Capítulo 6

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- ¿Han peleado mucho? - preguntó Joan.

- Lo normal, han sido días complicados con ese chico. Mira, cortesía de Christopher - dije enseñando mi brazo.

- Deberías decirle a la directora.

- Na, a ese muchacho lo voy a domar, dame tiempo.

Las primeras dos semanas estaban siendo más complicadas de lo que pensaba, ninguno estaba dispuesto a ceder y ambos estábamos a un paso de la expulsión.

- Tengo clases, espero que estés bien - añadió.

- Dale loco, saludame al compañero.

Dirigí el paso a mi habitación, el encierro me estaba matando y el aburrimiento me tenía al borde de querer escapar.

- ¿Puedo saber que hacen ellos aquí? - pregunté enojado.

- Son mis amigos y esta es mi habitación.

- Nuestra, te lo recuerdo. Fuera - dije para ellos.

- Te estás pasando eh.

Sus amigos claramente me odiaban, aunque aquello era mutuo, ellos eran parte de todo el abuso de Christopher hacia los demás.

- Tú no - dije tomando su brazo.

- ¿Eh?

Cerré la puerta de inmediato, la confusión en él era tan visible en su rostro.

- Que sea la última vez que ellos vienen a nuestro cuarto.

- ¿Sabes que puedo hacer que te corran?

- Hazlo ¿Crees que yo perdería algo?. Pues no, en cambio tú, claro que dirían si al niño rico lo sacan - dije en burla.

- Eres fastidioso.

- ¿Por qué? ¿Por decirte las cosas como son? - encaré.

- ¿Quién te crees?

- A diferencia de ti nadie, yo no tengo la necesidad de estar por sobre los demás. Cuando seas y le ganes a alguien en algo realmente importante podré hacerme a un lado.

- Te sacaré de aquí como sea - amenazó.

- ¿Sí? Hazlo, a ver a quien le duele más - dije a centímetros de su rostro.

Su silencio fue tan extenso que tomé aquello como una victoria. Esperaba mínimo un insulto, pero nada parecía querer salir.

- Tampoco quiero a tus amigos aquí.

- No los he traído, lo sabes.

- Solo te lo estoy advirtiendo - susurró.

- Está bien, que sea un trato.

- Que sea un trato.

Me hice a un lado para dejar mis cosas sobre la cama, me sorprendí al ver que Christopher me miraba fijamente.

- Sé que me veo guapo, no me mires tanto - dije en sarcasmo.

- ¿Tú? Por favor - rió.

- Bueno, quizás no, pero...

- Qué - dijo encarando.

- Uh, pero que afán de ser violento mi amor. Bájale un poco.

- No me digas mi amor.

- Te dejé loco ¿verdad? ¿Querías un beso?

- Que asco - dijo en un empujón.

Reí al ver cómo su rostro quedaba completamente rojo, el dilema era saber si era por rabia o por vergüenza.

- Ay Dios mío - negué intentando dejar la risa.

- DEJA DE HACER ESO TODO EL TIEMPO.

- ¡AYUDA! - grité riendo.

- Shhh - tapó mi boca.

Lo miré fijamente al ver que nuevamente estaba sobre mi cuerpo, elevé mis cejas con coquetería poniendo una de mis manos en su muslo.

- ¿Nervioso? - pregunté al quitar la mano que estaba en mi boca.

- ¿Eres gay?

- No, pero no me cierro a posibilidades - respondí.

- ¿Por eso no quieres tener hijos?

- Veo que te quedaste pegado con eso.

- Respóndeme - exigió.

Tomé sus brazos acercándolo a mi, a veces dudaba que fuera tan malo como aparentaba.

- Si te interesa saber...averígualo.

- ¿A dónde vas? - preguntó apenas lo quité.

- ¿Controlador? Tranquilo, no pienso engañarte. Oh, y espero que puedas bajar esa erección - añadí.

Imposible Quererte - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora