- ¿Han peleado mucho? - preguntó Joan.
- Lo normal, han sido días complicados con ese chico. Mira, cortesía de Christopher - dije enseñando mi brazo.
- Deberías decirle a la directora.
- Na, a ese muchacho lo voy a domar, dame tiempo.
Las primeras dos semanas estaban siendo más complicadas de lo que pensaba, ninguno estaba dispuesto a ceder y ambos estábamos a un paso de la expulsión.
- Tengo clases, espero que estés bien - añadió.
- Dale loco, saludame al compañero.
Dirigí el paso a mi habitación, el encierro me estaba matando y el aburrimiento me tenía al borde de querer escapar.
- ¿Puedo saber que hacen ellos aquí? - pregunté enojado.
- Son mis amigos y esta es mi habitación.
- Nuestra, te lo recuerdo. Fuera - dije para ellos.
- Te estás pasando eh.
Sus amigos claramente me odiaban, aunque aquello era mutuo, ellos eran parte de todo el abuso de Christopher hacia los demás.
- Tú no - dije tomando su brazo.
- ¿Eh?
Cerré la puerta de inmediato, la confusión en él era tan visible en su rostro.
- Que sea la última vez que ellos vienen a nuestro cuarto.
- ¿Sabes que puedo hacer que te corran?
- Hazlo ¿Crees que yo perdería algo?. Pues no, en cambio tú, claro que dirían si al niño rico lo sacan - dije en burla.
- Eres fastidioso.
- ¿Por qué? ¿Por decirte las cosas como son? - encaré.
- ¿Quién te crees?
- A diferencia de ti nadie, yo no tengo la necesidad de estar por sobre los demás. Cuando seas y le ganes a alguien en algo realmente importante podré hacerme a un lado.
- Te sacaré de aquí como sea - amenazó.
- ¿Sí? Hazlo, a ver a quien le duele más - dije a centímetros de su rostro.
Su silencio fue tan extenso que tomé aquello como una victoria. Esperaba mínimo un insulto, pero nada parecía querer salir.
- Tampoco quiero a tus amigos aquí.
- No los he traído, lo sabes.
- Solo te lo estoy advirtiendo - susurró.
- Está bien, que sea un trato.
- Que sea un trato.
Me hice a un lado para dejar mis cosas sobre la cama, me sorprendí al ver que Christopher me miraba fijamente.
- Sé que me veo guapo, no me mires tanto - dije en sarcasmo.
- ¿Tú? Por favor - rió.
- Bueno, quizás no, pero...
- Qué - dijo encarando.
- Uh, pero que afán de ser violento mi amor. Bájale un poco.
- No me digas mi amor.
- Te dejé loco ¿verdad? ¿Querías un beso?
- Que asco - dijo en un empujón.
Reí al ver cómo su rostro quedaba completamente rojo, el dilema era saber si era por rabia o por vergüenza.
- Ay Dios mío - negué intentando dejar la risa.
- DEJA DE HACER ESO TODO EL TIEMPO.
- ¡AYUDA! - grité riendo.
- Shhh - tapó mi boca.
Lo miré fijamente al ver que nuevamente estaba sobre mi cuerpo, elevé mis cejas con coquetería poniendo una de mis manos en su muslo.
- ¿Nervioso? - pregunté al quitar la mano que estaba en mi boca.
- ¿Eres gay?
- No, pero no me cierro a posibilidades - respondí.
- ¿Por eso no quieres tener hijos?
- Veo que te quedaste pegado con eso.
- Respóndeme - exigió.
Tomé sus brazos acercándolo a mi, a veces dudaba que fuera tan malo como aparentaba.
- Si te interesa saber...averígualo.
- ¿A dónde vas? - preguntó apenas lo quité.
- ¿Controlador? Tranquilo, no pienso engañarte. Oh, y espero que puedas bajar esa erección - añadí.
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Imposible Quererte - Chriserick
FanfictionBajo un chico malo siempre existe un motivo.