Problems ✔

Capítulo 34

Dannah

Había llegado el día, no cabía tanta felicidad en mi, al fin faltaban dos días para el baile de fin de curso y unos días después la graduación, aunque no me agrada la idea de que Sydney se fuera a New York a estudiar, aquí también había buenas universidades pero su elección ya estaba hecha y lo mejor era que se iría con Max, quien diría que todo lo que había pasado había sido una obra de parte de ella, Madison, Dakota y Alice, todo para enseñarle a Jack que con las chicas no se juega. No podía creer que hasta Ámbar se había prestado para semejante venganza.

Admito que al principio me cayó como balde de agua fría y más cuando vi que Sydney estaba riendo junto a las demás, es decir, yo podía jurar que ella estaba muy enamorada de Jack pero las cosas no son como parecen. Al fin y al cabo, Jack acabaría solo por pendejo, estúpido, soberbio e idiota.

Acaricie mi panza mientras veía a Sydney elegir algún vestido, habíamos venido a una tienda a comprar vestidos para el baile, yo ya tenía el mío pero mi mejor amiga no y estaba muy frustrada por aquello.

—¿Qué te parece este?— saco uno azul con algunas lentejuelas, hice una mueca de asco, no me gustaba.

—¿Y si mejor buscas otro?—aconsejé.

Ella rodó los ojos mientras se perdía en la percha.

Ya tenía varios mese de embarazo y estar parada me causaba alguno que otro dolor en las piernas, por eso no me levantaba para ayudarle a elegir el vestido. Después de media hora estábamos de regreso a casa, desde que me mudé con Junior todo había mejorado, estábamos más tiempo juntos, él siempre se mostraba atento a cualquier cosa que me pasara y sin duda me sentía feliz con él a mi lado.

—Hola, amor—dije dándole un beso en los labios.

—¿Cómo estás, preciosa?—me tocó la panza.

Hace unos días habíamos ido al médico y nos dijeron que todo estaba bien, mi niña porque estoy segura de que es una niña, estaba bien y era lo más importante para nosotros aún no sabíamos el sexo pero queríamos que fuera sorpresa.

—Cansada, tu hermana me cargó recorriendo varias tiendas y no me dejó descansar ni un segundo—me senté en sus piernas.

—Pero valió la pena—sonrió feliz—. Encontramos el vestido perfecto.

Dentro de lo que cabía en el contexto todos estábamos algo emocionados por el baile y la graduación y más yo porque en algunos meses más tendría a mi bebé en brazos.

—¿Ya pensaron en el nombre del bebé?

Sydney estaba apoyada en la isla de la cocina viéndonos.

—Aún no...

—Sebastián—comentó Junior—. Se llamará Sebastián si es niño.

Sonreí inconscientemente me parecía maravilloso que él esté pensando en nombres para nuestro bebé, me parecía tierno. Valía la pena cada segundo de mi vida con Junior de eso estaba segura, jamás me había enamorado tanto de una persona y lo amo con todo mi corazón. Lo besé tiernamente.