Rubén
–Gracias por venir. Mi cabeza está hecha una ñapa. – Expulso en cuanto abro la puerta de la entrada.
Mi amigo Javier solo me echa un vistazo, sus ojos verdes oscuros se fijan en los míos por dos segundos y asiente sabiendo que se trata sobre una mujer. Él es mi mejor amigo, me conoce muy bien, lo conocí mucho antes de conocer a Orquídea.
Retrocedo para dejarlo pasar y me llevo las manos a los ojos frotándolos. Escucho la puerta cerrarse y sus pasos acercándose a mí. Coge mis manos despegándomelas de mi cara y veo la seriedad radiar de él.
–Necesitas whisky. He comprado una botella por si acaso.
Me guía al salón y me ayuda a sentarme posando su mano en mi hombro. Parpadeo al ver una cartera colgando de su cuello. No me había dado cuenta de que la llevaba consigo. Saca una botella de whisky y cierro los ojos recordando lo que pasó una vez.
–No te preocupes, solo un poco. Estoy aquí, no vas a descontrolarte.
Abro mis ojos y lo veo sonreír un poco de lado, sus hoyuelos morenos resaltando.
–Enseguida vuelvo. – Me señala a la cocina antes de dirigirse a esta. Es un amigo muy bueno. A veces cuando estoy teniendo un momento estresante y confuso me vuelvo loco y él me cuida, siempre me dice donde va para que yo sepa que todo estará bien y que no estoy solo. Cuando me vuelvo loco no puedo razonar y malentiendo muchas cosas. Javier consigue explicarme las cosas de una forma que no las malentiendo.
Exhalo y el sonido de vasos chocando con la mesa del salón me hace volver al presente. Javier abre la botella y echa la misma cantidad de whisky en cada vaso. Me pasa uno y lo acepto. Asiento agradeciéndole sin palabras.
–Cuéntame sobre esta mujer.
Juego con el vaso moviéndolo en círculos. –Es que no es solo una mujer. – Cojo un sorbo dejando esas palabras en el aire. La garganta me quema al tragarlo con rapidez. –Son todas las mujeres.
Javier no dice nada escuchándome y dejándome que me tome mi tiempo para contar todo, sacarlo, desahogarme. –Es demasiado, ya no sé que pensar, que sentir, no conozco mis propios sentimientos.
Lágrimas de frustración y confusión salen de mis ojos deslizándose por mis mejillas. –Muchas mujeres me han invitado a salir con ellas románticamente. He rechazado a todas rompiéndoles el corazón, se han enamorado de mí.
Tomo la mitad del vaso de golpe y cierro los ojos bruscamente, el ardor fuerte quemando mi garganta. –Unas semanas después la última mujer que había rechazado y compañera de trabajo, Saoirse, me dice que su hermana está interesada en salir conmigo. Eso pasó una semana después de que yo le haya prometido a Mar que voy a darle una oportunidad al amor otra vez. Así que acepte salir con la hermana de Saoirse. Fue horrible. Me trató como si valgo menos que ella por no ser rico como ella. No lo he admitido pero eso me ha afectado. Y después de eso he conocido a la amiga de Mar, se llama Lluvia, parece tener mi edad. Es demasiadas cosas nuevas a la vez, estoy abrumado.
Mi amigo espera un poco más hasta que levanto la mirada y ve que he terminado. –Entiendo. ¿Cómo te hace sentir todo esto? Admite cada emoción, poco a poco.
En medio de todo el caos que siento sonrío un poco. Javier ha hecho un curso pequeño de psicología y añadiendo que me conoce muy bien sabe exactamente como ayudarme. –Me cuesta mucho salir al mundo romántico o ni siquiera romántico… Me es difícil conocer a una mujer, sentir su cercanía, sentir un abrazo, un besito en la mejilla… a pesar de que eso es normal entre amigos en España. Estoy tan desacostumbrado a quedar con una mujer o conocer una mujer que se ha convertido en algo… raro para mí. Me siento raro. Por eso he rechazado a tantas mujeres. Me siento culpable por romper tantos corazones, por ni siquiera haberles dado una oportunidad a esas mujeres… También en el fondo me siento enfadado conmigo mismo por haberme cerrado al amor tanto años. Me siento agradecido que Mar me ha dado un empujón a tomar la decisión de volver a darle una oportunidad al amor… pero a la vez me siento mal, culpable, enfadado porque mi hija no debería ser la que me cuida, yo soy el que debería poder protegerla de mis problemas. Ella necesita ser una adolescente sin tener que preocuparse por asuntos de adultos.
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Almas Gemelas ✔
RomanceOcho años despues de la muerte de Orquídea, su esposo, Rubén, y su hija, Malena del Mar siguen con sus vidas. Ya tiene 16 años y quiere a su padre con todo su alma, igual que él a ella. Pero echan mucho de menos a Orquídea. Rubén ya había encontra...