Epílogo

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Cuatro años después

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Cuatro años después.

—¡Sydney!— despegue la mirada de mi celular.

Mi vuelo había llegado con algo de retraso por una tormenta que había dejado a varios pasajeros sentados en la sala de espera impacientes.

Junior, Dannah y la pequeña Amelia me esperaban con carteles en mano. Después de la graduación decidí no irme a New York cambie mi boleto de ultima hora a Seattle, decidí que era lo mejor necesitaba sanar, necesitaba un tiempo fuera de esta ciudad y conocer gente nueva con la cual pudiera estar y sentirme bien. Madison, Alice, Dakota, Malcom, Shell y Max, cumplieron su sueño y estaban viviendo en New York, no sabía nada de ellos por el momento pero se que ellos no volverán a esta pequeña ciudad.

En todos los cuatro años que estuve allá aprendí muchas cosas y también pude comprender cuanto daño hicimos con nuestra pequeña venganza, aunque todo estuviera en el pasado, fui parte de un grupo de apoyo para chicas que no son escuchadas pero escuchan a todo el mundo, mejore en mi confianza con los demás y a definir bien lo que quería en el futuro, estudié desarrollo web y con suerte logré encontrar trabajo en esta ciudad y por eso estaba de vuelta.

Abrace a mi mejor amiga y a mi hermano, los había extrañado muchísimo.

—¿Cómo están?— pregunté feliz y sonriente.

—Bien pero no tanto como tú, hermana, te ves hermosa.

—Gracias, pero más linda se ve esta muñequita, ven con tu tía favorita, amor— agarre en brazos a mi sobrina.

Era una niña tan tierna.

—¿Cómo están las cosas por aquí?— pregunté a Dannah mientras Junior subía mis maletas al auto, iríamos a su casa donde me quedaría unos días hasta encontrar departamento, pues esa casa era ya totalmente de ellos, mis padres decidieron irse de viaje por el mundo a disfrutar ellos habían trabajado demasiado.

—Todo normal, demasiado normal.

—¿Ninguna novedad?— Amelia jugaba con mis gafas.

Ella negó con la cabeza:—¿Cuando comenzarás a trabajar?

—En una semana, por eso vine antes, además quiero encontrar departamento amueblado, no creo poder con la mudanza mientras este trabajando.

—Tienes razón por eso consulte algunas fuentes y tengo varios para mostrarte esta semana.

Amaba a mi mejor amiga siempre un paso delante de todos.

Cuando llegamos a casa la nostalgia me agarró, mi habitación estaba intacta, parecía que jamás habían entrado en ella desde que me fui. Suspiré dejando la maleta en la cama y mire por la ventana.

Muchos recuerdos llegaron a mi mente.

—Parece mentira, ¿verdad?— dijo Junior a mis espaldas.

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