su celular, se me viene a la mente un pensamiento " que tal si el chico que tenia el celular, ese chico que me mando el msj es el mismo que me llamo y el que me salvo".
-Tranquila, ya todo paso.-Dice sacando me de mis pensamientos, lo miro y me percato de los hermosos ojos color cielo que me miran fijamente.
No podía emitir palabra, mi cabeza solo piensa en que estoy al lado de otra persona mala, solo busca robarme o matarme, me asustó, cierro mis ojos cafés tratando de tranquilizarme, pasan unos segundos cuando siento una mano suave acariciando mi mejilla de inmediato abro mis ojos y antes de que pueda hablar soy interrumpida.
-No temas de mi.-Me dice mientras lentamente lo detallo.
-Tu me estabas espiando en la oscuridad.-Le digo alejándome un poco de el.
- Si, solo quería conocerte a si que te seguí, soy Ravel .
Mis sospechas son confirmadas, es el mismo chico.-Dicta mi conciencia.
-No te haré daño, te acompaño a casa.-Me dice mientras me agarra de la mano y nos dirigimos a casa.
Abro mi puerta y antes de que pueda cerrarla el la abre y me abraza, diciendo: No vuelvas a salir en la noche sola. Sin obtener respuesta me besa en la mejilla y se marcha, subo rápidamente y lo veo alejarse de mi casa.
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Miradas Peligrosas
Teen FictionLa locura es el mejor acompañante del amor, sentir que te desean, es una de las mejores sensaciones. - Que quieres? -Quiero tenerte-Dice Ravel con una sonrisa detestable, realmente me idiotiza esa maldita sonrisa. -Tener me?- Jamás y nunca-Digo sin...