Salí del aeropuerto sintiendo lo que era el frío en este lugar, New Hampshire me recibía nuevamente pero esta vez con un nuevo propósito.
Tomé mi maleta en dirección a un taxi, encontrar algo aquí fue complicado, por lo que Joan se ofreció a recibirme en su casa durante mi estadía y realmente se lo agradecí.
- Amigo - abrazó.
- Hey, pero que bien luces.
- Supongo que el tiempo me hizo bien, hasta que vienes, se te extraña mucho.
- Yo también te extrañé, es raro estar en esta ciudad de nuevo - comenté.
- Lo sé, pero pasa, te vas a congelar - empujó.
Era un departamento muy lindo, según yo el que se independice le hizo bastante bien, era una nueva versión de él.
- A lo que vine, necesito que me lleves a la casa de Christopher.
- Al menos come algo.
- La emoción no me ha dejado, además he perdido mucho tiempo, siento que lo puedo recuperar - dije.
- Pero Erick, él ya está en una relación.
- Dime algo. ¿Cómo sabes la dirección de Chris?
- Cuando te fuiste nos buscó a nosotros para ver que sabíamos de ti, la verdad luego de eso nos acercamos mucho a él, lo qué nunca creíamos pasó, formamos un vínculo con Christopher - contó.
Escuchar eso me dió un cierto alivio, nada mejor que saber que mis amigos también eran los de él, la secundaria a veces suele sacar la peor parte en los adolescentes.
- ¡Entonces vamos! Dale loco, arriba - levanté.
- ¿Estás seguro?
- Que sí.
No muy seguro me acompañó, daba por hecho que él sabía de quien se trataba, pero eso era lo de menos, psicológicamente me encontraba muy bien, lo ocurrido en el pasado ya no volvería a hacer de las suyas.
Movía mis manos muy desesperadamente, en mi mente no sabía que era lo que exactamente iba a decir, estaba muy nervioso.
- Es aquí - señaló.
- Wow, sí que es grande - dije al ver la casa.
- Estaré aquí por cualquier cosa.
- Eres un gran amigo, el mejor Joan.
Rió ante tal cumplido, me parecía todo tan irreal en este preciso momento que no encontraba que hacer ante este nerviosismo.
Toqué el timbre acomodando mi cabello, hubiera dado lo que sea por desabrochar unos cuantos botones de mi camisa pero el frío calaba fuerte.
- ¿Sí? - preguntó una señora.
- Busco a Christopher. ¿Se encuentra?
- Sí, el joven está en casa. ¿Quién lo busca?
- Um...Joan - mentí.
Quería que todo fuera una buena sorpresa, ni siquiera pensé en comprar algún detalle, sabía que todo no podía ser perfecto.
- ¿Erick? - nombró con sorpresa.
- Hola Christopher - sonreí.
Moví mi mano al ver que no hacía más que mirar, el impacto fue fuerte pero al parecer bueno.
- ¿Qué haces aquí? Wow, lo siento no lo esperaba.
- Lo sé, pero tomé el riesgo de venir, creo que tenemos cosas de que hablar. ¿Estás ocupado? Podríamos ir a tomar un café, no sé, lo que quieras - propuse.
- Erick, yo...
- Joan, qué haces...¿Erick?
- ¿Alex? - pregunté confundido.
- Creo que es momento de irnos - dijo Joan detrás de mi.
- Espera espera...¿Tú lo sabías?
Christopher parecía estar totalmente ido, sabía que Alex había tenido un acercamiento a mi ex novio por lo que Joan me había dicho recientemente, pero no imaginaba que hubiera sido este tipo de acercamiento.
- Amigo, mira podemos hablar de esto - dijo Alex.
- ¿Amigo? ¿Te atreves a llamarme amigo?
- Erick no, evitemos problemas - pidió Joan sosteniendo mi cuerpo.
- ¿SE TE OLVIDARON CUANTAS VECES TE DEFENDÍ Y TE AYUDÉ? ¿ASÍ ME PAGAS? - grité.
- Baja la voz - pidió Christopher.
- ¿Por qué? ¿Acaso te doy vergüenza?
- Bro, por favor, escúchame.
Lancé un golpe en el lado derecho de su rostro, tuve tantas ganas de que se atreviera a responder pero solo accedió a la ayuda de su ahora novio.
- En tu puta vida me vuelvas a decir así - exigí.
- Entra, necesito hablar con Erick - pidió.
- No te voy a dejar solo.
- Al menos se considerado, siempre te dije que esto no era lo correcto - habló Joan.
Bajó la mirada sin decir más, escuché cada petición que mi amigo hizo para evitarme problemas, trataría de obedecer.
- Sabía que estabas con alguien, pero era mi amigo Christopher, mi amigo.
- Las cosas pasan, nosotros también nos llevábamos mal por si no lo recuerdas.
- Pero son cosas distintas - dije.
- No sé que haces acá, no creas que no me agrada verte, pero lo nuestro terminó hace más de un año y aunque quieras explicaciones no tengo por qué darlas - dijo firme.
- Venía dispuesto a recuperarte, solo por eso vine a este lugar que sabes no me trae buenos recuerdos.
- Te lo agradezco, pero yo no te lo pedí.
- ¡Quería que sea una sorpresa!
- ¿Para qué? ¿Para qué vuelvas a irte sin decir nada? Siempre será lo mismo contigo, me enamoré de ti, sí y siempre estuve feliz de ayudarte pero también siempre mentías y hasta el último momento te rogué, pero no pude más Erick - soltó.
- ¿Lo amas?
- Llevamos unos meses.
- Nosotros también llevábamos meses y te enamoraste. No lo amas Christopher, solo me quieres olvidar.
- Pero lo quiero y no me niego a amarlo en un futuro, no solo se ama una vez en la vida Erick - dijo.
- ¿Estás seguro? - pregunté a centímetros.
- Muy seguro - alejó.
Aguanté las enormes ganas que tenía de llorar, fue un golpe duro verlo con mi ex amigo de secundaria.
- Bien, entonces suerte, pero ni las mejores caricias que te dé ese imbecil van a borrar las mías, porque yo fui quien te hizo descubrir lo que era amar a alguien y eso no lo va a lograr ni en años, felicidades por tu nuevo noviazgo, mi amor.
Caminé dejando caer las primeras lágrimas, subí lo más rápido que pude agradeciendo el apoyo de Joan.
- Lo siento mucho - soltó.
- No te preocupes, pasará. Si él pudo rehacer su vida por qué yo no.
- Pero se quieren, se les nota.
- Eso no es suficiente, al menos no para Christopher.
- Siempre supe que esto acabaría así.
- ¿Sigues siendo su amigo?
- No, de hecho perdimos el contacto apenas decidió estar con...bueno, ya sabes.
Solté un llanto que hizo que mi amigo se detenga, no podía ocultar el dolor, esto era demasiado para mi.