Capitulo 29: ¿Cual es tu objetivo?

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Al despertar, mis ojos no creían lo que veían, era mi hermano dormido a mi lado, sus manos delicadas rodeaban mi cintura, sus ojos contenían unas lagrimas en los lagrimales, su piel estaba tan suave, su cabello bien cuidado, quien sea que tiene su custodia lo cuida mucho.


Lentamente me levanto de la cama intentando no despertar lo, corro al baño y me doy una ducha rápida, me quedo en ropa interior y bajo apresuradamente para cocinar le algo delicioso, gracias a Dios aprendí a cocinar en el internado,  después de un rato subo las escaleras con una bandeja con todo lo que habia preparado,  mi cuerpo se estremece al ver la escena.

Mi hermano estaba llorando en la almohada, miraba el balcón una y otra ves para ver si aun estaba por allí, se repetía una y otra ves, por que rayos se habia quedado dormido.

-Tranquilo, estoy aquí.-Digo en vos baja, llamando su atención y cruzando mi mirada con la dulce, tierna y hermosa mirada de mi hermano, dejo a un lado la bandeja y dejando mis brazos libres para su fuerte abrazo.

-Corre con todas sus fuerzas y se lanza a mis brazos.-¡Aly!, no te fuiste.-Dice alegremente mientras me obstruye la fluidez de la sangre en mis piernas.

-Are todo lo posible para que no te alejen de mi.-Le digo mientras comienza a besar mi cara llenando la de saliva.

-Hermana, te extrañe.-Grita corriendo por todo mi cuarto.

-Y yo a ti Jhon.-Le digo mientras lo obligo a sentar se en mi cama, busco la bandeja y corro a consentirlo todo el día, jugamos, corremos por toda la casa, comemos todo lo que traje, ahora estamos recostados en el sofá de la sala comiendo palomitas y viendo una película clásica para niños "El jorobado de notre dame".

Quiero mas palomitas.-Comenta el sonriendo me con suplica, lanzo un suspiro al aire y le planto un beso en su mejilla, me levanto sin protestar a esos ojos color miel y me encamino a cocinar mas palomitas en el microondas.

-Aly, alguien toca a la puerta.-Escucho la voz de mi hermano.-No habrás, pregunta quien es primero.-Le digo en un grito mientras espero a que las palomitas se terminen de cocinar, no escucho nada mas, por lo que me dejo de preocupar, al parecer no es nada importante.

Después de unos minutos ya me encuentro en camino a seguir viendo la peli con mi hermano, al llegar coloco las palomitas en la mesa frente al televisor que durante años nos acompaño y me sorprende que no se aya dañado aun, no veo Jhon por ningún lado.-Se guro fue al baño.-pienso recostando me a el sofá cómodo que acompaña la sala de mi hogar; tanto tiempo sin estar aquí me obliga a valorar todo lo que tengo.

 -Jhon, ¿que tanto haces?.-Grito mientras me lleno la boca de palomitas, al no escuchar respuesta me preocupo, mi paranoia aumenta cuando no escucho nada a alrededor.

Jhon vuelvo a decir en un tono mas tosco, me decido a levantar me y al girar, recostado al borde de la puerta, mirando me como nunca lo habia hecho esta el, aquel hombre que me llena de nervios, me termino de levantar, de inmediato me preocupo por jhon, me acerco apresurad-amente sin quitarle los ojos de encima.

-¿Que hace aquí?.-Le pregunto, esta algo cambiado, se ha dejado la barba crecer, su cabello esta un poco mas largo, su mirada es mas intensa, su cuerpo a mejorado notoriamente.-¿Donde esta Jhon?.-Vuelvo a preguntar sin dudar, al parecer es otra pregunta al aire.

-El esta bien, fue a darse una ducha antes de ir a jugar fútbol.-Mis ojos se cristalizan al empujar a Ravel mientras reviso cada parte de mi casa en busca de mi pequeño hermano.

-Jhon, ¿donde estas?.-Pregunto por ultima vez, no lo vi salir, ¿que paso?¿no me dijo nada de jugar fútbol?.-Mi mente se llena de preguntas las cuales dejan un sinsabor en mi; esta vez hago caso a la palabra de Ravel, el cual me sigue a cada parte de la casa donde reviso.

Miradas PeligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora