Rubén
–Rubén, ¿puedes conducir esta vez? Romero necesita un descanso, no se siente bien. – Mi jefe, el Señor Byrne me pregunta.
Asiento. –Si, por supuesto. Quizás Romero debería ir a casa, puedo cubrir por él, Señor.
Su bigote le da un aire serio, pero cuando sonríe es de verdad y se nota. Un brillo entra en sus ojos negros profundos uniéndose a su sonrisa. –Muchas gracias. De verdad te lo agradezco. Cuando termines de trabajar hoy pásate por mi oficina.
–Vale, Señor.
Él asiente y sin dejar de sonreír se da la vuelta y se va.
Estoy muy contento con mi trabajo, todo el equipo me trata muy bien. Cuando empecé había un joven de unos diecinueve años que me hacia la vida imposible solo por tener piel negra. El Señor Byrne se dio cuenta y lo despidió de inmediato. Por eso le estoy muy agradecido a mi jefe. Es una persona muy responsable, comprensiva, seria y abierta. Si tienes alguna pregunta o duda o algún problema él te va a escuchar hasta el final y te va a aclarar y ayudar lo mejor posible. Me siento muy afortunado de tener un jefe así. Mis compañeros de trabajo también son muy responsables, hacen muy bien su trabajo.
Levanto cada caja de productos una por una para llevarlas al camión. Mi compañera, Saoirse, le toca trabajar conmigo, me está ayudando a meter todas las cajas en el maletero. Su nombre es una palabra en irlandés y significa ‘libertad’. Me fascina los significados de algunos nombres irlandeses.
–¿Ya está todo, Saoirse?
Mi compañera mira alrededor y en las estanterías. –Creo que sí.
Asiento con la cabeza y nos sentamos en el camión, yo poniéndome en el asiento del conductor y ella en el asiento de copiloto. Giro la llave y el motor suelta un rugido.
Las horas de trabajo transcurren, interactuamos con los vendedores, muchas palabras de gratitud, sonrisas y mucho movimiento de cajas. Me encanta mi trabajo porque así puedo conocer sitios nuevos, contemplar las plantas, el verde, las flores, colores vivos, caras tristes, felices, serias: vida. Me siento vivo y lleno de alegría cuando estoy en el trabajo. Muchas mujeres se han enamorado de mí, algunas compañeras de trabajo, otras clientes. Pero yo siempre las rechazo. Estoy bien, feliz solo así sin romances. La únicas personas que quiero son mi hija y mis amigos.
Salir con alguien traería muchas complicaciones y al final sería en vano. Ya encontré a mi alma gemela y el alma solo se encuentra una vez. Estuve con Orquídea durante nueve años y luego la vida me la quitó con una maldita enfermedad. Hay gente que se pasa toda la vida buscando a su alma gemela y nunca la encuentran. Así que estoy muy feliz que nosotros por lo menos tuvimos nueve años. Es un regalo que siempre apreciare. Estos años estoy viviendo con su recuerdo y voy a seguir viviendo con su recuerdo hasta que me muera.
Una gran tristeza me envuelve al pensar en Orquídea.
"El dolor se irá con el tiempo, pero la tristeza se quedará toda la vida."
Una frase que me dijo mi amigo invade mis pensamientos. Tiene razón. El dolor se ha ido pero la tristeza me persigue hasta el día de hoy.
Suspiro dejando a un lado mis pensamientos tristes para concentrarme totalmente en mi trabajo.
–Buenas tardes. – Saludo a un señor que parece tener unos cuarenta años.
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Almas Gemelas ✔
RomanceOcho años despues de la muerte de Orquídea, su esposo, Rubén, y su hija, Malena del Mar siguen con sus vidas. Ya tiene 16 años y quiere a su padre con todo su alma, igual que él a ella. Pero echan mucho de menos a Orquídea. Rubén ya había encontra...