Capítulo 28- Verdad irónica

17 1 0
                                    

*Este capítulo es el más largo de esta novela. Tiene 2,600 palabras. Pónganse cómodos, tengan palomitas y alguna bebida al alcance para disfrutar y no deshidratarse.* (Me puse un poco dramática pero me importa su bienestar, mis queridos lectores 😊)

Rubén

—De repente un hombre desconocido se presentó al juicio y testificó ante todos. Dijo que había visto a Lluvia encontrarse con su exnovio y que él la obligó a fingir que estaba violando a un hombre en la esquina. También confirmó que el exnovio de Lluvia le apuntó una pistola y le amenazó diciendo que iba a hacerte daño a ti como no obedeciese.

Javier suspira sin creérselo del todo. 
—Al parecer Lluvia nos contó la verdad.

Los tres nos quedamos boquiabiertas, no movemos ni un dedo, completamente perplejos. El silencio reina entre nosotros, las palabras flotando en el aire.

—¿Un hombre ha venido? ¿Ha sido de repente?

Mi amigo asiente. —Ha venido como después de dos horas y se ha disculpado por llegar tarde.

Pienso profundamente, no puedo evitar cuestionar si Lluvia es inocente de verdad, necesito saberlo a ciencia cierta. —¿Sabes si ese hombre tiene alguna conexión sanguínea con ella?

Él sacude la cabeza con gentileza. —No. No sé absolutamente nada de ese hombre. Pero no te preocupes, pronto lo sabremos.

Mi confusión crece y crece mientras la conversación avanza. —No entiendo… No quiero que te metas en proble—

Una música empieza a sonar interrumpiéndome. Javier saca el móvil de su bolsillo y mira fijamente a la pantalla. Sus labios se estiran, una sonrisa siniestra iluminando su rostro serio. —Perfecto. — Murmura y contesta la llamada.

—Buenas tardes. — No se oye del otro lado, así que esperamos impacientemente a que termine la llamada, estando muy confundidos.  —Perfecto. No se preocupe, puede venir. De hecho es un momento perfecto, de esa forma puede aclarar todas las preguntas y confusión que tenemos.

Hay una pausa, la sonrisa de Javi ensanchándose. —Gracias. Hasta hora, Señor. — Despega el móvil de su oreja y lo pulsa para finalizar la llamada.

Mi mejor amigo exhala dejando toda la tensión salir, alegría reemplazando todo el rastro de la confusión y seriedad que mostraba antes. Enfoca toda su atención en nosotros, la sonrisa plasmada en su semblante.   —Hace tres semanas contraté a un detective privado. Algo no me cuadraba con lo que había hecho Lluvia. Quería asegurarme de saber la verdad.

Deja esas palabras en el aire por unos segundos para no bombardearnos con mucha información a la vez.

—Hace una semana fuimos a visitar a Lluvia en la cárcel. Cuando empezó a contarnos lo que supuestamente pasó, empecé a sospechar que lo sucedido no era blanco o negro. La historia no se paraba ahí o esa es la sensación que me daba. Se lo conté al detective privado y me dijo que le diese un mes para averiguar todo.

La sonrisa en su rostro brilla con más intensidad. —Pero ya tiene todas las respuestas. — Repentinamente sus labios se relajan, la sonrisa esfumándose. —No sé si son buenas noticias pero lo que sé es que ya no habrá más incertidumbre.

Sus ojos verdes traspasan los míos, su enfoque solo sobre mí. —Pase lo que pase estoy aquí y voy a seguir estando aquí.  

Asiento sin saber que articular, las palabras de mi mejor amigo repitiéndose una y otra vez.

Almas Gemelas ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora