Problems ✔

Capítulo 35

Sydney

Habían pasado algunos días, bueno, semanas, casi un mes desde que le dije la verdad que todo el mundo sabía que Jack, no evité ponerme mal al principio pero se lo merecía por idiota, admito que si me divertí con poco pero hasta allí, no deje llevarme como las últimas veces y aunque cada vez que me ve irradia odio puro no fue mi culpa ser parte de la venganza de Madison. Por otro lado, hoy es el baile, Dannah me había llegado hace una semana atrás a comprar el vestido para hoy y aunque al principió no me decidía por uno pude elegir el correcto.

La idea de irme de aquí con Max seguía en pie y aunque no viviríamos juntos en la misma casa mis padres habían accedido porque ellos se mudaran conmigo a New York, mi hermano se quedara aquí a terminar la universidad y como ya tiene trabajo también ayudara a Dannah para que pueda continuar la universidad aquí mismo. Shell también se mudará junto a Max para no pasar solo tanto tiempo ya que sus padres estarían de viaje un tiempo antes de regresar a New York.

Alice, Madison y Dakota me dijeron que nos veríamos en el baile, ellas agradecieron mi ayuda en todo su plan malévolo que seguía siendo increíble por más vueltas que le diera, mamá y papá aún no saben nada de estoy y creo que jamás les explicaremos todo a ciencia cierta, fue una jugada maravillosa.

Malcom se había ido hace unos días ya que él también tendría que asistir a un baile y una graduación, todos menos Dannah y Junior, nos encontraríamos en New York.

—¿Quieres dejar de hacer eso?— le dije a Max, estaba que jugaba con mi cabello y lo jalo.

—Es que es tan bonito— chilló, a veces parecía que era gay.

—Ya— me agarré el cabello en un moño alto para que no jugara más con el.

—¿Crees que Jack valla al baile?

¿Por qué pregunta por él? No es gracioso.

—No tengo ni idea— me encogí de hombros mientras veía mi celular, estaba eliminando mensajes con el idiota ese y recortando fotos donde él aparecía.

—¿No deberías estar arreglando tu cabello o algo así? Ya son las cuatro de la tarde— me dijo mientras veía el reloj en el buró de mi habitación.

—El baile es a las ocho, falta cuatro horas y yo podré estar lista en menos de una— me excuse.

—Tienes razón pero yo no— se paró—. Me voy, querida, me pondré lindo para ti— hizo una pose de diva.

Negué con la cabeza:—A veces no pareces hombre, Max— le dije divertida él me miró mal—. Nos vemos, guapo— le tiré un beso.

Él se acercó y beso mi frente.

—Nos vemos.

Y se fue.