Mis ojos estaban a punto de cerrarse, si algo odiaba de ser estudiante eran las horas de sueño que se sacrificaban en trabajos por realizar.
- Oye, que te pasa - dije.
- Me estresa ver la luz de tu computadora, no me dejas dormir.
- Fuck, si no se guardó mi trabajo...
- Me vas a matar, lo sé, ya me sé tus diálogos - completó.
- ¿Querías dormir no?
- Uh, solo intentaba hacerte un favor, mira tus ojos.
- Déjame en paz.
- No - dijo cerrando nuevamente mi computadora.
A diferencia de otras veces no hice nada, solo me quedé mirando hacia un punto fijo haciendo uno que otro movimiento de labios.
- Desde cuándo tanta preocupación - articulé.
- No es preocupación, solo quiero dormir.
- ¿Acaso vas a dormir conmigo?
- ¿Por qué no?
Lo miré de reojo viendo cómo se acomodaba en mi cama, estaba tan confundido que no sabía si era buena idea aquello.
Me levanté para sentarme a su lado, opté por solo darle la espalda.
- Necesito saber que es lo que realmente quieres, en un momento eres uno y en otro alguien completamente distinto - solté.
- ¿Solo yo?
- Yo solo respondo a como tú actúas conmigo, necesito que esto pare Christopher - dije firme.
Los movimientos de la cama me hicieron pensar que se levantaría para ir a la suya, pero su brazo sobre mi hombro me hicieron descartar eso de inmediato.
- Está bien, intentemos dejar de pelear, admito que ya no estamos como en un comienzo, algo cambió.
- Voy a pedir que me cambien de habitación, si ya no habrán problemas no veo la necesidad que nos tengan aquí juntos - comenté.
- ¿Qué? No, eso no. Soy capaz de volver a golpearte para que nos tengan aquí de nuevo, juntos.
Di una pequeña sonrisa que no pasó desapercibida, estaba convertido en un mar de confusiones.
- ¿Está bien?
- Anda, que hace frío y enserio quiero dormir - dijo acomodándose.
Levanté los cobertores de la cama acomodándome a su lado, no sé si fue por instinto mutuo pero ambos nos abrazamos sin que fuera incómodo.
- ¿Entonces en qué quedamos? - pregunté suave.
- No más peleas, podríamos...conocernos mejor.
- Me parece.
- Partamos porque me cuentes a qué se debió que el otro día llegarás ebrio - recordó.
Abrí los ojos ante aquel recuerdo, el momento de la pelea con mi padre, el desespero sexual con Ellen y la noche de tragos junto a ella y su hermano.
- Por nada, solo quería probar - mentí.
- ¿Alguien te vió?
- No creo, ya me hubieran reportado.
- ¿Tienes novia? ¿O novio?
Mordí mis labios con un nerviosismo único, eran preguntas muy incómodas.
- No, estoy soltero.
- ¿Y quieres seguir soltero?
- ¿Te me estás insinuando Christopher? - reí.
- Son solo preguntas, no estamos conociendo ¿No?
- En ese caso me toca preguntar a mi. ¿Qué cosas te pasan conmigo? La verdad - advertí.
- Mmmm. Cosas extrañas, tengo mucha curiosidad, eres muy provocativo, tu forma de ser, de vestir y es sorprendente que seas muy inteligente - contó.
- Wow, que buena imagen tengo - dije con ego.
- Por ahora, estoy seguro de que algo ocultas.
- ¿Por qué?
- Instinto masculino.
- ¿Nosotros tenemos instinto masculino? - pregunté confuso.
- No pero suena bien - rió.
Ambos reímos ante tal estupidez, tomó mi cara haciendo que gire lo suficiente para poder alcanzar mis labios.
- Buenas noches.
- Qué descanses, mi amor - susurró.