Capítulo 9

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Si de por sí Christopher no me toleraba, ahora con más razón, lo de las fotos fue algo que lo sacó de sí, mi cuerpo se había ganado una nueva marca por uno de sus golpes.

Esperaba impaciente a qué mi padre venga por mi, era el primer fin de semana que me dejaban salir y ya me urgía un poco de aire puro fuera de aquí.

- ¿Tanto te molestó? ¿No vas a hablarme nunca? - bromeé.

- ¿Y eso te importa?

- No.

- Entonces no preguntes, pobre imbécil.

Agradecí estar sujeto a la pared, ese golpe en el hombro estuvo a punto de hacerme perder el equilibrio.

- Ey bro.

- ¿Ustedes? ¿Se puede saber que hacen aquí y como es que los dejaron pasar? - pregunté molesto.

- Solo bastó decir que soy tu novia, aunque debería estar enojada por tanto abandono.

- Eso es cierto, cuñado, yo no te conocí así.

Negué ante inesperada sorpresa, opté por salir al exterior evitando que alguien pudiera verlos.

- Me pudieron avisar ¿No creen?

- Se te extraña por Miami, llegar acá no fue fácil - comentó Diego.

- Pareciera como si no te diera gusto vernos.

- No es eso, pero verán, no es un lugar muy accesible para comunicarnos.

Sus labios en los míos fue una sorpresa algo incómoda, por un momento pensé que el distanciamiento le daría una idea de que lo nuestro había acabado.

- Es algo grande esto - comentó ella.

- ¿Se quedarán por mucho tiempo? - pregunté curioso.

- Aún no sabemos. Depende si encontramos algo que nos mueva aquí. ¿Hay alguna posibilidad de llenarnos los bolsillos aquí? - preguntó él.

- Ni lo piensen, aquí no. Es muy peligroso, hay mucha seguridad.

- Veo que estás entretenido Brian.

- Papá - dije algo aliviado.

- Bueno, creo que no somos bienvenidos...atento a tu celular, nos comunicamos - susurró Diego.

Opté por no despedirme de Ellen, no tenía ni la intención ni las ganas.

- ¿Puedo saber que hacían ellos aquí? - preguntó mi padre.

- Lo mismo quisiera saber. ¿No estarás pensando que yo les dije en dónde estaba?

- No me extrañaría, tus juntas de Miami solo te van a traer problemas. Es más, quédate aquí - dijo entrando al recinto.

- YO ESTOY BIEN ¡EH! GRACIAS POR PREGUNTAR - grité.

Caminé detrás de él intentando saber cuál era su intención, el enojo poco a poco se apoderaba de mi.

- Eso, corre detrás de papá.

- Christopher ahora no - advertí.

- ¿Qué hizo mi princesa?

Tomé su sudadera provocando que su espalda choque contra la pared, comenzaba a pensar que iba conociendo las formas de hacerme enojar.

- Te dije que ahora no. ¿Acaso quieres que te...?

- ¿Pegue? Hazlo, estoy esperando a que lo hagas para que te largues de aquí.

- Quisiera darte en el gusto pero sabes qué, no lo haré.

- ¿Tanto te importo?

- Ay por favor no me hagas reír. Pegarte provocaría que me saquen, si, pero aquí nos quedamos o salimos los dos juntos y yo no me quiero ir aún.

Caí al suelo ante un empujón de su parte, fuerza tenía, bastante.

- Está bien, veremos quién resiste menos. Y de paso, un recuerdito para que no me extrañes - dijo dando una bofetada.

- ¿Pasa algo jóvenes? - escuché de voz de la directora.

- Erick, se acaba de caer, le estaba ofreciendo mi ayuda - mintió entendiendo su mano.

La tomé aceptando su falsa ayuda, nos miramos tan fijamente que parecía que nada más estuviera a nuestro alrededor.

- ¿No me vas a soltar? - pregunté.

- Solo por ahora...estoy seguro que en un tiempo más me vas a pedir todo lo contrario, princesa.

Imposible Quererte - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora