Capítulo 5- Fuerza inesperada

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Dedico este capítulo a mi querida amiga Yudith Yvalhalla por ser una lectora maravillosa. Gracias. Espero que disfrutes del capítulo tanto como yo he disfrutado escribiendolo.


Malena del Mar

–Un latte, por favor.

Le entrego un billete de cinco euros al joven que trabaja en esta cafetería. Mis ojos se fijan en el libro de Lluvia y abro la página cien para seguir leyéndolo mientras espero.

Al pasar tres páginas escucho una voz femenina y conocida, –¿Mar? – Me giro para verla a la cara y los ojos azules de la vecina se cruzan con mi mezcla miel y marrón.

–Hola. ¿Cómo estás? – Una sonrisa genuina y feliz estira sus labios.

–Muy bien. Ya solo me queda una semana antes de las vacaciones de pascua. Me alegra eso.

Asiente, la profundidad en sus ojos brilla con comprensión. No me dice nada más y se pide un café.

–Here you are. – Aquí tenéis.

El mismo joven de antes posa dos tazas en la mesa. Nosotras las cogemos, el humo saliendo de ellas y la espuma quedando hasta arriba sin derramarse. Bebemos un par de sorbos antes de buscar una mesa.

Al final decidimos sentarnos al lado de una ventana, rayos del sol se colan por esta dándole un toque de belleza al ambiente alegre y lleno de vida.

–Toma. – Lluvia pone una servilleta en la palma de mi mano.

Murmuro un gracias y me froto los labios con la servilleta. –¿Tú cómo estás?

Ella suspira, una pequeña inquietud se ve en su mirada. –No muy mal pero un poco frustrada con mi editora. Quiere que haga una trilogía de una historia y yo quiero escribir algo diferente.

–Eso no es muy considerado la verdad.

–No lo es pero bueno, entiendo que ella también quiere ganar más dinero. El mundo laboral del arte es muy difícil. Si el mundo artístico no es algo que de verdad tu corazón anhela, te recomiendo que te vayas por la rama de ciencias. Se puede conseguir trabajos artísticos pero es muy difícil y mantenerlos incluso más. Por eso hay que tener un carácter fuerte y resistente.

Asiento estando de acuerdo. –No estoy segura de lo que quiero hacer todavía. Me encanta hablar con la gente, leer, ver pelis y comentar lo que pienso de ellas y libros.

Interés ilumina más su rostro, sus líneas faciales estirándose con emoción. –Curioso. Podrías ser una cítrica de libros y películas. – Toma un poco más de su taza esperando mi respuesta.

–Si, puede ser. Ya veré. ¿Puedo preguntarte algo sobre la novela?

Presiona un poco sus labios, una pequeña risa sale de estos. –¿Por dónde vas?

Ojeo la página donde está el marca paginas. –Por la página ciento cinco.

–Adelante, pregunta lo que quieras. Respondo todo al menos que sea spoiler, es una regla que tengo.

La espuma se deshace en mi boca al coger otro sorbo, el café con leche dando un sabor delicioso en conjunto.
–Entiendo. ¿Es la primera vez que escribes una dispotia?– Lluvia asiente, así que continúo, –¿Por qué decidiste escribir una dispotia?

–No lo sé, la idea me vino sola a la cabeza. Literalmente, estaba fregando los platos cuando se me ocurrió una idea para una historia distopica.

Almas Gemelas ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora