Rubén
El repique constante del despertador interrumpe mi siesta. Bostezo llevándome la mano a la boca. Con la otra mano pulso el botón para apagar el sonido.Me levanto de la cama y sacudo la cabeza para despertarme del todo. Abro el grifo al llegar al baño y dejo que el agua fría caiga sobre mi piel, la frialdad despertando mis ojos. Cierro el grifo y me pongo detrás de la puerta para buscar mi toalla. Capto el color rosa a la derecha y me seco la cara. Inhalo y exhalo a la vez que plasmo una sonrisa verdadera en mi cara.
Me alegro mucho de que hoy sea viernes. Mar ha conseguido terminar otra semana del cole, estoy muy orgullosa de ella. Cada día se levanta y se esfuerza por estar todo el día en el cole a pesar de que yo le he dicho que solo tiene que asistir a dos clases. Ella es muy valiente, tiene un carácter fuerte, por eso puede tolerar muchas cosas. Es una persona muy hermosa en su propia forma, muy inteligente y excéntrica. Me gusta mucho hablar con ella sobre temas controvertidos porque tiene una forma muy compleja y única de expresarse. Ella te va a decir su opinión, pero también la opinión de otros y porque ellos piensan así y porque ella piensa similar o diferente.
Mar es una niña muy avanzada para su edad. Ya sabe algunas cosas que quiere en la vida, entiende muchos temas adultos e incluso puede dar muy bueno consejo de la vida. En cambio, la mayoría de los niños de su edad en Irlanda parecen estar atrapados en sus infancias, no saben cosas básicas como que Berlín es la capital de Alemania. No parece que les guste aprender o crecer. Por lo que he observado me da la sensación de que les gusta ser niños pequeños, hacen lo que quieren y no parece haber consecuencias que ayuden. Las profesoras intentan hacer algo de disciplina en el cole, les ponen castigos, pero no funciona porque lo que probablemente necesiten esos niños son unos padres que les pongan normas y que estén allí en sus vidas. E incluso a veces eso no es suficiente porque hay algo que les encadena cuando son pequeños y se quedan atascados allí. Me incluyo entre los padres que a veces no saben que les pasa a sus niños o como ayudarlos. A veces no nos damos cuenta de que les pasa a nuestros hijos en el momento y ellos se sienten incomprendidos, frustrados e incluso abandonados para que lidien con "sus problemas" solos.
Ningún padre es perfecto y nunca lo seremos, pero con el tiempo y con el crecimiento de nuestros hijos aprendemos y nos damos cuenta de cosas que no sabíamos antes, crecemos con ellos.
Aprecio mucho tener a Mar por muchas razones. Me sorprende cuantas cosas me puede enseñar a diario. Hay algunas personas que me han dicho que los hijos nunca tienen razón y que no te pueden enseñar nada porque nosotros sabemos mucho más que ellos. No estoy de acuerdo con eso. A veces siento que he perdido la perspectiva de cómo es ser un adolescente y me equivoco al decirle algo o pedirle hacer algo a Mar. Mi hija me ayuda a ser más comprensivo y justo.
Siento que uno de los mejores regalos que tengo es Mar. Ella es mi tesoro. Me ha ayudado en momentos muy difíciles. Sin ella no hubiese podido sanar de la muerte de Orquídea. ¿Quién diría que tu propia hija te ayudaría a sanar de la muerte de tu esposa y su madre? Nadie diría eso, pero la vida me soprende y me sigue sorprendiendo.
Me acuerdo de que me sentí culpable por no haber sido lo suficientemente fuerte como para ayudarla a sanar. Mi querida Cabrita me ayudó primero y me sentí muy mal pensando que debería haber sido al revés.
Yo debería haberla ayudado primero. Una niña de nueve años no debería tener esa carga sobre sus hombros.
Esa fue la frase que mi voz interna me repitió durante mucho tiempo hasta que un día Mar se dio cuenta de cómo me sentía y me aseguro de que todo estaba bien y que yo no era culpable.
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Almas Gemelas ✔
RomanceOcho años despues de la muerte de Orquídea, su esposo, Rubén, y su hija, Malena del Mar siguen con sus vidas. Ya tiene 16 años y quiere a su padre con todo su alma, igual que él a ella. Pero echan mucho de menos a Orquídea. Rubén ya había encontra...